Mi barrio, la patria de la infancia, no me dejó nostalgias,
esa licencia poética de las clases altas.
A los hijos de los trabajadores el barrio nos moldeó la voluntad,
esa necesidad hermética de las clases bajas.
Tuve arco iris. Lo hice yo. Mezclando un poquito de plastilina de cada color, amasando, una pelota. Guardé mi arco iris en el bolsillo del delantal. La señorita nos retaba por desperdiciar las plastilinas.
Fue después de que le cuente a Romina que mañana teníamos que traer papel glacé.
La señorita Cristina no era mala, era maestra jardinera, apenas. Me miró feo. No me dijo nada. Pero algo, yo sabía, estaba haciendo mal.
Desde entonces le leía a Romina los comunicados a nuestros padres atrás del árbol del arenal, que quedaba a una distancia última. Para que la seño no nos viera.
Siempre creí que la seño se enojaba conmigo cuando leía los comunicados a los padres por que yo tenía un papá que estaba lejísimos, a veces en otra galaxia. En esos planetas que habitan los poetas. Y otras veces estaba tiraba entre los tachos de basura de un baldío donde dormían los borrachos.
Cuando terminé el jardín, mi hermano inmediatamente mayor, que me lleva un año (tengo otro más grande, y tres más chicos) tenía que volver a primer grado.
Pasaba, en casa, algo rarísimo. No había preocupación en toda la parentela de docentes. O sea, en toda la parentela. No había escándalo. Ni siquiera lo retaron.
Mi hermano también leía desde los 3 años. El diario a mi papá.
Mi mamá no quería. Decía, nos dijo mucho después, que el aprendizaje es colectivo e institucional. Qué se yo. Esas cosas.
Mi hermano tenía que repetir al igual que todo el curso.
Hubo reuniones. Mi vieja siempre entendió de educación. Pero no sé bien qué pasó. Al final nadie repitió. Hicieron unos exámentes así nomás en febrero y entraron todos a segundo grado. Y a la maestra la echaron a la mierda.
Delante nuestro jamás se habló mal de un profesor. Pero todos los chicos del barrio íbamos a esa escuela. La maestra había, dicen, enloquecido.
Con mi arco iris de plastilina. Mis puentes de flores. Los dibujos de la familia que no tenía. Mi barrio que fue montón de abuelas y muchos colores. De árboles, paredes nuevas, autos, bicicletas, azulejos. Hasta los perros eran elegantes y sutiles. Esos arpegios de pájaros en los cables terminaban en postes de luz nuevos. Con madera lijada. Y un césped prolijo y constante.
Nunca tuve un volcán propio, ni en la infancia, donde lo que soñaba era así. Tampoco un chancho, porque me daban miedo. Ni pistolas de juguete. Tampoco tengo una casa. Ni una esposa. Ni un color favorito. Tuve un dios. No sé cantar. Siempre fui malo para los deportes.
Unos meses tuve un auto que nunca usé porque no sé manejar. Se lo di a mi hermano mayor. Por que tiene hijos.
Es raro, bah, para los menores de 30 años quizás no, pero nunca tuve un reloj pulsera. Tenía lo que los otros pibes: rodilleras con cuerina azul, cuadernos Rivadavia, camisa de comunión, botines fulbencito (comprado de saldos) zapatillas Rigazio, entradas al cine por mejor compañero, una pelopincho, lápices faber castell, pero no tuve reloj pulsera. Hasta el día de hoy. Que podría comprarme. Ya no hacen falta, están los celulares. Pero los que venimos del tiempo de temer al futuro con robots, soviéticos, computadoras, marcianos, carapintadas.
Un poster del Beto Alonso. Una casita en el árbol. Un disco de María Elena Walsh. Un portallaveros de madera terciada hecho en las horas perdidas de plástica. Cinco portallaveros, uno por cada hermano, por la misma gorda tonta con delantal blanco, ateojos y pelo ridícula rojo y cortito, que daba en todos cursos, en todas las escuelas, en todos los cuarteles. Y parroquias. Y estancias. Clases de manualidades prácticas donde hacíamos germinaciones mientras la oligarquía sembraba tanques y trincheras. Hicimos crucifijos de madera en homenaje a monseñor Tortolo mientras el Padre Puijamé hacía espadas con su sacrificio.
Tuve lo que todos los niños.Una cacería fracasada de murciélagos. Un diez en Lengua y Literatura. Una remera que a mi hermano le quedaba chica. Una vecina que nunca se enteró cuánto la amaba,. Una hipótesis asustada sobre los gitanos. Un opi tapado por hormigas. Colonia Hombrecitos. Un respeto clerical por Hugo Gati. Un mecano oxidado. Un aburrimiento mortal para bailar chamarrita.
Yo no pienso muy a menudo que nunca tuve un reloj pulsera. No me miro la muñeca para calibrar el olvido de una ausencia. Lo pienso a veces, para representar, todo lo que no tuve. Pero pensarlo de una manera que no me duela.
Hoy podría comprarme un reloj pulsera.
Y hasta podría comprar el cementerio donde está muerto mi padre, averiguando primero si es que lo enterraron y adónde. Pero jamás podría comprar una guitarra, un gurisito asustado de 7 años, el escenario del patio lleno de alumnos, familiares y maestras. Tan lleno que no vi a algunas personas. Que nunca estuvieron. No podría comprar al cosmos una vuelta atrás y mi papá aplaudiéndome por que hice bien el monólogo que escribí, se rieron los chicos, yo vestido de payaso, cayéndome cuidadosamente, sobre el coequiper, que tenía toda su familia alentándolo y aplaudiéndolo.
Para después, caído el telón, se volviera a subir. Y con la guitarra criolla que me regaló el niño dios, respirar hondo, muy hondo
LA
Que se vengan los chicos
Mi
de todas partes,
Re La
que estén los de la Luna,
Mi LA
y los de Marte
Podría comprarme un reloj pulsera. Pero no podría devolverle a mi mamá lo que pagó de más por mí. Cuando me fue a ver, en el club que yo había armado, un club gitano, itinerante, imaginario, con las camisetas blancas donde mi abuela, con los retazos de cuerina de las codilleras, nos había los números de los jugadores. Respetando a rajatabla mi decisión. Por que los chicos del barrio entraban a casa, le decían "Marta -nosotros, a mi abuela, también le decimos Marta desde chiquitos, pues vivía nuestra bisabuela y era a quien le decíamos abuela -me puede poner el 11, como Valdano, que yo no quiero ser defensor" y mi abuela, que nunca entendió el fútbol ni le importó, entre otras cosas por que estuvo casada toda la vida con un jugador profesional de fútbol, muy recordado, todavía, por lo único bueno, aunque no descollante, que hizo en su vida. Bah, mi abuela, que cree que el fútbol, como decía Borges, son 22 hombres grandes corriendo tras una pelota, recuerda una sola cosa elogiosa de mi abuelo: probablemente, lo que la enamoró. Cuando el peronismo lo nombró jefe de manzana del barrio bancario, se negó.
El general Tauber, el tío abuelo de mi abuela, le renunció a Perón como secretario privado en el exacto momento en que el respetable miembro del GOU anduvo de amoríos con una tal ¿señorita? mmm qué va a ser virgen, si era actriz, bueno, una tal Eva Perón.
Mi abuelo, además, prosiguió con la línea heredada de la familia de mi abuela Marta. Y se hizo Demócrata Progresista. Seguramente para generarle odio a mi abuela Marta. Que organizó, apenas se jubiló, el centro de jubilados con otras damas que jamás tuvieron bolillero negro en el Club Social. Armaron viajes. Caridades. Un libro, incluso, sobre la escuela que fundó Sarmiento, donde fue toda mi familia (incluido yo, que fui presidente del centro de estudiantes por la lista "69 Ganamos y Renunciamos" en 5to año. El único año que repetí. Sí, yo repetí 5to año. Alguna vez lo he contado) Y un día armaron, por una oferta de los bancos, la FUA de Franja Morada y otras instituciones prestigiosas, un viaje a Cuba. Que mi abuela, su pasaje y estadía,. pagó íntegramente para que las cuentas no se desequilibren. Pero jamás iría a esa isla demoníaca.
