Los héroes no crean antihéroes

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• El estado mata, pero el detective no es el pueblo. El detective es un periodista que, a partir de la verdad, se convierte en militante. Y que, formulado casi como una novedad, puede compatibilizar la habilidad periodística, con la militante, en tanto sea la política el sentido último y primero de la vida. Cuanto más acentúe su faceta militante, más abandonará la literatura. Y ciertamente, más abandonará al pueblo, pero ese es otro cantar. Sí, en cambio, las zonas oscuras que ocupó en el ámbito de la Vanguardia (así se vio, convengamos, a él y su organización) pueden emparentarse con cierta épica literaria, que cruza la épica de los héroes con los policiales negros, y hay muchos ejemplos de una literatura así, nacionales y europeos y yanquis, pero sobretodo, ahí está el policial latinoamericano: narrar una biografía de Walsh. Ahora bien, la afirmación de qué el estado es criminal (indudable en los tiempos que Walsh narra, pero también en los que vive) es correcta, no es correcta la de que, en Walsh (o en Operación Masacre, que es el libro del que hablamos) el detective sea el pueblo: el detective es un periodista de derecha que se redime al encontrar la verdad. Luego, si se quiere en las investigaciones posteriores, sí, es probable, que Walsh crea que el detective es el pueblo, en tanto y en cuanto, él encarna la representación del pueblo. (Y pido perdón, por tocar la inmaculada figura de Rodolfo Walsh que, esto es lo cruel: no podrá, aunque le interesase, defenderse, porque fue acribillado en un tiroteo repartiendo su Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar)