Interpretaciones

Tras las elecciones de junio, concientes de que definirán el escenario para las presidenciales del 2011; es casi previsible que lo que sobrevendrá será una disputa en torno de las interpretaciones. El relato opositor (principalemente surgido de las usinas comunicacionales que se desprenden de la Asociación Empresaria Argentina) hará hincapié en que por la cantidad de bancas, por la cantidad de votos, el plesbicito lo perdió el gobierno aunque la oposición no llegue ser la primer minoría.
El relato oficialista se centrará en eso: es la primer minoría. Esto es, de algún modo, previsible. El dato curioso es la relativa debilidad que tras los comicios tendrán las interpretaciones sesgadas del viejo y renacido antiperonismo: la legitimidad fragmentada, el clientelismo, etc.
Si acercamos la mirada vemos que, los dos relatos en pugna, saldrán debilitados: el oficialista, que le asigna poder definitorio a los medios concentrados, porque ganará la elección; y el opositor, y acá viene lo novedoso, tendrá debilitado su relato de la legitimidad fragmentada y el clientelismo porque, el principal contrincante del entramado kirchnerista (esto es, la línea dominante en el peronismo realmente existente y la línea, a la vez, de mayor tensión y dinamismo al interior del amplio abanico de identidades de izquierda) provendrá del llamado "peronismo disidente".
Ergo, si la disputa se dará al interior del peronismo, en términos principalmente simbólicos, con el kirchnerismo como lína de demarcación; el acento antiperonista de la oposición (que venía encarnando la Coalición Cívica) quedará fuertemente debilitado.