Eran los años que el Centro de Jubilados sacó un libro sobre la Normal, que escribí en parte yo, firmado por viejas oligarcas empobrecidas. Mi abuela me formó en la literatura. Mi abuela, mis enfermedades y las ausencias. Yo habré tenido unos 14 años, era el segundo libro como escritor fantasma, y me gustaba acompañarla a mi abuela al supermercado. Miraba todas las ofertas. Se quejaba. Ahorraba cada centavo y jamás de los jamases fue tacaña. Fue la persona más generosa que yo conocí. Pero haciendo esfuerzos impresionantes. Estiraba el dinero. Siempre le alcanzaba. Vendió los campos. Se los robaron los hijos. Es una historia triste. A lo que iba es que nada enerva más a mi abuela que el Partido Demócrata Progresista. Aunque toda la familia de mi abuelo, corondina, era eso. Pero del sector de derecha (el único que hoy queda: pero el PDP tuvo una izquierda potente: ahí estuvo, por ejemplo, Pepe Rozas. Exiliado en Entre Ríos, por esas cosas raras de Etchevehere -el abuelo del actual socio de Cristina y presidente de la Sociedad Rural- que bancaba a los hermanos Irazusta, a los hermanos Kennedy, que no reprimía a los anarquistas, aunque hubo anacoretas muertos, en el puerto, durante un acto de Patrón Costas. Pero de ese radicalismo viene Héctor Maya, el papá del que fue candidato a vice de Rodríguez Saá y gran chicanero literario según me contó Jorge Asís, nunca lo hubiera creído. Ese Maya que fue gobernador de Entre Ríos, el hijo nunca pudo, era radical, simpatizante de los mendocinos que no recuerdo el nombre, el antecedente real de Perón, estos mendocinos que inspiran el Programa de Avellaneda de Frondizi antes de Perón, bueno, el mismo Maya que cuando Perón persiguió tenazmente a todos los escritores que hoy leen los peronistas, les dio refugio. Escritores que se hicieron muy marginales por culpa de Perón, que son los que defendieron las banderas de Perón, pero detestaban a Perón, fueron a recalar ahí. Y con el mejor cuadro político de la historia del siglo 20: Mercante. Cuando a Mercante Perón lo hizo mierda, fueron recalando ahí. El caso es que Lisandro de la Torre fue candidato a Presidente, en la primer elección democrática, la que gana Yrigoyen -De La Torre, al igual que Mitre, fueron fundadores del radicalismo, que después deriva en un caudillismo populista, como bien estudió -y a mí me simpatiza- Manuel Galvez. El compañero de fórmula era Alejandro Carbó. El hermano de Enrique, que había sido gobernador de Santa Fe y Entre Ríos, de cuya familia nosotros descendemos y vivimos hasta el día de hoy -yo, no- vendiendo campos. Pero la campaña la pagó Alejandro Carbó, gastándose medio país en tierra. De ahí la bronca de mi abuela. Bah, no, en realidad, el problema es que sacó créditos, con lo cual, subdividió las tierras, deshaciendo la raíz oligárquica del árbol familiar. Un asunto sociológico que estudió Sebreli en torno a los Anchorena. Y a medida que mi abuela se empobrecía, jubilada docente, nietos que creían desocupados, mi vieja docente rural, mi tío haciendo mucha guita pero ni bola, empezó a odiar a todos los nuevos ricos. Hasta el punto que era imposible explicarle a mi abuela que el presidente Menem no era Montonero. No el Menem del 88, el Menem del 95, pasa que a mi parentela vieja al morirse el candidato del Partido Azul y Blanco, que ranqueaba bien en las encuestas, al morirse en las vísperas el General Onganía, votaron a Aldo Rico, aún cuando iba con todos los zurdos preconciliares de Entre Ríos, los terratenientes del norte, que da casi a Corrientes, donde se huele la patria, donde estaba y está la verguenza de hablar de Patria en el Teatro Colón si acá los únicos que pusieron el lomo siempre fueron los correntinos. Y mi abuela detestaba a los preconciliares. Ella pensaba, piensa, que la cosa se jodió con la Revolución Francesa.)
La primera vez que fui preso tenía 9 años. Unos diez chicos del barrio -incluidos mis dos hermanos mayores, el hijo del técnico del entonces campeón nacional de básket, y los negritos, hijos de obreros, que eran nuestros amigos- y fue por entrar al camping que tenía como patio el principal empresario, entonces, de Entre Ríos. Hoy llevó su guita afuera. Pero en ese entonces sonaba como candidato a intendente del peronismo. Para contrarrestar al montonero Busti, que había ganado la gobernación.
Entramos, éramos Brigada A, por los tapiales, alambres de púas, y canas, a buscar la pelota. La que siempre, del baldío de atrás, se nos caía. Pero iban a buscarla los hijos de Moine, que eran amigos nuestros. Y ese día se habían ido de vacaciones a algún lugar del mundo que yo jamás conoceré.
En la casa de Moine, a la vuelta de la mía, ni cuando fue intendente, ni cuando fue gobernador, hubo pobres pasando a pedir.
En mi casa hubo siempre. Desde que llegamos de Rosario. Les conocíamos los nombres, las caras. Los linyeras nos saludaban desde abajo de los bancos del parque.
Nosotros no podíamos dejar comida en el plato. Había que terminarla o guardarla, en un tapper. Que religiosamente devolvían.
En la adolescencia estuve preso varias veces. Una vez nos hicieron un operativo muy grande. Nos secuestraron, a mí y a dos amigos, 2 porros. Teníamos 17 años. Pasó el hijo de Elenita y lo agarraron de testigo. Se negó. Que en paz descanse esa vieja hermosa, Elenita, que recortaba las noticias que le parecían de izquierda del diario La Nación, para dármelas. Sin jamás moverse de su ideología maurrasiana. Era, fue, sencillamente, una buena persona.
Las mismas cosas de ayer y de hoy. Yo tenía el pelo más abajo del hombro. La barba me llegaba al corazón. Usaba ropas baratas. Leía mucho. Y de vez en cuando me acordaba que para cantar
LA
Que se vengan los chicos
Mi
de todas partes,
Re La
que estén los de la Luna,
Mi LA
y los de Marte
me había pintado con corcho quemado y maquillaje de mi abuela. Con papel crepé, de los barriletes, nos hicimos trajes. Soñando con ser Gabi, Fofó y Miliki.
Cuando metí un par de acordes mal, a destiempo, la puta que había ensayado un motón. Entonces cambié la letra, silencio...y cuando un par se rieron, se río todo el patio del colegio, hasta los padres aplaudieron, así que al final, las maestras me perdonaron. Los sacerdotes, nunca.
Que se vengan los chicos
de los planetas,
prendidos de la bolas,
de algún cometa.
Que no falte ninguno
a mi cumpleaños,
y que traigan regalos
no sean tacaños
Yo no le hice caso al profesor de guitarra, particular, uno de la escuela rural donde trabajaba mi vieja, uno de esos tantos zurdos que en los 80 se iban a las periferias para sobrevivir, no le hice caso de seguir el compás con el pie para que desde el escenario no se me note el agujero en el zapato.
El vecino de enfrente nos odiaba por jugar al fútbol en su vereda, cuando puso pasto artificial. Lo más parecido a la cancha de un Mundial que nosotros conocíamos, con Burruchaga cortando por izquierda y Maradona bailando como Travolta sin perder la confianza de Sandokan. Maradona fue mi Conde de Montecristo, mi Oliver Twist, el Asterix sin pocima.
Mi vecino de enfrente era psiquiatra. Y resultó ser el psiquiatra de la cana. Donde nos llevaron por los dos porros. Era un tribunal, mi vieja se quería suicidar por mi culpa, nunca la vi tan amargada, defraudada, yo era la última decepción de un basural imprevisto. Ella hizo parte de la secundaria en los Estados Unidos, jamás probó una droga pero vio morir la generación hippie en la que creyó. Y el tribunal con el trabajador social, el psicólogo, el custotio al lado de la bandera. Entró el juez y hasta el comisario. Yo era menor, tenía que estar mi vieja. Y debíamos nombrar abogado. Uno oficial.
El psiquiatra insistió tanto con internarme que el resto, se calló. Primero era que no. Yo trabajaba en un diario, era columnista de TV y presidente de la coordinadora de Centros de Estudiantes. Pero no iba a la escuela. No, la puta madre, no iba nunca. Iba y me volvía. Me encerraba en mi habitación a leer y escribir. "Y esas cosas que escribe..."
Había una cruz gigante. Un ventanal altísimo y enrejado. Todos miraban expedientes. ¿Tanto?
-Soy el psiquiatra y este es un caso para internación. Como los dos cómplices anteriores. (ahí me enteré que los habían mandado a rehabilitación, a mis amigos, también menores, compañeros de la escuela)
-Pero yo soy la madre, tengo la patria potestad y de acá me voy con mi hijo. No tengo confianza en la policía.
No sé si entró un poco de sol por el ventanal. Si vino la chica que me gustaba a regalarme un mantecol. Si los expedientes tenían dibujos de niños. Y el policía estaba vestido de murguero. No se si el juez se quedó dormido. Si Maradona me cambió la camiseta. Si un guardiacárcel me trajo zapallitos rellenos hechos por Marta.
Lo que sí sé es que fue el momento más hermoso de mi vida.
Aunque todavía no se cómo definirlo, fue lo más cerca que estuve de la plenitud de saber que las cosas tienen sentido. Y que hay buscarlo. En la simpleza.
Nos fuimos, con mi vieja, después que firmó papeles, y en la vereda se largó a llorar. Caminamos hasta casa. Para variar. Mi vieja no tenía ni para el colectivo. En el camino, se le fue pasando. Yo le fui contando mis planes.
