El grueso de los electores no tienen ni idea de la discusión de vuelo corto que ahora, acá, hoy, mañana, se está dando en torno al armado de las boletas.
A lo sumo, un coletazo les llega: se plesbicitan (bah, como tal cosa nunca se instrumentó en la Argentina y cómo, en los hechos, el Congreso desde el 2002 tiene un rol importante en la reconstrucción institucional del desastre que nos legó el último gobierno progresista posta; el de la Alianza; la noción en todo caso es que el kirchnerismo y cada gobernador e intendente se juegan todo en esta elección) las gestiones de gobierno. Y más: se ponen en juego los enrolamientos partidarios (o de las hilachas de lo que quede) y se vota con un solo clivaje: el kirchnerismo; a favor o en contra.
El grueso de la discusión transcurre en escandaletes institucionales en el diario de los Mitre, diatribas en TN e histerias comiteriles. Nada más.
Hacia afuera, poco y nada.
Está bien que así sea, ojo.
No todas las discusiones interesan al ciudadano de a pie,; siempre tan inocente, siempre tan vulnerable a las operaciones culturales de los factores de poder.
Y además, es la propia construcción simbólica de las categorías de análisis de la realidad que construyó nuestra derecha nativa la que los encierrra en la trampa de discutir ayer si Reutemaaaan es presidente en el 2011 o es Cobos, hoy si Scioli es candidato a Diputado.
Me explico:
no es cierto, nunca lo fue, que Kirchner tenga mucho poder. Que arrase con las instituciones. Que de órdenes. Que tenga una obsesión por "la caja". Sí, en cambio, transcurrió que el desguace del estado perpetrados por peronistas de Perón y radicales de Alfonsín durante los noventa, dejó el saldo de una tragedia social, hilachas de capacidades estatales y una pobreza y desocupación enormes. El sólo echo de revertir, a los ponchazos y sin mucha efectividad, algunos de esos desguizados del entramado noventista construído por Menem-Alfonsín y Chacho Alvarez, pone los pelos de punta a la derecha que recupera el viejo arsenal de críticas al populismo estatizante. Remozadas con una pizca de histeria institucional, ahora que no se dedican a los golpes de estado.
A eso, hay que sumarle una izquierda extraviada que otra vez le hace el juego a la restauración conservadora. Una caricatura de izquierda. Porque uno, en todo caso, podría analizar el mesianismo de Santucho en los ataques contra los gobiernos democráticos de los años setenta, procesándolos, debatiéndolos, asumiéndolos. Ahora, los griteríos izquierdistas de ex delarruístas, ex ibarristas y siempre entongados conservadores, son patéticos. Son, ciertamente, la verdadera impostura. Que se suma, silenciosamente, a esta farsa dónde las viudas del partido militar, aducen preocupaciones en torno a la salud de las instituciones.
Del pecado original de la impostura, de la mera perduración del radicalismo en estado vegetativo y de las copias truchas de feria del progresismo tipo frepaso, nace el hijo bastardo de considerar el kirchnerismo como un equívoco transitorio, un desórden institucional, un entretiempo en la larga noche de las discusiones morales.
Entonces, todo es escándalo, denuncias, moral, dulzura corrompida. Equívocos de la historia. Momentos pasajeros.
Y la cosa sigue.
Y sigue.
Cabe esperar, en nombre de la salud republicana, un manotazo de ahogado.
La oligarquía lo propinó.
También a Evo Morales, también a Chávez, ya vienen por Correa.
Y cuando prontamente las caras lindas del barrio dejen sus gobiernos, en Brasil, Uruguay, Perú y Chile (quizás, para colmo, también Colombia si es que no hay golpe de estado) y posiblemente al amparo de una guerra comercial entre Chindia y los Estados Unidos mirando con cariño hacia el lado de Paquistán; en ese contexto, es esperable tras las elecciones, un nuevo manotazo de ahogado de las fuerzas en pugna. Donde los republicanos no desabastezcan ciudades, ni lo vuelvan a hacer. Donde las rutas no se corten, solamente se controlen las cargas. Con estados de asamblea y movilización de las bases de cargill, monsanto y el partido socialista en aprasid.
Esa captura analítica los hace dar vueltas carnero antes las insinuaciones del todopoderoso autócrata caudillo mandamás del partido de la impostura: si dice que iremos a japón volando por la estratófera en una hora, no será para reírse, sino para tomarlo en serio. Porque a tiro de decreto, el mandamás es capaz de cualquier cosa.
Lástima que no esté Tato Bores, porque todo este circo es simplemente para sentarse a mirar, con vermout y papas fritas.
Excelente, Lucas. Nada para agregar.
ResponderBorrargracias tomás: si supieses cuántos enterrianos (sojeros y zonzocialistas, me acaban de putear...jjeje)
ResponderBorrarcada vez, al estudiar mas el momento colonial me doy cuenta de algo: tenemos una derecha tan vergonzoza que se asume de izquierda y una izquierda que se asume de derecha.
ResponderBorrarPor eso, en nombre de la centroizquierda la restauracion conservadora que se viene es triste, racista, limpia, étnica, clasista y centroizquierdista.
Cada vez más veo tiempos sombríos a la patria de los pobres.
Ojalá me equivoque. Ojalá-