La cuarentona, bien conservada, entra sus caderas y las posa sobre el diván. El psiquiatra enciende la pipa, se levanta los anteojos, y desvaría la atención flotante por debajo de sus faldas. Se acomoda los audífonos, es consciente de su muy baja audición, pero trata de zafar.
La mujer, sin tapujos reprimidos, narra.
-Doctor, creo que mi virginidad, a los 46 años, ya es un problema. En realidad, hasta el año pasado, nunca tuve novio. Por convicciones religiosas, sabe.
-¿Es católica?
-Luterana.
-Será veterana, pero le digo que se conser…
-Luterana, de Lutero.
-El útero, claro. Siempre queremos volver…
-Doctor!!! Acérquese, trate de escucharme. Tanto no, no me mire el escote.
-La agarraron del cogote, claro.
-Idiota.
-Los insultos los escucho perfectamente, voy a darle para que se tranquilice estas past…
-Doctor, suba el volumen de los audífonos, por favor.
-¿Cómo?
-QUE SUBA EL VOLÚMEN DE LOS AUDÍFONOS!!!
-Ah, ya. Sí, ahora, que me habla en mayúsculas, la escucho perfectamente. A veces me olvido, sabe…los años…
-El año pasado recién tuve mi primer novio. A los 45. Fue un desastre. En realidad, el año pasado tuve tres novios y…
-Despacio. Cuénteme. ¿Con ninguno quiso tener relaciones sexuales?
-Con los tres quise.
-¿Entonces? Qué pasó con el primero. ¿Cómo se llamaba?
- Se llamaba Claudio. Es un diputado progresista, quizás lo conozca, quizás no, cambia mucho de partido, por eso.
-Está bien. Eso no importa. ¿Y qué pasó?
-Bueno, nos desnudábamos, vio, me pone colorada, estábamos en la cama y él, bueno, era todo lengua. No sé si me entiende….
-Sexo oral, solamente.
-Sí.
-Mmm. ¿Y el segundo, cómo se llamaba?
-El segundo se llamaba Ricardito, era un hombre muy importante, un político también, radical que…
-Está bien, vamos al punto. ¿Tampoco hubo penetración?
-No. Era impotente.
-Entiendo. Los hombres a veces cuando se ven abrumados por las circunstancias…
-¿Doctor, a usted se le para?
-No tiene nada que ver. Sigamos. ¿Y el tercero, qué pasó?
-El tercero se llamaba...Guillermo, le decían Polémico, tenía unos bigotes hermosos, muy machote, secretario de estado, muy peronista el hombre…
-¿Con él tampoco hubo penetración?
-Con él, sí.
-¿Y entonces?
-No, pasa que Guillermo me rompió el culo.
La Bella y la Bestia 1
Como El Campo, el Antiperonismo es un género literario. Típicamente nacional. Saussure, apuntaría: en su significante. En su huella psíquica. Fonética. Más, saliendo del terreno semiótico, en la antropología, el antiperonismo es -en su significado- el miedo a los bosques medievales. Aunque, cueste, también es válida la noción de que, más que el MIEDO consagratorio a la ilusión, es, también, los fantasmas que habitaron en los bosques medievales. Que habitan, aún hoy.
Saussure consagra también el principio de la arbitrariedad del signo linguístico. Tal arbitrariedad -antirepublicana, terciarían los Antiperonistas- nace de la convención que se establece entre un sonido y otro sonido. Por ejemplo: INDEC e INDEK, suenan igual, el fonema es "igual", denotan un significado diferente. En un contexto y en un lugar. Presumiblemente, en el imaginario Antiperonista. Que es, más que un imaginario, un género literario. Poniéndose rigurosos, sería un discurso, más que un género, literario. Pero eso sería, convengamos, subirle el precio. Arbitremos, más que convenir, que es subirle el precio. Y meterse en callejones de la precisión. Al pedo.
Más vale dejarlo, al antiperonismo, dentro del género literario del drama. Adentro del subconjunto de la "pieza". Se destaca, la pieza, por su realismo. Por sus personajes, que se acercan -ahí el drama- a situaciones "límites! y no por ello, se modifican, los personajes, internamente. Aunque comprendan la naturaleza dramática de su situación límite. Esta pieza literaria, el Antiperonismo, se encuentra al sur más austral de latinoamérica, en un país llamado Argentina. De relativamente reciente fundación. Que aún discute, más que los méritos de su fundación, discute si hubo alguno. Un sector, importante, de sus élites creen, fervorosamente, militantemente, que no.
