Omix, no aprendés más

Mi ex amigo Omix se manda una bravuconada que, en mi espíritu cristiano, perdono, que total no sabe lo que hace.
Siempre, desde chiquito y en la escuela, me costó mucho adaptarme a la discriminación. Siempre me discriminaron por ser demasiado alto, con mucha pinta y una voz de tenor que encantaba a las damitas que flameaban sus delantales en los pasillos del colegio. Esos mismos atributos, molestan a Omix, que se ha hecho transversal y sabatellista desde que es amigo de un holandés, y manda spam firmado aliasomix.blogspot.com y cita a liebresdelsur.org.ar como fuente de la dividinidad y en relación a temas de psicología, filosofía, legalización de la marihuana, sexología y reflexología, además del tarotismo.

Pero bue...como me dijo una vez mi santa madre, cuando yo volví desconsolado del Club Echague, con diez añitos, peinado a la gomina y con raya al medio, medio lloriqueando porque el mundo era injusto (ya pintaba para militar en el PC) y, decía, mi santa madre, me susurró teatralmente:
-¿Qué os afectais, amado hijo mío? -mi madre era una actríz frutrada.
-Mamá, es que las chicas no me dan bola!
-Bueno, matalas con la indiferencia.

Y así aprendí, hasta el día de hoy, a ser un gran pajero, pero contento y con la autoestima por el techo. Por eso, Omix me ataca, qué se le va ser...