Y nadie hace nada

Tre-men-do, los sensibles espíritus repúblicos, ahorita nomás tiernamente crispados como nunca -porque desde que Argibay es abortista hasta la fecha, francamente, están insoportables: ay, los fundamentalistas de antikaísmo; uso y abuso de esa nueva religión "cívica" que propugna el rabino Berga: el antikaísmo, suerte de dadaísmo baboseante y previsible- y todo por una frase pequeña, soltada en el momento justo. Con una frase, el Flaco, da vuelta el avispero; rompe años de terapia de Tnmbaun, divorcia consensos entre derechas de variados pelajes, da vuelta el avispero. Con una frase. Porque, últimamente, este Flaco venía haciendo lo que decía: rara avis en la política local donde pululaban progresistas de todas las corporaciones con audaces proyectos para distribuir el ingreso que jamás asustaron a la Mesa de Enlace, la Asociación Empresaria Argentina, el simpático diario La Nación, el canal partidario TN; etc. Jamás. De pronto. Todo esto. Una frase, qué se yo....es para alquilar balcones, para pedirle a la derecha progresista que no se crispe tanto, que no se saque, que no sueñe con aventuras antidemocráticas de la mano del resucitado Cobos, ese personaje de comedia bizarra. Solamente ver desfilar en TN a la derecha progresista es para reírse, para aguantar los trapos, para saborearlo, para decirle: vamos Flaco todavía. olé-olé olá!