Muy lindo que, por primera vez en tanto tiempo, las ráfagas del huracán de la crisis internacional no nos hayan, hasta ahora, derribado. Una multicausalidad de factores (no todos méritos del Gobierno, sí que muchos) nos llevaron a este raro escenario de relativa fortaleza interna -en comparación vertical con nuestra historia inmediata, en comparación horizontal con los países regionales-.
Esa situaicón económica se combina con dos datos: la voracidad de la mansa vaca lechera que vive de la teta del estado cuando la vaca está flaca y del mercado cuando engorda; y el derechazo que insunfla los ánimos de corporaciones muy patriotas como AEA, ADEPA, UIA, CEA, SRA y MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores, junto al campo y por la patria trasnacionalizada, como el patriotismo de Techin).
La inminencia de una crisis política y la falta de acuerdos en el conglomerado de la centroderecha es lo que frena, por ahora, intentos de embestida final contra el gobierno.
De este cóctel, queda claro que no existen condiciones políticas, culturales, económicas ni astrológicas para políticas expansivas que superen las limitaciones que ya hace un tiempo han mostrado las desplegadas por el neodesarrollismo no sólo nacional, sino sudamericano. Dicho en criollo: el casi 10% de desempleados, el 25% de pobres, el casi 10% de pobres indigentes, están recontrajodidos.
Sólo los ayudará Monseñor Aguer, Hugo Biolcatti y el PCR; pero como la experiencia histórica indica que estas entidades que operan en las sombras no son muy -que digamos- de fiar para estos sectores, hay que decirlo con todas las letras: tamos jodidos.
Recontra jodidos.
Echesele la culpa a quien quiera, pero más allá de los distintos voluntarismos, acá hay limitaciones estructurales que operan por izquierda y por derecha, por arriba y por abajo, y tienen que ver con el poder (y lamentablemente, cierto opaco prestigio) de las corporaciones, y con una inmensa, inmensa derrota cultural que lleva, por lo menos, 30 años.
Si no superamos el estadio de absoluta minoría cultural, más allá del circunstancial clivaje del kirchnerismo, entonces, señores patriotas, amas de casa, tamos jodidos. Muy jodidos.
Nos queda, solamente, la teoría del derrame. De lágrimas.
Esa situaicón económica se combina con dos datos: la voracidad de la mansa vaca lechera que vive de la teta del estado cuando la vaca está flaca y del mercado cuando engorda; y el derechazo que insunfla los ánimos de corporaciones muy patriotas como AEA, ADEPA, UIA, CEA, SRA y MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores, junto al campo y por la patria trasnacionalizada, como el patriotismo de Techin).
La inminencia de una crisis política y la falta de acuerdos en el conglomerado de la centroderecha es lo que frena, por ahora, intentos de embestida final contra el gobierno.
De este cóctel, queda claro que no existen condiciones políticas, culturales, económicas ni astrológicas para políticas expansivas que superen las limitaciones que ya hace un tiempo han mostrado las desplegadas por el neodesarrollismo no sólo nacional, sino sudamericano. Dicho en criollo: el casi 10% de desempleados, el 25% de pobres, el casi 10% de pobres indigentes, están recontrajodidos.
Sólo los ayudará Monseñor Aguer, Hugo Biolcatti y el PCR; pero como la experiencia histórica indica que estas entidades que operan en las sombras no son muy -que digamos- de fiar para estos sectores, hay que decirlo con todas las letras: tamos jodidos.
Recontra jodidos.
Echesele la culpa a quien quiera, pero más allá de los distintos voluntarismos, acá hay limitaciones estructurales que operan por izquierda y por derecha, por arriba y por abajo, y tienen que ver con el poder (y lamentablemente, cierto opaco prestigio) de las corporaciones, y con una inmensa, inmensa derrota cultural que lleva, por lo menos, 30 años.
Si no superamos el estadio de absoluta minoría cultural, más allá del circunstancial clivaje del kirchnerismo, entonces, señores patriotas, amas de casa, tamos jodidos. Muy jodidos.
Nos queda, solamente, la teoría del derrame. De lágrimas.
Lamento coincidir. Lo más triste es que si el problema es cultural esto no se arregla ni en poco tiempo ni en las próximas elecciones. Es un laburo de muchos años. A menos que tengamos otro alineamiento de astros como a principios de la década en que a las "corporaciones muy patriotas" se las agarró distraídos y con los pantalones bajos. Y se aprenda de los errores cometidos durante el proceso actual.
ResponderBorrarAhora ya se despertaron y van por todo, por lo poquito que perdieron, otra vez.
triste coincidir en la coincidencia... pero reitero aquello que sostengo y he escuchado por ahi tambien, este es un proceso que no nacio del pueblo, el pueblo no queria que el estado vuelva a intervenir, el pueblo no queria que se juzgue a los represores, el pueblo no queria que el estado se meta con las corporaciones .... el pueblo, si es que cabe la denominacion, la derrota cultural viene de años. Pero nada es para siempre, yo digo que lamentablemente aun no tuvimos suficiente como para aprender, que este proceso ha hecho por el pueblo tanto que este ni siquiera pidio, pero que por siempre agradeceran.
ResponderBorrarEn el comodo lugar de minoria, sigo sosteniendo, "los pueblos tienen los gobiernos que se merecen"
Yo dejé de creer en la teoría del derrame gracias a los Kirchner.
ResponderBorrarYo veía por ejemplo, que con Alfonsín la pobreza bajó del 83 al 87, hasta que empezó la crisis de la hiper que nos dejó peor que en el 82, que con Menem bajo entre la hiper y el tequila, y entre el tequila y la crisis del sudeste asiático.
Y pensaba, el derrame se da, el problema es que cada 6 o 7 años tenemos una crisis que nos retrasa 8 años, lo que hay que hacer es crecer 20 años sin grandes crisis y terminamos con la pobreza.
Pero gracias al 2007 y al 2008, años en que crecimos a tasas chinas y la pobreza aumentó en vez de caer, mi idea se fue al carajo. Los kirchner me probaron que se puede crecer al 8% anual aumentando la pobreza.
El Lurker
Lurker cambía de diario, te va a hacer bien, en serio.
ResponderBorrar