martes, agosto 10, 2010

Beatríz Sarlo

Por Raúl Degrossi

(Las negritas son de Degrossi)

Los Kirchner y un voto que a veces le ha sido esquivo al peronismo
La conquista de las capas medias
Beatriz Sarlo Para LA NACION
Martes 10 de agosto de 2010 Publicado en edición impresa

Sonó el teléfono a las siete de la tarde; se presentó con nombre y apellido; dijo que yo no lo conocía, pero que había tenido el impulso de llamarme: "Soy lector de LA NACION y de Perfil . (se confundió de teléfono, creía que llamaba al 0800 de Ayuda al Suicida) Hasta ahora, fui opositor al Gobierno y creía que iba a seguir siéndolo. Pero te llamo justamente por eso." Hablaba bien, una sintaxis cuidada, de frases completas.(y apoya al gobierno, increíble, ¿no Sarlo?, capaz que hasta tenía la dentadura completa y todo) "La noche que se aprobó en el Senado la ley de matrimonio gay estuve allí hasta el final. Al día siguiente, en mi trabajo, dije que yo también era homosexual. (¿quién sería, Ricky Martín?) Mientras se trató la ley, no sabía que la aprobación iba a hacerme tan feliz, que era algo así como el fin de muchos años en los cuales yo nunca había sido del todo yo, ni siquiera con mi familia." Repitió: "No pensé que una ley me cambiaría de ese modo, de la noche a la mañana. Después vi a los dirigentes de la Federación [de Lesbianas, Gay, Bisexuales y Trans] en la Casa de Gobierno y no volví a sentirme opositor como antes. Me pareció que tenía que decírtelo, (¿quién es Sarlo, la comisaría política del pensamiento correcto de la clase media?) porque yo me identificaba con lo que leía y no tenía dudas. No soy un militante. ¿Vos qué pensás?".
Pregunta difícil de responder. (y, si lo decís vos Beatriz, no te vamos a discutir) Me acordé de algo que había visto dos días antes: la foto de una mujer pobre en Pernambuco, que decía sobre las próximas elecciones brasileñas: "No conozco a Dilma, pero está por Lula y va a tener mi voto". Me acordé de viejos y torpes argumentos que descalificaban las políticas sociales del primer gobierno de Perón con la acusación de que así se conseguían los votos. (argumentos iguales a los de ésta nota y del 99 % de las que se escriben en La Nación) Entonces, le dije al que me llamaba por teléfono que lo entendía completamente, porque él le adjudicaba al Gobierno una ley que le había cambiado de tal modo la vida. "¿Me entendés?"
Lo entiendo, en efecto. Como entendería a los viejos que se jubilaron sin aportes porque su vida laboral había transcurrido en negro, o a las familias que reciben el ingreso universal por hijo, cuya idea original no pertenece al kirchnerismo. (que de paso tampoco inventó el empleo en negro, eh, ni la jubilación, siguiendo el profundo razonamiento sarleano) Recordamos juntos que la ley de matrimonio gay no fue un proyecto de los Kirchner, sino de la diputada Vilma Ibarra, al que los Kirchner no habían prestado atención hasta que alguien, allá arriba donde se decide qué se trata y qué no se trata en el Congreso,(¿Carrió?, ¿por qué arriba, cuantos pisos tienen la Rosada y la quinta de Olivos?) consideró que había llegado el momento de juntar votos para el año que viene. (pucha esa manía de juntar votos, en el Grupo A juntan guita para la campaña, de la Rural y Magneto por lo que se ve) No está prohibido hacerlo. (menos mal, zafó Kirchner...de las trampas de la democracia) Podrá decirse que es una prueba de oportunismo, (y sí, la verdad que juntar votos para cuando no hay elecciones no es muy oportunista que digamos) pero será difícil demostrar a quienes la ley les cambió la vida que hay que rechazar los oportunismos de manera invariable. (y si no mirá la postura del PC con el aguinaldo en 1945, llamando a no cobrarlo porque era una dádiva, así les fue)
Por otra parte, cuando llega una ley o un subsidio, sólo aquellos que tienen una relación distante con el bien que otros van a recibir (como vos) se colocan en una perspectiva desinteresada para examinar si habría sido posible hacerlo antes o hacerlo mejor. Quienes acceden al derecho o al subsidio sienten que, por fin, ha llegado. Tampoco piensan si el derecho adquirido forma parte de un programa político explicitado antes, como fue el caso del Partido Socialista Obrero Español, que prometió la ley de matrimonio gay durante la campaña electoral y cumplió no bien fue gobierno. (y prometió un montón de otras cosas y mirá lo que está haciendo ahora en el gobierno, ¿o no leés los diarios?) Se celebran las extensiones de derechos o los bienes cuando llegan, sin examinar la coherencia con programas anteriores o futuros. (¿y qué tendrían que hacer, oh cráneo, ponerse tristes y pensar “qué cagada, me llegó la asignación universal antes que Carrió fuera presidenta”?)