Iba a leer mucho. Defender mi ideología. Escribir poemas. Buscarme un trabajo. De otra cosa, si hace falta. Quiero vivir. Quiero vivirlo todo. Quiero ser libre. Quiero ser feliz. Ir a todas las bibliotecas. Escribir todas las aventuras. Y cuando me esté haciendo viejo, casarme y tener hijos. Para esperar. En el tiempo que me quede, hacer todo lo posible por ayudarles a crecer. Nada más.
Pasaron 18 años. Mis dos amigos entraron y salieron de institutos. Uno de los pibes tuvo la mala suerte de que los padres tenían guita y eran gente importante en la iglesia.
Todavía está en un centro de rehabilitación.
Un lugar muy caro.
Así conoció a Maradona.
A mí me acusan de drogadicto, borracho, loco, desde que tengo 14 años.
¿Cómo puedo devolverle lo que pagó emocionalmente mi vieja por ir a ver al Club Pacífico -ese equipo de fútbol que creé en la infancia que solamente fracasó porque jugábamos mal, poníamos los gordos buenos, los anteojudos, los que siempre eran últimos del Queso y Pan- justo durante el partido más parecido a todos nuestros partidos: nos cagaron a goles, perdimos 13 a 0 y yo, aunque jugaba de 5, tuve un contragolpe, faltaban 2 minutos para el final, Mariano iba por la derecha, por la pierna que era bueno, y mi vieja me gritó "vamos Lucas" y quise que me admire y traté de pasar al último defensor en vez de dársela a Mariano y me la quitó y se fue y no miré más, no, nada para atrás, me largué a llorar, pero algo pasó, porque fue córner.
Respiré hondo, bajé a defender. Vino el centro, la cabeceé. Fue gol. En contra.
Nadie me reprochó nada.
Había fracasado todo el plan. Fue el último partido del Club Pacífico. Nuestra sede, una casa en un árbol de un baldío donde hoy a torres para terratenientes, se fue deshaciendo. Una tabla por un viento. Una tormenta se llevó el techo. Y nos hicimos grandes. Cada cual por su lado.
De vez en cuando nos juntamos. Somos amigos. Hacemos asados. Hablamos de los hijos, de política, cosas de literatura, nos ayudamos. Brindamos por los que ya no están. Nos entretenemos con las personitas que van poblando el barrio, con sus delantales, peinados a la gomina. Los jardines y las escuelas siguen teniendo los mismos nombres. Siguen dando miedo a las personitas nuevas de mi barrio empobrecido.
A veces, cuando me acuesto a dormir la siesta en la casa de mi familia, entre las manchas de humedad, la pintura vieja, los muebles rotos, los lugarcitos donde leer un libro, nuestra manera de estar un rato a solas teniendo que vivir amontonado, a veces, cuando me quedo a dormir la siesta, si sobra una cama por que alguno salió; a veces, en serio, me despiertan los gritos de las personitas, jugando juegos que yo ya no conozco.
Es una pena no conocer esos juegos. Y que los chiquitos de mi barrio no me conozcan. Que estén correctamente educados a alejarse de los extraños.
Tengo pocos orgullos en mi vida. Uno es ese: si juegan bajo mi vereda a la siesta me dan ganas de trepar la enredadera, con cuidado de que no me vean mis padres y ayudarlos a jugar. A jugar mucho. A sonreír. A ser felices. Es la única manera de que esos niños no terminen en cárceles, hospitales psiquiátricos, casinos de suboficiales, rehenes de un terapeuta sindical, planta permanente de la justicia, penitenciarías de rehabilitación, o freaks de TV con ganas de abrir por última vez la hornalla y acostarse a dormir hasta nunca.
Pensando cada día: apenas tenga a quién escribirle una carta de despedida, lo hago.
Que se venguen los chicos
de este sistema
prendidos de la mecha
de alguna meta
esa licencia poética de las clases altas.
A los hijos de los trabajadores el barrio nos moldeó la voluntad,
esa necesidad hermética de las clases bajas.
Tuve arco iris. Lo hice yo. Mezclando un poquito de plastilina de cada color, amasando, una pelota. Guardé mi arco iris en el bolsillo del delantal. La señorita nos retaba por desperdiciar las plastilinas.
Fue después de que le cuente a Romina que mañana teníamos que traer papel glacé.
La señorita Cristina no era mala, era maestra jardinera, apenas. Me miró feo. No me dijo nada. Pero algo, yo sabía, estaba haciendo mal.
Desde entonces le leía a Romina los comunicados a nuestros padres atrás del árbol del arenal, que quedaba a una distancia última. Para que la seño no nos viera.
Siempre creí que la seño se enojaba conmigo cuando leía los comunicados a los padres por que yo tenía un papá que estaba lejísimos, a veces en otra galaxia. En esos planetas que habitan los poetas. Y otras veces estaba tiraba entre los tachos de basura de un baldío donde dormían los borrachos.
Cuando terminé el jardín, mi hermano inmediatamente mayor, que me lleva un año (tengo otro más grande, y tres más chicos) tenía que volver a primer grado.
Pasaba, en casa, algo rarísimo. No había preocupación en toda la parentela de docentes. O sea, en toda la parentela. No había escándalo. Ni siquiera lo retaron.
Mi hermano también leía desde los 3 años. El diario a mi papá.
Mi mamá no quería. Decía, nos dijo mucho después, que el aprendizaje es colectivo e institucional. Qué se yo. Esas cosas.
Mi hermano tenía que repetir al igual que todo el curso.
Hubo reuniones. Mi vieja siempre entendió de educación. Pero no sé bien qué pasó. Al final nadie repitió. Hicieron unos exámentes así nomás en febrero y entraron todos a segundo grado. Y a la maestra la echaron a la mierda.
Delante nuestro jamás se habló mal de un profesor. Pero todos los chicos del barrio íbamos a esa escuela. La maestra había, dicen, enloquecido.
Con mi arco iris de plastilina. Mis puentes de flores. Los dibujos de la familia que no tenía. Mi barrio que fue montón de abuelas y muchos colores. De árboles, paredes nuevas, autos, bicicletas, azulejos. Hasta los perros eran elegantes y sutiles. Esos arpegios de pájaros en los cables terminaban en postes de luz nuevos. Con madera lijada. Y un césped prolijo y constante.
Nunca tuve un volcán propio, ni en la infancia, donde lo que soñaba era así. Tampoco un chancho, porque me daban miedo. Ni pistolas de juguete. Tampoco tengo una casa. Ni una esposa. Ni un color favorito. Tuve un dios. No sé cantar. Siempre fui malo para los deportes.
Unos meses tuve un auto que nunca usé porque no sé manejar. Se lo di a mi hermano mayor. Por que tiene hijos.
Es raro, bah, para los menores de 30 años quizás no, pero nunca tuve un reloj pulsera. Tenía lo que los otros pibes: rodilleras con cuerina azul, cuadernos Rivadavia, camisa de comunión, botines fulbencito (comprado de saldos) zapatillas Rigazio, entradas al cine por mejor compañero, una pelopincho, lápices faber castell, pero no tuve reloj pulsera. Hasta el día de hoy. Que podría comprarme. Ya no hacen falta, están los celulares. Pero los que venimos del tiempo de temer al futuro con robots, soviéticos, computadoras, marcianos, carapintadas.
Un poster del Beto Alonso. Una casita en el árbol. Un disco de María Elena Walsh. Un portallaveros de madera terciada hecho en las horas perdidas de plástica. Cinco portallaveros, uno por cada hermano, por la misma gorda tonta con delantal blanco, ateojos y pelo ridícula rojo y cortito, que daba en todos cursos, en todas las escuelas, en todos los cuarteles. Y parroquias. Y estancias. Clases de manualidades prácticas donde hacíamos germinaciones mientras la oligarquía sembraba tanques y trincheras. Hicimos crucifijos de madera en homenaje a monseñor Tortolo mientras el Padre Puijamé hacía espadas con su sacrificio.
Tuve lo que todos los niños.Una cacería fracasada de murciélagos. Un diez en Lengua y Literatura. Una remera que a mi hermano le quedaba chica. Una vecina que nunca se enteró cuánto la amaba,. Una hipótesis asustada sobre los gitanos. Un opi tapado por hormigas. Colonia Hombrecitos. Un respeto clerical por Hugo Gati. Un mecano oxidado. Un aburrimiento mortal para bailar chamarrita.
Yo no pienso muy a menudo que nunca tuve un reloj pulsera. No me miro la muñeca para calibrar el olvido de una ausencia. Lo pienso a veces, para representar, todo lo que no tuve. Pero pensarlo de una manera que no me duela.
Hoy podría comprarme un reloj pulsera.
