Precios Cuidados: relatos de un náufrago.

Los cartelones de "Precios Cuidados" de un gobierno más interesado en la propaganda que en la política, son el primer síntoma del gusto de Cristina por fracasar sin abandonar su tilinguería.

La obturación de la competencia de precios no conlleva, tampoco, una decisión por controlarlos. Sino que en el inmenso paternalismo de una presidente que está toooodo el día el pedo, nos quiere hacer creer que algo vale un peso por su intermediación bondadosa y lo mismo, sin su intermediación, vale cuatro veces más. 

Lo siento, pero esta pavada no puede sino resultarle contraproducente a un gobierno a la deriva. 

El mismo efecto político, pero mejorado, y un mayor efecto económico se lograría si se quita toda la propaganda tilinga, se ponen los precios a competir y se incide, verdaderamente, en los márgenes d ganancias.

Por ejemplo, en Entre Ríos, cuando quebró la empresa  COTAPA que produce lácteos, el gobierno salió en defensa de la rentabilidad empresaria, y la estatizó. Hoy vende la leche más cara que las cartelizadas empresas K y además tiene déficit. Una decisión del empresario de la nada Sergio Urribarri muy en línea con el desgobierno de Cristina. 

Cuando los monopolios alimenticios consideren que la parentela presidencial pide una coima demasiada alta o los arrastra a pagar un costo político impredecible -creando las condiciones culturales para la emergencia de un nuevo Néstor Kirchner, por ejemplo- harán volar todo a la mierda y la Licenciada Vacacionante regará malvones en la prisión.

Su política estúpida y paternalista, de dejar en manos del fracasado Grupo Sushi de amigos del hijo el bolsillo popular, le garantizará que nadie vaya a llevarle ni pastillas en los horarios de visita.

Que la alcahuetería confunda deseos con realidad y la Vacacionante les crea, solo acelera una inevitable salida anticipada de nuestra narcoclerical militarizada. 

Buenas noches.

Los quiero a todos