Voy a confesarlo, tengo un amiguito imaginario. Y cuando tengo grandes dudas, sobre el origen del universo, qué pasa luego de muertos, porqué las minas están todas locas, cosas así, le pregunto a mi amiguito imaginario. Que se llama La Tota. Me tiro en la cama, me conecto vía un celular imaginario, y luego, ves, ahí estoy, charlando. La situación me insume un cacho de tiempo, así que suelo llamar al trabajo –tres días sin ir, bajo cualquier excusa médica- y a mis acreedores para que no me molesten. Pues bien, la pregunta de hoy, señor La Tota, dígame: ¿qué nos pasa a los argentinos que baja la recaudación impositiva justo cuando el campo más lo necesita, tamos todos locos, eh?
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