Y hasta podría comprar el cementerio donde está muerto mi padre, averiguando primero si es que lo enterraron y adónde. Pero jamás podría comprar una guitarra, un gurisito asustado de 7 años, el escenario del patio lleno de alumnos, familiares y maestras. Tan lleno que no vi a algunas personas. Que nunca estuvieron. No podría comprar al cosmos una vuelta atrás y mi papá aplaudiéndome por que hice bien el monólogo que escribí, se rieron los chicos, yo vestido de payaso, cayéndome cuidadosamente, sobre el coequiper, que tenía toda su familia alentándolo y aplaudiéndolo.
Para después, caído el telón, se volviera a subir. Y con la guitarra criolla que me regaló el niño dios, respirar hondo, muy hondo
LA
Que se vengan los chicos
Mi
de todas partes,
Re La
que estén los de la Luna,
Mi LA
y los de Marte
Podría comprarme un reloj pulsera. Pero no podría devolverle a mi mamá lo que pagó de más por mí. Cuando me fue a ver, en el club que yo había armado, un club gitano, itinerante, imaginario, con las camisetas blancas donde mi abuela, con los retazos de cuerina de las codilleras, nos había los números de los jugadores. Respetando a rajatabla mi decisión. Por que los chicos del barrio entraban a casa, le decían "Marta -nosotros, a mi abuela, también le decimos Marta desde chiquitos, pues vivía nuestra bisabuela y era a quien le decíamos abuela -me puede poner el 11, como Valdano, que yo no quiero ser defensor" y mi abuela, que nunca entendió el fútbol ni le importó, entre otras cosas por que estuvo casada toda la vida con un jugador profesional de fútbol, muy recordado, todavía, por lo único bueno, aunque no descollante, que hizo en su vida. Bah, mi abuela, que cree que el fútbol, como decía Borges, son 22 hombres grandes corriendo tras una pelota, recuerda una sola cosa elogiosa de mi abuelo: probablemente, lo que la enamoró. Cuando el peronismo lo nombró jefe de manzana del barrio bancario, se negó.
El general Tauber, el tío abuelo de mi abuela, le renunció a Perón como secretario privado en el exacto momento en que el respetable miembro del GOU anduvo de amoríos con una tal ¿señorita? mmm qué va a ser virgen, si era actriz, bueno, una tal Eva Perón.
Mi abuelo, además, prosiguió con la línea heredada de la familia de mi abuela Marta. Y se hizo Demócrata Progresista. Seguramente para generarle odio a mi abuela Marta. Que organizó, apenas se jubiló, el centro de jubilados con otras damas que jamás tuvieron bolillero negro en el Club Social. Armaron viajes. Caridades. Un libro, incluso, sobre la escuela que fundó Sarmiento, donde fue toda mi familia (incluido yo, que fui presidente del centro de estudiantes por la lista "69 Ganamos y Renunciamos" en 5to año. El único año que repetí. Sí, yo repetí 5to año. Alguna vez lo he contado) Y un día armaron, por una oferta de los bancos, la FUA de Franja Morada y otras instituciones prestigiosas, un viaje a Cuba. Que mi abuela, su pasaje y estadía,. pagó íntegramente para que las cuentas no se desequilibren. Pero jamás iría a esa isla demoníaca.
Eran los años que el Centro de Jubilados sacó un libro sobre la Normal, que escribí en parte yo, firmado por viejas oligarcas empobrecidas. Mi abuela me formó en la literatura. Mi abuela, mis enfermedades y las ausencias. Yo habré tenido unos 14 años, era el segundo libro como escritor fantasma, y me gustaba acompañarla a mi abuela al supermercado. Miraba todas las ofertas. Se quejaba. Ahorraba cada centavo y jamás de los jamases fue tacaña. Fue la persona más generosa que yo conocí. Pero haciendo esfuerzos impresionantes. Estiraba el dinero. Siempre le alcanzaba. Vendió los campos. Se los robaron los hijos. Es una historia triste. A lo que iba es que nada enerva más a mi abuela que el Partido Demócrata Progresista. Aunque toda la familia de mi abuelo, corondina, era eso. Pero del sector de derecha (el único que hoy queda: pero el PDP tuvo una izquierda potente: ahí estuvo, por ejemplo, Pepe Rozas. Exiliado en Entre Ríos, por esas cosas raras de Etchevehere -el abuelo del actual socio de Cristina y presidente de la Sociedad Rural- que bancaba a los hermanos Irazusta, a los hermanos Kennedy, que no reprimía a los anarquistas, aunque hubo anacoretas muertos, en el puerto, durante un acto de Patrón Costas. Pero de ese radicalismo viene Héctor Maya, el papá del que fue candidato a vice de Rodríguez Saá y gran chicanero literario según me contó Jorge Asís, nunca lo hubiera creído. Ese Maya que fue gobernador de Entre Ríos, el hijo nunca pudo, era radical, simpatizante de los mendocinos que no recuerdo el nombre, el antecedente real de Perón, estos mendocinos que inspiran el Programa de Avellaneda de Frondizi antes de Perón, bueno, el mismo Maya que cuando Perón persiguió tenazmente a todos los escritores que hoy leen los peronistas, les dio refugio. Escritores que se hicieron muy marginales por culpa de Perón, que son los que defendieron las banderas de Perón, pero detestaban a Perón, fueron a recalar ahí. Y con el mejor cuadro político de la historia del siglo 20: Mercante. Cuando a Mercante Perón lo hizo mierda, fueron recalando ahí. El caso es que Lisandro de la Torre fue candidato a Presidente, en la primer elección democrática, la que gana Yrigoyen -De La Torre, al igual que Mitre, fueron fundadores del radicalismo, que después deriva en un caudillismo populista, como bien estudió -y a mí me simpatiza- Manuel Galvez. El compañero de fórmula era Alejandro Carbó. El hermano de Enrique, que había sido gobernador de Santa Fe y Entre Ríos, de cuya familia nosotros descendemos y vivimos hasta el día de hoy -yo, no- vendiendo campos. Pero la campaña la pagó Alejandro Carbó, gastándose medio país en tierra. De ahí la bronca de mi abuela. Bah, no, en realidad, el problema es que sacó créditos, con lo cual, subdividió las tierras, deshaciendo la raíz oligárquica del árbol familiar. Un asunto sociológico que estudió Sebreli en torno a los Anchorena. Y a medida que mi abuela se empobrecía, jubilada docente, nietos que creían desocupados, mi vieja docente rural, mi tío haciendo mucha guita pero ni bola, empezó a odiar a todos los nuevos ricos. Hasta el punto que era imposible explicarle a mi abuela que el presidente Menem no era Montonero. No el Menem del 88, el Menem del 95, pasa que a mi parentela vieja al morirse el candidato del Partido Azul y Blanco, que ranqueaba bien en las encuestas, al morirse en las vísperas el General Onganía, votaron a Aldo Rico, aún cuando iba con todos los zurdos preconciliares de Entre Ríos, los terratenientes del norte, que da casi a Corrientes, donde se huele la patria, donde estaba y está la verguenza de hablar de Patria en el Teatro Colón si acá los únicos que pusieron el lomo siempre fueron los correntinos. Y mi abuela detestaba a los preconciliares. Ella pensaba, piensa, que la cosa se jodió con la Revolución Francesa.)
La primera vez que fui preso tenía 9 años. Unos diez chicos del barrio -incluidos mis dos hermanos mayores, el hijo del técnico del entonces campeón nacional de básket, y los negritos, hijos de obreros, que eran nuestros amigos- y fue por entrar al camping que tenía como patio el principal empresario, entonces, de Entre Ríos. Hoy llevó su guita afuera. Pero en ese entonces sonaba como candidato a intendente del peronismo. Para contrarrestar al montonero Busti, que había ganado la gobernación.
Entramos, éramos Brigada A, por los tapiales, alambres de púas, y canas, a buscar la pelota. La que siempre, del baldío de atrás, se nos caía. Pero iban a buscarla los hijos de Moine, que eran amigos nuestros. Y ese día se habían ido de vacaciones a algún lugar del mundo que yo jamás conoceré.
En la casa de Moine, a la vuelta de la mía, ni cuando fue intendente, ni cuando fue gobernador, hubo pobres pasando a pedir.
En mi casa hubo siempre. Desde que llegamos de Rosario. Les conocíamos los nombres, las caras. Los linyeras nos saludaban desde abajo de los bancos del parque.
Nosotros no podíamos dejar comida en el plato. Había que terminarla o guardarla, en un tapper. Que religiosamente devolvían.
En la adolescencia estuve preso varias veces. Una vez nos hicieron un operativo muy grande. Nos secuestraron, a mí y a dos amigos, 2 porros. Teníamos 17 años. Pasó el hijo de Elenita y lo agarraron de testigo. Se negó. Que en paz descanse esa vieja hermosa, Elenita, que recortaba las noticias que le parecían de izquierda del diario La Nación, para dármelas. Sin jamás moverse de su ideología maurrasiana. Era, fue, sencillamente, una buena persona.
