Samid al Mercado Central

La decisión de la Licenciada Cristina Fernández de Kirchner de devaluar y empobrecer a los ya pauperizados sectores populares vino sin anestesia: ese es todo el plan. Un ajuste feroz sobre los trabajadores, especialmente sobre quienes venden su fuerza de trabajo para ser explotados bajo la modalidad camporista de contratación: ilegal, a destajo y bajo condiciones deprimentes.
Es sabido que la empleada pública más exitosa de la historia (y usurera inmobiliaria en sus ratos libres, que son muchos) no hizo más que chistes, análisis de medios de preescolar y acuerdos con los empresarios de la Década Ganada para que remarquen a lo pavote pero dejen 20 productos al precio de hace un mes. Como si un mes fuera una eternidad.
En ese contexto, la decisión de Scioli de hacer algo ante la acefalía del gobierno nacional cobra más relevancia. Poner al militante y empresario Alberto Samid para que el dinero de todos los argentinos sea utilizado en algunas zonas de influencia cerca del puerto es sin dudas una injusticia, pero es mejor que el unitarismo estúpido de la paciente del Opus Dei y gruppie de Fidel Castro.
Las declaraciones de Samid para sacar camiones a los barrios populares alrededor del Mercado Central -con el dinero de 24 provincias- y tratar de poner precios de referencia, compitiendo con los empresarios cristinistas de los supermercados, en momentos donde la carne es prohibitiva para los sectores populares y hasta el jefe de la Central Obrera -la columna vertebral del movimiento, que anda con lumbalgia- reconoce que los METALÚRGICOS se cagan de hambre, es una excelente noticia.
Scioli demuestra reflejos, capacidad de acción.
Resta ver si el Centro de Estudiantes del Conurbano logra éxito en obstruir toda acción que sea a favor de los sectores populares en pos de su lucha contra los diarios y otra boludeces carísimas y reaccionarias que les manda a hacer la hipocondríaca, como la devaluación.
Cosas que claramente, encima, hacen mal.