El morfema Anti es el prefijo que delata -la delación es también una categoría pasada de moda en el psicoanálisis, pero no es culpa del bello y viejo arte de delatar en el lenguaje: la culpa es del psiconálisis, porque es él el que está pasado de moda- la asunción, como identidad, de la otredad.
INDEC e INDEK suenan parecidos, más no son lo mismo en su denotación. Antiperonismo y Gorila tienen la misma composición fonética, más no son, estrictamente, lo mismo. El Gorilismo es una actitud ante la vida, la asunción de la tesis 11 sobre Feuerbach. El Antiperonismo es, ya lo dijimos, un género literario. A menudo, por comodidad, confundido por un Sujeto Social. Mal. Es una pieza dramática. Con personajes realistas.
Si un signo es todos los signos que no es, el Antiperonismo es la negación de esa premisa filosófica. Es parte del mundo. Del mundo verdadero. Del mundo, ideológicamente hablando, auténtico. Desprecia, por tanto, lo real lo particular nacional, lo criollo.
El Antiperonismo nace como modalidad nacional a la reacción nazi-fascista. La conformación de alianzas -como en la segunda guerra "mundial"- entre liberales al estilo yanqui y comunistas al estilo soviético. Todos los galeritas y doctores, se encolumnaron ahí. No faltaron los obreros sindicalizados ni las mujeres de avanzada. Que pedían los derechos sociales y el voto femenino, respectivamente. La historia, en su tosquedad y torpeza, se empeña en no registrar estos decires y prefiere los trazos gruesos de "lo real". De ahí el enojo profundo del Antiperonista con "lo real". Y con el abandono de los detalles, de los matices, de las complejidades. Que deriva, a menudo, en la furia contra la jerarquía: es entonces cuando un detalle nimio pasa a ser el organizador de un relato social, político, económico e histórico; con tanta grandilocuencia que termina reducida, la furia, a un género literario. Del conjunto de los dramas. Subconjunto de las piezas.
Se esfuerza, el profesor, en sortear obviedades. El prefijo Anti, participio de præfigĕre (en latín), que "significa" "colocar delante", es un derivado. Crea una nueva palabra. Al oponerle el CONTRA -eso es Anti- a un signo linguístico ya existente, en este caso, el peronismo. Con minúsculas. Si un prefijo derivado denomina un género literario, entonces, la conclusión, lógica (inferencia válida) es que significa una contra a otro género literario.
El profesor, duda. Va por el costado. En estos últimos tiempos, las chicas más lindas de la clase, son kirchneristas. Se consideran, además, peronistas. En un país donde nadie regala el peronismo. Y donde se sospecha de las sobreactuaciones. Quizás, por esa compulsión al psicoanálisis y a los talleres de teatro. Producto típico de capitales de provincias. Acentuado en zonas portuarias. Hay mucho Antikirhcnerismo y queda poco, residualmente, Antiperonismo. Lo emergente, más no lo dominante, es el kirchnerismo. Escuela de vanguardia literaria. Futurista:
"un automóvil rugiente, que parece correr sobre la metralla, es más bello que la Victoria de Samotracia"
Se dirá que Marinetti, redactor de esa frase -síntesis- del Manifeste du Futurisme, derivó en el fascismo. O siempre fue fascista. Como El Campo, el Antiperonismo es un género literario. Típicamente nacional. Saussure, apuntaría: en su significante. En su huella psíquica. Fonética. Más, saliendo del terreno semiótico, en la antropología, el antiperonismo es -en su significado- el miedo a los bosques medievales. Aunque, cueste, también es válida la noción de que, más que el MIEDO consagratorio a la ilusión, es, también, los fantasmas que habitaron en los bosques medievales. Que habitan, aún hoy.
Saussure consagra también el principio de la arbitrariedad del signo linguístico. Tal arbitrariedad -antirepublicana, terciarían los Antiperonistas- nace de la convención que se establece entre un sonido y otro sonido. Por ejemplo: INDEC e INDEK, suenan igual, el fonema es "igual", denotan un significado diferente. En un contexto y en un lugar. Presumiblemente, en el imaginario Antiperonista. Que es, más que un imaginario, un género literario. Poniéndose rigurosos, sería un discurso, más que un género, literario. Pero eso sería, convengamos, subirle el precio. Arbitremos, más que convenir, que es subirle el precio. Y meterse en callejones de la precisión. Al pedo.