Las mismas cosas de ayer y de hoy. Yo tenía el pelo más abajo del hombro. La barba me llegaba al corazón. Usaba ropas baratas. Leía mucho. Y de vez en cuando me acordaba que para cantar
LA
Que se vengan los chicos
Mi
de todas partes,
Re La
que estén los de la Luna,
Mi LA
y los de Marte
me había pintado con corcho quemado y maquillaje de mi abuela. Con papel crepé, de los barriletes, nos hicimos trajes. Soñando con ser Gabi, Fofó y Miliki.
Cuando metí un par de acordes mal, a destiempo, la puta que había ensayado un motón. Entonces cambié la letra, silencio...y cuando un par se rieron, se río todo el patio del colegio, hasta los padres aplaudieron, así que al final, las maestras me perdonaron. Los sacerdotes, nunca.
Que se vengan los chicos
de los planetas,
prendidos de la bolas,
de algún cometa.
Que no falte ninguno
a mi cumpleaños,
y que traigan regalos
no sean tacaños
Yo no le hice caso al profesor de guitarra, particular, uno de la escuela rural donde trabajaba mi vieja, uno de esos tantos zurdos que en los 80 se iban a las periferias para sobrevivir, no le hice caso de seguir el compás con el pie para que desde el escenario no se me note el agujero en el zapato.
El vecino de enfrente nos odiaba por jugar al fútbol en su vereda, cuando puso pasto artificial. Lo más parecido a la cancha de un Mundial que nosotros conocíamos, con Burruchaga cortando por izquierda y Maradona bailando como Travolta sin perder la confianza de Sandokan. Maradona fue mi Conde de Montecristo, mi Oliver Twist, el Asterix sin pocima.
Mi vecino de enfrente era psiquiatra. Y resultó ser el psiquiatra de la cana. Donde nos llevaron por los dos porros. Era un tribunal, mi vieja se quería suicidar por mi culpa, nunca la vi tan amargada, defraudada, yo era la última decepción de un basural imprevisto. Ella hizo parte de la secundaria en los Estados Unidos, jamás probó una droga pero vio morir la generación hippie en la que creyó. Y el tribunal con el trabajador social, el psicólogo, el custotio al lado de la bandera. Entró el juez y hasta el comisario. Yo era menor, tenía que estar mi vieja. Y debíamos nombrar abogado. Uno oficial.
El psiquiatra insistió tanto con internarme que el resto, se calló. Primero era que no. Yo trabajaba en un diario, era columnista de TV y presidente de la coordinadora de Centros de Estudiantes. Pero no iba a la escuela. No, la puta madre, no iba nunca. Iba y me volvía. Me encerraba en mi habitación a leer y escribir. "Y esas cosas que escribe..."
Había una cruz gigante. Un ventanal altísimo y enrejado. Todos miraban expedientes. ¿Tanto?
-Soy el psiquiatra y este es un caso para internación. Como los dos cómplices anteriores. (ahí me enteré que los habían mandado a rehabilitación, a mis amigos, también menores, compañeros de la escuela)
-Pero yo soy la madre, tengo la patria potestad y de acá me voy con mi hijo. No tengo confianza en la policía.
No sé si entró un poco de sol por el ventanal. Si vino la chica que me gustaba a regalarme un mantecol. Si los expedientes tenían dibujos de niños. Y el policía estaba vestido de murguero. No se si el juez se quedó dormido. Si Maradona me cambió la camiseta. Si un guardiacárcel me trajo zapallitos rellenos hechos por Marta.
Lo que sí sé es que fue el momento más hermoso de mi vida.
Aunque todavía no se cómo definirlo, fue lo más cerca que estuve de la plenitud de saber que las cosas tienen sentido. Y que hay buscarlo. En la simpleza.
Nos fuimos, con mi vieja, después que firmó papeles, y en la vereda se largó a llorar. Caminamos hasta casa. Para variar. Mi vieja no tenía ni para el colectivo. En el camino, se le fue pasando. Yo le fui contando mis planes.
Iba a leer mucho. Defender mi ideología. Escribir poemas. Buscarme un trabajo. De otra cosa, si hace falta. Quiero vivir. Quiero vivirlo todo. Quiero ser libre. Quiero ser feliz. Ir a todas las bibliotecas. Escribir todas las aventuras. Y cuando me esté haciendo viejo, casarme y tener hijos. Para esperar. En el tiempo que me quede, hacer todo lo posible por ayudarles a crecer. Nada más.
Pasaron 18 años. Mis dos amigos entraron y salieron de institutos. Uno de los pibes tuvo la mala suerte de que los padres tenían guita y eran gente importante en la iglesia.
Todavía está en un centro de rehabilitación.
Un lugar muy caro.
Así conoció a Maradona.
A mí me acusan de drogadicto, borracho, loco, desde que tengo 14 años.
¿Cómo puedo devolverle lo que pagó emocionalmente mi vieja por ir a ver al Club Pacífico -ese equipo de fútbol que creé en la infancia que solamente fracasó porque jugábamos mal, poníamos los gordos buenos, los anteojudos, los que siempre eran últimos del Queso y Pan- justo durante el partido más parecido a todos nuestros partidos: nos cagaron a goles, perdimos 13 a 0 y yo, aunque jugaba de 5, tuve un contragolpe, faltaban 2 minutos para el final, Mariano iba por la derecha, por la pierna que era bueno, y mi vieja me gritó "vamos Lucas" y quise que me admire y traté de pasar al último defensor en vez de dársela a Mariano y me la quitó y se fue y no miré más, no, nada para atrás, me largué a llorar, pero algo pasó, porque fue córner.
Respiré hondo, bajé a defender. Vino el centro, la cabeceé. Fue gol. En contra.
Nadie me reprochó nada.
Había fracasado todo el plan. Fue el último partido del Club Pacífico. Nuestra sede, una casa en un árbol de un baldío donde hoy a torres para terratenientes, se fue deshaciendo. Una tabla por un viento. Una tormenta se llevó el techo. Y nos hicimos grandes. Cada cual por su lado.
De vez en cuando nos juntamos. Somos amigos. Hacemos asados. Hablamos de los hijos, de política, cosas de literatura, nos ayudamos. Brindamos por los que ya no están. Nos entretenemos con las personitas que van poblando el barrio, con sus delantales, peinados a la gomina. Los jardines y las escuelas siguen teniendo los mismos nombres. Siguen dando miedo a las personitas nuevas de mi barrio empobrecido.
A veces, cuando me acuesto a dormir la siesta en la casa de mi familia, entre las manchas de humedad, la pintura vieja, los muebles rotos, los lugarcitos donde leer un libro, nuestra manera de estar un rato a solas teniendo que vivir amontonado, a veces, cuando me quedo a dormir la siesta, si sobra una cama por que alguno salió; a veces, en serio, me despiertan los gritos de las personitas, jugando juegos que yo ya no conozco.
Es una pena no conocer esos juegos. Y que los chiquitos de mi barrio no me conozcan. Que estén correctamente educados a alejarse de los extraños.
Tengo pocos orgullos en mi vida. Uno es ese: si juegan bajo mi vereda a la siesta me dan ganas de trepar la enredadera, con cuidado de que no me vean mis padres y ayudarlos a jugar. A jugar mucho. A sonreír. A ser felices. Es la única manera de que esos niños no terminen en cárceles, hospitales psiquiátricos, casinos de suboficiales, rehenes de un terapeuta sindical, planta permanente de la justicia, penitenciarías de rehabilitación, o freaks de TV con ganas de abrir por última vez la hornalla y acostarse a dormir hasta nunca.
Pensando cada día: apenas tenga a quién escribirle una carta de despedida, lo hago.
Que se venguen los chicos
de este sistema
prendidos de la mecha
de alguna meta
Tengo una idea para ahorrar!!
ResponderBorrarPrivatizar el futbol pero que no codifiquen.
Y quitarle los subsidios a aerolineas.
Listo. No joden a los que menos tienen!!!
Que pasa? Sin publicidad se les cae la mentira????
Estatizar aerolineas e ypf fue un fracaso?
SEGUN EXPRESO EL LICENCIADO CARRASCO, SU ABUELO DEMOCRATA PROGRESISTA SE ENTUBABA A SU MADRE REPUBLICANA AL REGRESAR ESTA DE SUS ESTUDIOS SECUNDARIOS EN EEUU (VER BALANCE INTIMO DEL ANO EN EL HISTORIAL DE ESTE BLOG).
BorrarDE MANERA QUE COMO BIOGRAFO OFICIAL DEL LICENCIADO CARRASCO, ESTIMO IM-PRES-CIN-DI-BLE LA PUBLICACION DE UNA CARTA QUE LE ENVIARA EL ABUELO ABUSADOR A SU HIJA PITIYANKI, AL REPROCHARLE HABER SIDO PORRISTA DE LOS MAPACHES AULLADORES DE MINNESOTA EN LOS 70, QUIENES DURANTE EL SUPER TAZÓN DE LA COSTA ESTE, FESTEJABAN SUS TRIUNFOS HACIÉNDOSE MAMAR LA CHOTA POR ESTA COLEGIALA ENTRERRIANA.