Durante los cuatro días de festejo del Bicentenario, estuve todo el tiempo en la calle. Yo también quedé impresionada, no porque se tratara de una celebración atribuida al Gobierno, ya que eso no sucedía siquiera en todos los palcos donde aparecía la Presidenta, (cuestión que denota que no hubo oportunismo del gobierno en aprovechar políticamente la fiesta popular, pero la enorme deshonestidad intelectual de Sarlo le impide reconocerlo, aunque sea a regañadientes) sino por la relativa abundancia económica de una multitud alegre y distendida que ocupó los restaurantes, pizzerías y cafés del centro hasta la madrugada. Eran los sectores medios altos y bajos los que estaban allí. El treinta por ciento de pobres ni siquiera se presentó el día en que el transporte fue gratis. (¿qué tenía esta mujer, un cuenta ganado a la salida del subte, o andaba por la calle pidiendo declaraciones juradas o declaratorias de pobreza?) Pero esas capas medias son, en la Argentina, muy visibles. Llenan el centro de la ciudad, desbordan, se las escucha. (a los pobres que también “llenan el centro de la ciudad” no, son como parte del paisaje, ¿viste?)
Los Kirchner han entendido la lección de 2008 y del conglomerado que rodeó el Monumento de los Españoles y el de la Bandera en Rosario. (me pregunto cuantos deesos habrán llenado las calles en el Bicentenario, pero son cosas que se me ocurren a mí nomás, se ve que Sarlo hizo el censo y le dio 100 % de coincidencia) Al parecer no quieren cometer un mismo error dos veces. (y sí, están buscando diferenciarse del radicalismo y sus votantes) A través de créditos y subsidios al consumo, están dispuestos a ganar un voto que a veces le ha sido esquivo al peronismo, pero que puede elegirlo porque ya lo votó a Menem cuando la convertibilidad fue el invento venenoso que llevó a la crisis. (en cambio cuando ese mismo voto va para Carrió, Macri o López Murphy abre las puertas del asalto al Palacio de Invierno, parece) Se habló, entonces, del "voto licuadora" o del "voto cuota". No me parece una fórmula feliz porque implica una descalificación de las razones por las que los ciudadanos apoyan o se oponen a un gobierno. No me parece feliz que el voto contrario a los Kirchner en las zonas rurales reciba el estigma de su traducción económica con el nombre de "voto soja" o "voto retenciones". (¡no, si quedó clarísimo en la exposición de la Rural que ese es un voto en defensa de la democracia y las instituciones!)
Sólo en algunos momentos (o en algunos pequeños partidos), los ciudadanos hacen opciones francamente ideológicas, por principios independientes de sus intereses más inmediatos. (y en no pocos casos, en contra de esos intereses, discúlpame Sarlo, eso no es un voto ideológico, es simplemente un voto pelotudo) Si los Kirchner son los únicos que plantean diferencias claras, económicas y culturales, serán ellos quienes definan el tenor y el estilo de la batalla electoral. Porque tienen la iniciativa, al estar en el gobierno; porque se apuran a dar lo que no dieron en siete años (como los derechos y bienes mencionados antes); (los dos millones y medio de nuevos jubilados empezaron a cobrar cuando ella escribió la nota, parece) porque manejan el presupuesto a su arbitrio, y acogotan a quien se les enfrente. (¿adónde están los patíbulos?, me muero por ver si el de la Carrió la aguanta) Es difícil que una mayoría de ciudadanos decida su voto por "un nuevo Consejo de la Magistratura" o un "nuevo Indec", y, ni siquiera con toda la repugnancia que causa la corrupción, que defina su voto sólo en términos de "manos limpias", (¡gran descubrimiento!, decíselo al oído a Morales Solá) sobre todo, porque nadie está en condiciones de prometer y cumplir con un "manos limpias" como el que arrasó en los años 90 con centenares de políticos italianos, (¿nadie, ni siquiera Macri?, ¡jodéme, que desilusión!) liquidó partidos históricos e hizo surgir otros. Algún cínico dirá: y todo para terminar en Berlusconi, potencial objeto de un nuevo "manos limpias".