Más vale dejarlo, al antiperonismo, dentro del género literario del drama. Adentro del subconjunto de la "pieza". Se destaca, la pieza, por su realismo. Por sus personajes, que se acercan -ahí el drama- a situaciones "límites! y no por ello, se modifican, los personajes, internamente. Aunque comprendan la naturaleza dramática de su situación límite. Esta pieza literaria, el Antiperonismo, se encuentra al sur más austral de latinoamérica, en un país llamado Argentina. De relativamente reciente fundación. Que aún discute, más que los méritos de su fundación, discute si hubo alguno. Un sector, importante, de sus élites creen, fervorosamente, militantemente, que no.
El morfema Anti es el prefijo que delata -la delación es también una categoría pasada de moda en el psicoanálisis, pero no es culpa del bello y viejo arte de delatar en el lenguaje: la culpa es del psiconálisis, porque es él el que está pasado de moda- la asunción, como identidad, de la otredad.
INDEC e INDEK suenan parecidos, más no son lo mismo en su denotación. Antiperonismo y Gorila tienen la misma composición fonética, más no son, estrictamente, lo mismo. El Gorilismo es una actitud ante la vida, la asunción de la tesis 11 sobre Feuerbach. El Antiperonismo es, ya lo dijimos, un género literario. A menudo, por comodidad, confundido por un Sujeto Social. Mal. Es una pieza dramática. Con personajes realistas.
Si un signo es todos los signos que no es, el Antiperonismo es la negación de esa premisa filosófica. Es parte del mundo. Del mundo verdadero. Del mundo, ideológicamente hablando, auténtico. Desprecia, por tanto, lo real lo particular nacional, lo criollo.
El Antiperonismo nace como modalidad nacional a la reacción nazi-fascista. La conformación de alianzas -como en la segunda guerra "mundial"- entre liberales al estilo yanqui y comunistas al estilo soviético. Todos los galeritas y doctores, se encolumnaron ahí. No faltaron los obreros sindicalizados ni las mujeres de avanzada. Que pedían los derechos sociales y el voto femenino, respectivamente. La historia, en su tosquedad y torpeza, se empeña en no registrar estos decires y prefiere los trazos gruesos de "lo real". De ahí el enojo profundo del Antiperonista con "lo real". Y con el abandono de los detalles, de los matices, de las complejidades. Que deriva, a menudo, en la furia contra la jerarquía: es entonces cuando un detalle nimio pasa a ser el organizador de un relato social, político, económico e histórico; con tanta grandilocuencia que termina reducida, la furia, a un género literario. Del conjunto de los dramas. Subconjunto de las piezas.
Se esfuerza, el profesor, en sortear obviedades. El prefijo Anti, participio de præfigĕre (en latín), que "significa" "colocar delante", es un derivado. Crea una nueva palabra. Al oponerle el CONTRA -eso es Anti- a un signo linguístico ya existente, en este caso, el peronismo. Con minúsculas. Si un prefijo derivado denomina un género literario, entonces, la conclusión, lógica (inferencia válida) es que significa una contra a otro género literario.
El profesor, duda. Va por el costado. En estos últimos tiempos, las chicas más lindas de la clase, son kirchneristas. Se consideran, además, peronistas. En un país donde nadie regala el peronismo. Y donde se sospecha de las sobreactuaciones. Quizás, por esa compulsión al psicoanálisis y a los talleres de teatro. Producto típico de capitales de provincias. Acentuado en zonas portuarias. Hay mucho Antikirhcnerismo y queda poco, residualmente, Antiperonismo. Lo emergente, más no lo dominante, es el kirchnerismo. Escuela de vanguardia literaria. Futurista:
"un automóvil rugiente, que parece correr sobre la metralla, es más bello que la Victoria de Samotracia"
Esquiva, el profesor, el terreno resbaloso de la coyuntura política. Sin dejar de mirar a la chica de la primera fila. Presumiblemente de La Cámpora. Trata, el profesor, de congeniar. Antes de que se de cuenta. La chica. De adónde la está llevando. No es adonde, precisamente, quisiera.
Coplas de mi país
Mirar los desarrollos territoriales de cada fragmentación política, es la clave de interpretación, a mi juicio, como siempre, corazón, modesto, a mi juicio, para entender hacia dónde van las cosas.
Hay, me pasa con muchos amigos, un sociologismo a la carta que utiliza números al voleo sobre cuál incidencia en el total del padrón representa cada territorio de lo que en conjunto se da en llamar argentina. Sociologismo de números mal comprendidos. Los números, para lo social, son parámetros de muy difícil comprensión. Pero tienen la virtud de hacerse creer, como las prostitutas, fáciles para el amor. No. dicho con mi habitual modestia: dame cualquier conclusión, yo le pongo, si querés, los números.
Ponerle números a cualquier conclusión es algo relativamente fácil. Hay números disponibles, sin necesidad de forzarlos, para decir casi cualquier cosa.