LA EPÍSTOLA, YA DE CULTO, EN TODOS LOS FOROS DONDE SE ESTUDIA LA VIDA DEL INSIGNE LICENCIADO CARRASCO DICE ASÍ:
"¿POR QUÉ TE MOLESTA HIJITA CHANCHITA, QUE TU TATA TE HABLE DE SEXO?:
LA GENITAL ANALIDAD DEL FETICHISTA CONCUPISCENTE ES LA CAUSA DE TU PROMISCUIDAD PAIDOFILICA Y DE TU ZOOFILIA ORAL QUE SE EXPRESA EN LA PRECOZ FRIGIDEZ PULSIONADA POR EL INCESTO HOMOSEXUAL DE TU MONOGAMIA ONANISTA VIOLADA POR UN HERMAFRODITA INFIEL.
ES POR ELLO QUE EL DESEO CLITORIZADO MARICONEA LA VERGA FLACCIDA EN ORGASMOS INTERRUPTUS PENETRANDO EL CUNNILINGUS PORNOGRAFICO DEL EXHIBICIONISTA LESBIANO.
LUEGO LOS EMBARAZADOS TAMPONES DEL INTERCAMBIO NECROFÍLICO DE PAREJAS, EXCITAN AL FETO DE LA VENEREA QUE EYACULA ESPIRALES CONCEPTIVAS CASTRANDO LA SIFILIS VAGINOSAS DE LA VOLUPTUOSIDAD TRAVESTIDA.
UNA VEZ SODOMIZADO EL PUNTO G SE REPITE EL GARCHE DE LOS POMELOS QUE EL CULO PORONGUEABA DE CONCHUDAS BABAS EN LA PIJA DE LOS LIMONES MANOTEABA EL NABO DE LA CAJETA SOBADA QUE EL ORTO CULEA LA GUASCA DE LOS POLVOS QUE LAMEN LAS PUTAS EN LAS PAJAS MONTADAS EN EL CHOTO DE LA HISTERICA MENSTRUANDO ANOS PENDEJOS BIEN ROTO EN PERNADAS MASAJEANDO CONSOLADORES HASTA ACABAR EN LA PALMA DE LA MANO DE LUQUITAS.
POR ESO TE MOLESTA, PENDEJA DE MIERDA.
ANDA PONIENDOTE EN CUATRO PARA CUANDO LLEGUE SU TATITA DEL BOLICHE, QUE SE VA A TOMAR UNA CAÑAS.
ATENTAMENTE. EL ABUELITO DE CARRASCO".
9/10
Borrar10/10 (está muy bien plasmada la personalidad del abu del enano, era así tal cual el abuelito).
BorrarHace bien el anónimo hijo de puta mal nacido de las 14:20 en mantenerse en el anonimato. Si lo agarra Lucas Tyson Carrasco, lo mata de una piña. Se lo merece por forro de mierda..
BorrarTiene razón el sonso de Alonso, el cachetazo de enano es muy peligroso.
Borrarqué es carrasco? un fragmento de tu novela? suena triste. o huele a decepción.te diste cuenta que tus escritos huelen a eso? todos. este post es igual. pasame el dato ¿ es el fragmento de una de tus novelas donde dividiste los capítulos en cuadros llamados soberbias de mi barrio 1, 2, 3... y etcéteras ?
BorrarCarrasco es un fragmento de sorete, Racedo.
Borrar¿Y Qué es Racedo?
Es un fragmento de hortaliza en el ano del enano.
Peor es César 37, a ese hay que darle el Martín Fierro al boludo del blog.
Borrar7/10 está incompleta la semblanza, porque nada dice del cura del barrio de Carrasco, que fue la primera autoridad fuera de su familia endogámica que le hizo probar carne al enano.
Borraresta es para ¨No me banco a Racedo es muy pero muy pelotudo´
Borraren realidad el reverendo pedazo de asno pelotudo acostumbrado a revolcarse en el chiquero donde te revolcas entre medio de todos los tampones y las tohallitas las minas de la capital federal y su entorno, sos vos. porque te ocupas de la boludez de no bancar a un tipo que ni siquiera conocés. decíme si no es una imbecilidad marcadamente manifiesta que alguien como vos se tome la ¨ardua tarea¨de no bancar a alguien que ni siquiera conoces. es estúpido pedazo de descerebrado que ha sido desnucado por su afasia congénitas.
ja ja ja, sos cualquiera.
ESTA ES PARA CARRASCO. Te paso una de tus ¨perlitas¨carrasco.es la cuarta línea de tu escrito nostalgioso
Borrar¨Fue después de que le cuente a Romina que mañana teníamos que traer papel glacé.¨
me parece que no tenés la menor idea sobre lo que escribís. se supone que estas escribiendo cosas del pasado. así que la oración, como construcción, es un asco.
FUE DESPUÉS DE QUE LE CUENTE A ROMINA QUE MAÑANA TENEMOS QUE TRAER PAPEL GLASÉ. ENCIMA, A GLASÉ LO COLOCASTE CON ¨C¨
Sos de terror !!!
mezclas y asesinas los tiempos.
dios que no existís, decile a carrasco que vuelva a la primaria
Carrasco es peor que Racedo, infinitamente peor.
Borrargracias
BorrarDe nada.
BorrarLencinas, el mendocino se llamaba Lencinas. El Gauchito Lencinas. Era de la UCR pero estaba peleado con Yrigoyen (demasiado porteño, demasiado mitrista). Había sido intendente (no se si de Mendoza o alguno de los pueblos que hoy son su conurbano) antes de la ley Saenz Peña. Estaba, por lejos, a la izquierda de los socialistas y es de los primeros que empezó a usar el término "oligarquía" a lo Eva, es decir con un fuerte sesgo de clase. En el siglo XIX se decía mucho "oligarquía", pero tenía un sentido moral y político, no de clase. Le pegaron un tiro, siempre andaba de poncho.
ResponderBorrarPero me parece que más que Lencinas, los que dejaron una huella más profunda en muchos escritores y políticos del interior, a la izquierda de "la izquierda" metropolitana, incorporados y perseguidos en partes iguales por el primer peronismo fueron los Cantoni. Ahí nomás de Mendoza. San Juan. Radicales antiyrigoyenistas en principio (porque eran del interior, como los unitarios puntanos que se fueron a vivir con los indios, más que contra el dizque federalismo de Rosas se fueron a malonear a los porteños) pusieron el voto femenino, la jornada de 8 horas y el aguinaldo. En la década del 30. También tirotearon a varios. A uno de los que sobrevivieron, de apellido Bravo (creo que era un sobrino del Macho Cantoni, el que arrancó) Perón lo mandó de embajador a la URSS durante una década. Escribió páginas muy lúcidas sobre el socialismo, su familia había intentado una fórmula superadora.
(perdón, me quedé con un pedacito del texto que era casi una nota al pie. Este comment sería un paréntesis de la nota al pie)
Ya carrasco es aburrido, que venga un imitador más aburrido todavía, es un embole total.
BorrarAnda a hacerte un implante capilar, viejo choto.
Guido Sabe tanto y terminará como UCRista colgado del Massismo.juas
BorrarMi mejor recuerdo de 6,7,8 es de cuando compre dolares a 6,7,8 pesos.
ResponderBorrarCon mi arco iris de plastilina. Mis puentes de flores. Los dibujos de la familia que no tenía.
ResponderBorrarlo del reloj pulsera, ay, te entiendo. eso siempre fue cosa de grandes. mi mamá, a los 18, ja, me regaló un reloj pulsera. lo tengo puesto, dado vuelta.
será cosa de grandes el tiempo?
hipona, voy a tratar de conquistarte usando tu lenguaje:
BorrarLos dos somos únicos, seres de luz colores que vibran en el amor barrial: una cama con sabana de flores y lamparones ultravioletas.
Borrarsi..pero no.
dejame probar con otro:
BorrarLa adolescencia, descubrir mi cuerpo... las hormonas de un cuerpo que ahora es nuevo. Las fotos de nele, ahora todo conecta en mi naturaleza que recorre el barrio.
Lo único que haces, publicando esas ganzadas, es dejarte al desnudo como un tarado, de corazón lo digo..
BorrarLucas tiene una manera muy linda de expresarse , y seguramente se garcho mas minas de las que vos en toda tu vida por tener una mirada mas sencilla y ''barrial'', de la que tanto te burlaste en mi...
no se que tipo de ''lenguaje'' te pensas que tengo yo, por que vos no hablaste conmigo, y yo no hable con vos. te pensas que me estas ridiculizando al hacer ver mi ''lenguaje'' como algo un poco menos mundano? lo único que haces es caricaturizarlo para hacerlo ver de esa manera y reirte de alguien por la cantidad de veces que seguramente se rieron de vos...pena, es lo que me dan los que no pueden ver un poco mas. debes ser un pobre tipo que solo se siente zarpado atrás de una computadora...
pero la verdad es que sos muy goma...no se ni que hago comentando esto pero me termina causando entre gracia y pena todo lo que ponen los giles de acá...hace cuanto no cojes, o trabajas, flaco?.. comprate una vida, corazón...o unos huevos bien grandes, para decirle a la gente en la cara lo que tengas que decir, CAGON
Hipona no te enojés, culeada.