Con astucia y sin programa coherente, (obvio, eso queda para un Gerardo Morales, un Felipe Solá) los Kirchner han girado ahora hacia las capas medias. No se puede subestimar el peso de las victorias culturales en esos sectores. Estamos acostumbrados a la preeminencia del Poder Ejecutivo, y eso quiere decir que los votos de la oposición que hicieron posible la aprobación de la ley de matrimonio gay no van a volcar sobre los opositores un reconocimiento inevitable. (y además aunque la ley hubiese sido salido por unanimidad, Cristina podría haberla vetado pero no lo hizo, es al pedo, como dice Sarlo, estamos acostumbrados a la preeminencia del Ejecutivo...por la Constitución Nacional) La voluntad política fue monopolizada por el Gobierno (por decisión propia, y por abandono de la oposición a la lógica de las corporaciones, ¿o de la pleitesía a Biolcatti y Magneto del conglomerado opositócrata también tiene la culpa Kirchner?) que, por otra parte, apestilló a varios senadores para que se enfermaran, (¿la gripe K?) se ausentaran o votaran en contra de sus convicciones. Eso también es una forma de la voluntad política, cuando el Ejecutivo se pone por encima de la ley para lograr una ley. (está leyendo seguido a Morales Solá parece)
Todo esto es demasiado difícil de explicar. (debe ser porque el razonamiento que hacés es inexplicable) En cambio, lo que no necesita explicación es que el consumo ha subido. Es cierto que la inflación devora los ingresos de los que están abajo, pero ellos se oyen hoy mucho menos que los que usan sus tarjetas con descuentos. También el gobierno de Menem enfrentó acusaciones de corrupción y eso no evitó sus victorias electorales mientras duró la bonanza. Los compradores y los turistas en Miami no pensaban en las industrias nacionales ni en los obreros despedidos por dueños que se reconvertían como importadores. (claro, y ahora pasa lo mismo; cierran industrias y despiden obreros, pero la clase media que lee a Sarlo sigue en la nube de pedo consumista, ¿dónde vive esta mujer?, ah, ya sé, en esa misma nube de pedos) Unicamente la política puede crear ese inmaterial lazo de solidaridad.
Las capas medias son influyentes en términos de atmósfera. (justamente por lo de la nube de pedos) Sus activistas son móviles y modernos, escriben en la Web, se movilizan por una reivindicación sin necesitar al Estado como sostén de una campaña, (ah, entonces la Federación Agraria queda afuera) pueden pagar sus folletos, son diestros con la prensa. Si a un sector no le importa lo que le parecía fundamental hace dos años, más que lamentarse por el cambio, habría que preguntarse por las razones. La respuesta no es que hace falta una oposición unida para ganar. A los Kirchner no hay que ganarles de cualquier modo, en un rejunte sin principios, sino mejor y para adelante, con ideas que lleguen a la roca dura de la pobreza y también arraiguen en el mundo más volátil de los grupos sociales y culturales. (listo, no hagan más encuestas: Kirchner gana en primera vuelta al trotecito) La falta de principios y el rejunte de lo nuevo y lo viejo, de lo progresista y lo inadmisible ya fue una característica del kirchnerismo (¿del kirchnerismo nomás Beatricita?, la verdadera “roca dura” es tu cara me parece) con la que sería bueno terminar.

6 comentarios:

  1. no hubiese leído la nota si no fuera por los comentarios de Degrossi. Así nomas te digo

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  2. Excelentes comentarios. Igual, no deja de parecerme un llanto toda esta nota. Casi como una rendición ante la realidad. Lo que es positivo (que vea la realidad y baje un poco de la nube en la que vive ¿no?)

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  3. una de dos:

    o la politica salió del closet,
    o el matrimonio gay es el opio de la clase media.

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  4. Coincido con Escribidor. Es un completo lamento derrotista de la Sarlo. Está resignada a cuatro años mas K. Saludos

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  5. En qué quedamos? hay que votarlo a Kichner o no Beatriz?
    que señora porfavor......

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  6. Este artículo de Beatriz entra en profunda contradicción con el de Pepe. Si Sarlo dice que las "capas" medias fueron las que inundaron las calles del Bicentenario, Eliaschev tendría que hacerle un juicio o algo, porque el decía que el centro estaba lleno de mutantes o algo parecido.

    Podría ser un duelo de espadas, ¿no? O ponerse espalda contra espalda, con sendos trabucos naranjeros antes de contar 10 pasos.

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