Sucede bastante, también, con las encuestas de intención de voto.
Yo confieso mi absoluta ignorancia para comprenderlas, y no hago esta ignorancia extensiva, para nada. Por el contrario, conozco gente sagaz, con verdadero talento para sacar, de las encuestas, lecturas de lo político que al común, yo por caso, se le escapan.
Las encuestas son algo muy serio como para dejarlas en manos de políticos. Los números, son algo demasiado serio para dejarlos en manos de los sociologismos a la carta.
Claro que ante tanta chantada ensayística, la numerología, opera como cientificidad para empresarios, que son los que compran cualquier verdura en la materia que desonocen, y pagan bien. No todos los empresarios. No, no, se requiere cierta habilidad, muy conectada con el clima social, para ser empresario. Ahora, para ser un alto gerente de finanzas, no. Esos son el mercado pequeño adonde vender numerología, diciendo cualquier cosa, con todo de jerga pretendidamente científica, cuanto más lejana e imprecisa al cliente, mejor.
En el actual estado de cosas, el kirchnerismo es el único partido político existente. El peronismo, género literario -como el campo y el folklore- se consigue de mejor calidad, en la República de Palermo, es la condición de posibilidad, de esa constante histórica, del antiperonismo. En la realidad concreta, que debemos a Perón, lo que existe es el kirchnerismo. Y la disputa simbólica sobre el peronismo, o sea, sobre el kirchnerismo, su herencia y su legado.
Es un problema político que no exista ninguna alternativa a la derecha del sistema. Ninguna alternativa capaz de dotar de gobernabilidad.
El FAP -Frente Anti Peronista- que como toda experiencia de mediano y largo plazo en busca de superar las viejas dicotomías se extinguirá tras la próxima elección, no pasa de ser un pronunciamiento ético de la Pampa Húmeda y su subproducto oligárquico: el liberalismo de buenos modales. Nuestra historia democrática, y la de las dictaduras, fraudes y proscripciones, encuentra siempre respetabilísimas candidaturas de este liberalismo oligárquico, de buenas intenciones, estanciero y galerita. Binner es uno más de esos exponentes. A sus casi setenta años, se da el gusto de quedar en la historia chiquita de sus predecesores, principalmente, santafecinos. Como Estévez Boero, su mentor. O Lisandro De La Torre.
El radicalismo es, en cambio, un partido con vocación de mayorías. Alquilado a las corporaciones oligárquicas, se volcó,en la Pampa Húmeda, a un típico partido de derecha moderna, con la variante tercermundista de un partido atendido por sus propios dueños. La típica variante tercermundista es que los partidos de derecha sólo representan a una facción del capital y desde ese partido disputan. Regalando al populismo cierta franja, defensiva, del capital, aliado a sectores populares, siempre, por supuesto, en tensión e inestabilidad. El problema, corazón, es la oligarquía diversificada. Pero bue, es largo y complejo el tema. Son las ocho de la mañana.
Y Paraná está despertándose.
No es menor el problema del radicalismo: la conducción de la Pampa Húmeda y el Puerto, equilibraba el tinte reaccionario y clasista del radicalismo norteño. En el sur, el radicalismo replicaba este equilibrio, con variables.
La idea de El Hijo De alfonsín, que es la idea de la principal dirigencia radical -el impresentable Cobos y Ernesto Sanz, por ejemplo- no es mala. Con la socialdemocracia en bancarrota, el peronismo volcado a la izquierda y en sintonía con sudamérica, el único espacio vacante estaba a la derecha. Como, momentáneamente, acompañante. El servicio de acompañante -a veces recubierto tras el eufemismo de "masajista"- le sienta bien al alfonsinismo siempre y cuando alguno de la dinastía retenga las riendas del liderazgo partidario. El Hijo De alfonsín demostró que, en octubre, pierde cualquier liderazgo interno. Habrá que ver. Hasta ahora fue eficaz en pulverizar a Moreau, Storani, Cobos y Sanz, si logra sobrevivir a su estrepitoso fracaso electoral.
Hay, me pasa con muchos amigos, un sociologismo a la carta que utiliza números al voleo sobre cuál incidencia en el total del padrón representa cada territorio de lo que en conjunto se da en llamar argentina. Sociologismo de números mal comprendidos. Los números, para lo social, son parámetros de muy difícil comprensión. Pero tienen la virtud de hacerse creer, como las prostitutas, fáciles para el amor. No. dicho con mi habitual modestia: dame cualquier conclusión, yo le pongo, si querés, los números.