Borrarnele, es una lastima que no te gustara lo que escribi pero si te causo algo de gracia es una victoria. Nunca fue mi intención burlarme de vos, sos mi comentarista favorita y le pasas el trapo a la otra comentarista, la rubia que fue a universidad siglo xxi.
BorrarA esta la convencés con un par de porros y unas Topper nuevas.
BorrarO con una pepa, si ya está muy metida.
La Nele tiene caracter, eso se valora. Peca de inocencia al contestar, se valora la pseudo inocencia. 6/10
BorrarQuien hubiese creído que una autora de poesía barata (como si faltase en Argentina) terminaría deprimiendo, victimizandose, culpando y bajoneando?
BorrarCarrasco es un sorete si le gusta a gente depresotristones de profundidad superficial, profundidad que no rompe, profundidad de anti, profundidad árida.
1° culeada tu vieja.
Borrar2° jamás me calcé unas topper.
3° será poesía barata, para vos, pero por lo menos dejo algo más lindo que un par de comentarios de mierda.
BorrarAy, Belén...♥♥♥...le diste su merecido a ese anormal.
Viste?
BorrarDe los porros no dijo nada.
De las pepas tampoco.
Y si nunca te culearon, capaz te perdés de algo, hipona.
La hipona carrasquea pero con mas fineza (?) . Me voy a hacer groupy de Nele b.
BorrarTus pecas
Borrarlas frutillas
tus pecas
las arterias
las rayas en las cebras
las venas
tus ojos
las medusas
los rayos
las manchas del yaguareté,
la textura de tu piel,
las escamas de la serpiente.
todos tan exactos
espectáculos
de la naturaleza
sin el dedo humano
Yo te voy a colar un par de dedos en la argolla y otro par en el orto, Nele, así sentís algo nuevo.
Y después, el dedo sin uña--
jaja y que problema hay, si me drogo o no me drogo?
Borrarno te preocupes por mi que me atienden y me cojen muy bien, querido.
yo me preocuparía por vos, un poquito, tanto hablar de culear..te culearon de pendejo? tenés ganas de que te culeen ahora? no la ponés hace mucho?
ay, corazón...jajajaja...que bolas tristes son todos...
Muchas han comentado y Nele con tu carisma te llevas las palmas y laureles. No rechace el lugar que la historia le ha reservado. El clamor popular la interpela, no desprecie a su electorado que puede ser mas o menos bruto. Otro día comentame si te subieron las visitas al blog de paso.
BorrarLa expresiva risa de la empanada que intenta ocultar su tristeza porque nadie se la come. Sobrevive gracias al dedo humano.
BorrarBrillante.
BorrarEl problema va a ser cuando se aviven que la escuela publica son los ricos adiestrandolos.
ResponderBorrarSe vienen, se vienen, se vienen,
ResponderBorrarLOS NESHTORPESOS
$ 100 ----> 1 Neshtorpeso = u$s 1
Existe alguien que le tenga mas asco a los ricoteros que el indio?
ResponderBorrarA luquitas lo fifó un cura de pueblo.
ResponderBorrarTodo aclarado.
No creo que sea cierto que Cris le dio la vicepresidencia a Amado porque se la cojia.
ResponderBorrarBueno, si es x eso, hoy tendríamos que tener vices para tirar pa arriba. Y ministros. Yo mas bien pienso que fue porque a Nestor le resultó...atractivo.
BorrarCogía se escribe.
Borrar
BorrarDe cualquiera de las 2 maneras siempre es gratificante, en pasado, presente o futuro también.
Uy, ya me entraron las ganas.
Me voy a coger una Playboy y me sentaré a masturbarme.
Después les cuento como me fue.
dios santo !! de repente todos entraron en el territorio de la regresión y andan medios tristes porque se acuerdan de los días felices vividos en la niñez.
ResponderBorrarqué decadencia !
Maradona fue mi Conde de Montecristo, mi Oliver Twist, el Asterix sin pocima.
ResponderBorrarEsa frase vale leer todo el texto. (Mentira, no lo lei entero).
No sé a quién se la robaste... Ja-.
Leí un poco más: qué sacrificio de Puigjané? (que encima ni escribís bien el apellido).
ResponderBorrarASesino, cómplice de asesinos, Puigjané. Y cura. Lástima que no lo mataron.
BorrarPero lo curaron.
Cuac.
El zurdo no es mentiroso.
ResponderBorrarSe fabula realidades en donde sale bien parado.
Es humanamente comprensible teniendo en cuenta las consecuencias que tendría verse. Es biológico. Instinto de preservación.
Miedo a la vida. A la verdad. A la realidad.
El estilo es el estilo... De acuerdo.
ResponderBorrarPero los errores son los errores.
Fue después de que le cuente a Romina que mañana teníamos que traer papel glacé.
Fue después de que le contara a Romina que mañana teníamos que traer papel glasé.
Pasado concuerda con pasado.
Y glasé va con ese.
Y si Carrasco escribe por amor al arte el corrector corrige por amor a la corrección, ja. Falta que el tomatero plante por amor a las plantas y comemos todos.(maldito comunista)
Borrarme parece que encajaría bien así ¨FUE DESPUÉS DE QUE LE CONTARA A ROMINA QUE AL OTRO DÍA TENÍAMOS QUE LLEVAR PAPEL GLASÉ.
BorrarEl arranque de la oración está en pasado, por tanto la construcción debe seguir ése ritmo.
me parece que a lucas hay que devolverlo a la primaria. o tirarle un libro de gramática. o mandarlo a una biblioteca. o suscribirlo al club de corazones solitarios. por ahí aprende algo de sintaxis y de construcción gramatical. genio !! maestro !!
No podés introducir ¨FUE DESPUES DE QUE LE CUENTE ¨( cuando le cuente a Romina,cómo lo tomara?) porque te metes en el presente. como te metiste ahí ¨ , transformaste la oración en una monstruosa monstruosidad.
BorrarJe
qué desastre !! eh carrasco, los libro de gramática de 50 años atrás, tienen una buenísima cantidad de ejemplo sobre construcciones gramaticales. si conoces a alguien que los tenga, en una de esas te los regala
BorrarNo moleste, Sr. Racedo.
Es evidente que al señor Carrasco le interesa más el contenido que su forma. De una botella de ginebra, ¿a Ud. le importa más la forma del envase o el contenido alcohólico? Sino, detenga al primer carro de botellero que pase ante su puerta y cómprele todos los envases vacíos de ginebra, para entretenerse e imaginar que se encurdela. Así sucede, creo entender, metafóricamente y no tanto, con el señor Carrasco, desaparecido en acción.
Igualmente, su atendible sugerencia de que alguien le regale libros de gramática es equivocada en el sentido del verbo empleado. Al señor Carrasco sería conveniente no regalarle sino tirarle los libros de gramática por la cabeza, a ver si así se endereza un poco. Y cuanto más viejos sean esos libros, mejor, pues pesan más y suelen ser de cubiertas más duras, asegurando de antemano el buen impacto en la cabeza de nuestro pequeño paladín.
tiene ud razón señor Natalio Oreiro Ruíz11 de enero de 2014, 23:22.
Borraruno puede tener la mejor de las paciencias cuando se trata de encarar la lectura de los escritos del señor carrasco - más aun cuando en algunos de ellos este hombre nos traslada melancólicamente los hechos vividos durante su infancia, pre adolescencia, adolescencia y demás.
pero el nivel de tiene su límite. es ahí cuando uno le recetaría el remedio señalado tan agudamente ud.
me tomo la libertad de citarlo : ¨Al señor Carrasco sería conveniente no regalarle sino tirarle los libros de gramática por la cabeza, a ver si así se endereza un poco. Y cuanto más viejos sean esos libros, mejor, pues pesan más y suelen ser de cubiertas más duras, asegurando de antemano el buen impacto en la cabeza de nuestro pequeño paladín.
le agradezco su colaboración
BorrarSi bien no era necesario, le agradezco citarme, aunque le convendría cerrar la cita con comillas finales a efectos de que las palabras no se las lleve el viento.
Seguramente acordará conmigo que "la letra con sangre entra", estimado Sr. Racedo. Sin embargo, el señor Carrasco parece no ser reactivo a ciertas sugerencias de quienes, como Ud.muy bien dice, somos pacientes lectores de su blog. Aún con 40 grados de calor, -y tal como lo podría expresar el Sr. Pagni en sus columnas- no asombraría que el señor Carrasco, tras leer nuestras insinuantes líneas, a partir de ahora y durante todo el verano, se paseara en sus vacaciones por las playas de Copacabana, Chascomus, en la tina de su casa o donde sea que esté, con un casco metálico en su cabeza. Una forma como cualquier otra de prevenirse de los venganzas gramaticales con las que algunos lectores de su blog parecen soñar.
