Una pregunta

¿Se acuerdan cuando muchos, pero muchos eh, periodistas, entrevistaban a De Angelli como si fuese una eminencia de algo santificado sin más trámites por el Vaticano?
Yo sí me acuerdo, de malo nomás.
Me acuerdo de un reportaje gráfico, dónde De Angelli decía su habitual sarta de tonteras, en este caso reinvindicando el mejor gobierno de la historia, a su muy restringido modo de ver, el de....Pelegrini (cuántas cosas hay que escichar, no?) y el periodista, igual le seguía preguntando de otros temas como si estuviera frente a un estadista, qué cosas.
¿Cómo se llamaba el periodista? No me sale el nombre. Me estoy hablandando, se ve, con los años. Me estoy volviendo menos mordaz, a tono con la mesura del republicanismo agrario que, después de todo, sólo quiere diálogo y consenso, y que no se tomen medidas inconsultas sin convocar a las entidades.
Ay, los bellos tiempos..., los bellos tiempos!
Bue, basta de chácharas, me voy a ver a Messi, ahora sí.
Con un tecito mormón, quizás un cafecito metodista, pero -ya me lo juré, por la Constitución y la defensa de las Instituciones, porque es lo que quiere la gente (y el campo) que hasta las ocho de la noche...- cerveza no. Que después no apro más. Y si bien, como sabe Andrés el viejo, a mí la cerveza no me gusta mucho, prefiero un chiste de Nik animado por Tuki, son cosas que pasan los sábados a lo noche, y no hay nada que hacerle, porque de última, no jodamos, si nadie hace nada.
Y todas las cosas que están pasando. Sin ir más lejos, como dice mi vecino, "ahora te roban acá en la esquina". ACÁ EN LA ESQUINA!!!, naaa, todo mal, en nuestro barrio no, muchachos, somos gente de bien, de trabajo, clase media, dialoguistas y sensibles ante el arte; no jodamos: si quieren chorear y matarse entre sí, bárbaro, loco, pero háganló -por favor- allá donde viven ustedes, detrás de las vías y donde la ciudad ya terminó y empiezan las villas, que usan nuestros hospitales y nuestras escuelas y son todos extranjeros de Tucumán o Formosa, no jodamos, che. En nuestras esquinas, no. Que después escribo sin parar y mi pequeña me dice que escribo treinta boludeces por minuto, que supero a la más boluda de todas las taquígrafas: treinta boludeces por minuto; escribiendo, es mucho, no? Pasa que en casa nadie me escucha, y me dicen, andá, sentate en el teclado y escribí,...pero callate.
¿Podés creer?
Y nadie hace nada, eh!