Ponerle números a cualquier conclusión es algo relativamente fácil. Hay números disponibles, sin necesidad de forzarlos, para decir casi cualquier cosa.
Sucede bastante, también, con las encuestas de intención de voto.
Yo confieso mi absoluta ignorancia para comprenderlas, y no hago esta ignorancia extensiva, para nada. Por el contrario, conozco gente sagaz, con verdadero talento para sacar, de las encuestas, lecturas de lo político que al común, yo por caso, se le escapan.
Las encuestas son algo muy serio como para dejarlas en manos de políticos. Los números, son algo demasiado serio para dejarlos en manos de los sociologismos a la carta.
Claro que ante tanta chantada ensayística, la numerología, opera como cientificidad para empresarios, que son los que compran cualquier verdura en la materia que desonocen, y pagan bien. No todos los empresarios. No, no, se requiere cierta habilidad, muy conectada con el clima social, para ser empresario. Ahora, para ser un alto gerente de finanzas, no. Esos son el mercado pequeño adonde vender numerología, diciendo cualquier cosa, con todo de jerga pretendidamente científica, cuanto más lejana e imprecisa al cliente, mejor.
En el actual estado de cosas, el kirchnerismo es el único partido político existente. El peronismo, género literario -como el campo y el folklore- se consigue de mejor calidad, en la República de Palermo, es la condición de posibilidad, de esa constante histórica, del antiperonismo. En la realidad concreta, que debemos a Perón, lo que existe es el kirchnerismo. Y la disputa simbólica sobre el peronismo, o sea, sobre el kirchnerismo, su herencia y su legado.
Es un problema político que no exista ninguna alternativa a la derecha del sistema. Ninguna alternativa capaz de dotar de gobernabilidad.
El FAP -Frente Anti Peronista- que como toda experiencia de mediano y largo plazo en busca de superar las viejas dicotomías se extinguirá tras la próxima elección, no pasa de ser un pronunciamiento ético de la Pampa Húmeda y su subproducto oligárquico: el liberalismo de buenos modales. Nuestra historia democrática, y la de las dictaduras, fraudes y proscripciones, encuentra siempre respetabilísimas candidaturas de este liberalismo oligárquico, de buenas intenciones, estanciero y galerita. Binner es uno más de esos exponentes. A sus casi setenta años, se da el gusto de quedar en la historia chiquita de sus predecesores, principalmente, santafecinos. Como Estévez Boero, su mentor. O Lisandro De La Torre.
El radicalismo es, en cambio, un partido con vocación de mayorías. Alquilado a las corporaciones oligárquicas, se volcó,en la Pampa Húmeda, a un típico partido de derecha moderna, con la variante tercermundista de un partido atendido por sus propios dueños. La típica variante tercermundista es que los partidos de derecha sólo representan a una facción del capital y desde ese partido disputan. Regalando al populismo cierta franja, defensiva, del capital, aliado a sectores populares, siempre, por supuesto, en tensión e inestabilidad. El problema, corazón, es la oligarquía diversificada. Pero bue, es largo y complejo el tema. Son las ocho de la mañana.
Y Paraná está despertándose.
No es menor el problema del radicalismo: la conducción de la Pampa Húmeda y el Puerto, equilibraba el tinte reaccionario y clasista del radicalismo norteño. En el sur, el radicalismo replicaba este equilibrio, con variables.
La idea de El Hijo De alfonsín, que es la idea de la principal dirigencia radical -el impresentable Cobos y Ernesto Sanz, por ejemplo- no es mala. Con la socialdemocracia en bancarrota, el peronismo volcado a la izquierda y en sintonía con sudamérica, el único espacio vacante estaba a la derecha. Como, momentáneamente, acompañante. El servicio de acompañante -a veces recubierto tras el eufemismo de "masajista"- le sienta bien al alfonsinismo siempre y cuando alguno de la dinastía retenga las riendas del liderazgo partidario. El Hijo De alfonsín demostró que, en octubre, pierde cualquier liderazgo interno. Habrá que ver. Hasta ahora fue eficaz en pulverizar a Moreau, Storani, Cobos y Sanz, si logra sobrevivir a su estrepitoso fracaso electoral.
Bien leido JP Feinmann.Como dijera Borges"life itself is a quotation". Porque aunque la vida misma pueda ser una cita, y esta idea, esta cita de la vida, en la vida, pueda ser universal, no debo-por principios -no citar a Borges.
ResponderBorrarEspero que esta clase de pelotudeces no se financien con mis impuestos.
ResponderBorrarSi no es asì, adelante.
Nalika duwe situs web, aku yakin artikel ing kene apik banget, thanks kanggo gaweyan.
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