Oreiro, no confunda sino con si no, ya que estamos. Otra carrasqueada.
Borrar
BorrarTiene razón. Antes de comenzar a frecuentar este blog yo escribía un poco mejor.
"Las malas juntas...", diría mi abuelo.
Espero no terminar volviéndome petiso y bloguero, como tantos.
bueno, me libre del asunto al anular la suscripción señor oreiro ruiz. ademas, estoy ocupado en algo más importante como es leer algunas investigaciones de Karl Gustav Jung quien tiene ( o tenia) predisposición para tratar con amabilidad a sus lectores. por otro lado, hay muchísima información relacionada indirectamente con las elucubraciones de carrasco que al fin y al cabo carecen de importancia. el mundo es grande. y vale escuchar ( leer) otras voces, aunque ella sean contrastante. de cualquier modo uno resuelve el contraste a partir de comparar para llegar a una conclusión a partir de la experiencia que ha acumulado.
BorrarTenés razón, Raúl, en las correcciones que me hiciste. Gracias por señalármelo.
BorrarMuy bueno el texto Carrasco. En parte me gusta porque crecí en esa epoca (te llevo unos meses, creo, pendejo), y con situaciones similares, pero esto no le quita valor.
ResponderBorrarpero que va a ser buena esa colección de lugares comunes pésimamente mal escritos, viejo choto anda a la nocturna y culturizate un poco para diferenciar un buen texto de una mierda para colmo larga como sorete después de ir a un tenedor libre.
Borrarhttp://www.librosperuanos.com/autores/articulo/00000000230/Bukowski-y-su-malsana-influencia
BorrarNo se acuerdan de hadad (dueño de empresa de seguridad) diciendo en su programa de 2001 que saqueadores se preparan para entrar en countries???
ResponderBorrarAl rebaño hay que usarlo, abusarlo y descartarlo.
ResponderBorrar¿Importa quien lo haga?
Son ganado y les gusta.
(Si, vos tambien que ganas menos de 5000 dolares por mes)
Nivel de desarrollo actual de la humanidad: baño separado según órgano reproductor del interesado.
ResponderBorrarEn tu casa privada el baño se comparte sin importar el sexo.
BorrarEn dependencia publica el baño debe ser separado.
En bar privado el Estado obliga a tener 2 baños.
EL ESTADO RETRASA LA EVOLUCION DEL INDIVIDUO Y LA HUMANIDAD.
Igual los chaboncitos y las minitas garchan en los baños de damas. Y los mingitorios son un aborto de la naturaleza, ni para cagar en condiciones sirven.
BorrarDice Pagina12 que el dolar esta a 6.
ResponderBorrarQue la pobreza es 0%.
Que la desocupacion esta en un digito.
Que los zurdos son buenos, cultos y piolas.
Etc.
No puedo seguir porque me deprime saber que existe gente como el militante k.
Matarlos no es la solucion pero preferiría que no existiesen.
Por amor al ser humano.
POR QUE ALGUNOS GOBIERNOS PROHIBEN O DIFICULTAN QUE LOS CIUDADANOS VIAJEN???
ResponderBorrarQue hay afuera que no quieren que la mayoría vea????
Eso, que vuelva la Alianza del 2001 así nos vamos todos a la mierda. Con Massa, Mauri, Sturzzeneger y la pato Bulrich, vamos a volver a viajar por el mundo limpiando platos en los mejores restoráns!
Borrar10 de enero, y todavía hay gente sin luz.
ResponderBorrarAbandonada por el gobierno nac&pop y por los medios.
La señora no dice nada. Sólo golpea el tamborcito con Moriá Chupapijas y Sofía Porrera.
El ACV le afectó el habla, parece.
Y a De Vido le dejó la cara dura. Y a Capitanich... bueno, ese se cogía a Sandra Mendoza.
Que alguien piense en la gente.
Que vayamos y matemos a un vocero de Edesur.
Arco Iris*
ResponderBorrarAzul y blanco, como el texto que escribí ayer. azul y blanco. Azul: por las profundidades del mar y también por sus animales azules. Azul el color de la calma y la tranquilidad. Blanco por el color de los edificios más altos de los lugares más profundos. Como la luna. Blanco, el color que guarda todos los colores.
El mantecol me hace acordar cosas sutiles. Momentos de luz.
"Si vino la chica que me gustaba a regalarme un mantecol". es Dis-cursi!.
"Si los expedientes tenían dibujitos de niños" es naif y dark.
Quiero vivir, quiero vivirlo todo... Poético. Poett.
Club Pacífico es Amazing, Increíble, Incrível.
1° largá los ácidos. 2° https://www.google.com.ar/#q=rimbaud+colores
BorrarLas vocales (Rimbaud)
BorrarA negra, E blanca, Y roja, U verde, O azul: vocales,
algún día diré vuestro origen secreto;
A, negro corsé velludo de moscas relucientes
que se agitan en torno de fetideces crueles,
golfos de sombra; E, candor de nieblas y de tiendas,
lanzas de glaciar fiero, reyes blancos, escalofríos de umbelas;
I, púrpura, sangre, esputo, reír de labios bellos
en cóleras terribles o embriagueces sensuales;
U, ciclos, vibraciones divinas de los mares verduscos,
paz de campo sembrado de animales, paz de arrugas
que la alquimia imprimió en las frentes profundas;
O supremo clarín de estridencias extrañas,
silencio atravesado de Angeles y de Mundos;
O, la Omega, el reflejo violeta de sus Ojos
Barbara Kruger -Hiperrealidad
BorrarAl resultado del avance de la poesía de Jean Arthur Rimbaud contra el romanticismo se lo puede ubicar en el efecto producido por Una Temporada en el Infierno así como en Iluminaciones.Pero ambas producciones son el antecedente indirecto de Baudeleire –Edgard Alan ¨Poe sobre la obra de Rimbaud. Quiero decir que sin estas influencias la obra de Rimbaud, jamás hubiese existido.
Baudelaire no tiene el vuelo libre de Rimbaud.
BorrarActo creativo
BorrarPor el huevo roto en el suelo
Por el 5 de julio
Por el pez en la pecera
Por el viejo de la habitación nº 9
Por el gato sobre el muro
Por ti mismo
No por la fama
Ni por el dinero
Tienes que seguir luchando
Cuanto te haces viejo
Disminuye el atractivo
Es más fácil cuando se es joven
Cualquiera puede alcanzar
Las alturas alguna que otra vez
La clave consiste en
Resistir
Cualquier cosa que sirva
Para que
Esta vida siga bailando
Frente a
Doña Muerte.
depende.sin embargo, como dice el texto, baudeleire y poe han influenciado para la creación de una temporada en el infierno, además de iluminaciones
Borrardatos
http://veamosquienesraulracedo.blogspot.com.ar/2014/01/barbara-kruger-hiperrealidad.html
Atinado quien posteó el poema de Bukowski. Gracias
Borrar30%??????
ResponderBorrarEsperá que aumenten luz, gas, transporte y nafta.
http://www.lanacion.com.ar/1654644-un-cuarto-de-los-portenos-no-gana-lo-suficiente-para-acceder-a-bienes-y-servicios-basicos
ESCAAAAAAALAAAAAAA EN SEYYYYYCHHEEEEEEEEELLLLLLLLLLLLLEEEEEEEESSSSSSSSSSSSSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderBorrarJAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Quedaba de paso. Y ahí hacen escala todos. Es así.
Si vas de Buenos Aires a Roma tenes que hacer escala en Bahamas.
Se frenó la economia!!!!
ResponderBorrarSabes quien te va a pagar impuestos este año???
Lo conoces a Cadorna?
La economía no se frenó se aceleró la concentración económica que es otra cosa. Osea va en contra de tu teoría. Los ricos son cada ves mas ricos y los pobres los están bancando (bah, como siempre).
BorrarEse fue el plan desde el principio.
BorrarLes manotearon los dolares mientras los distraian con evitas sin valor.
(Y les cobran tv y coche 5 veces el precio real)
Los pobres no bancan a los ricos. Gracias a los ricos y el capitalismo es que "los pobres" nacieron.
Hace 100 años no nacian o morian durante o despues del parto.
El cancer de la humanidad son los zurdos (mano derecha de la iglesia)
Vos haces referencia a que los pobres surgieron cuando se estableció una "canasta basica" o lo necesario para mantener las fuerzas productivas. Entonces los pobres se pueden catalogar como animales de trabajo, si nos los cuidás perdés fuerza de trabajo y productividad pero no entran en la jerarquía del que los domina, alguien de la misma especie y con políticas que mantienen esa dominación.
BorrarEstas muy mal enroscado.
BorrarMucha teoria, poca practica.
Bueno de pico.
Borocoteaste, enano falopa. Borocoteaste.
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