miércoles, septiembre 23, 2009

Homenaje a nuestro lumpenaje


"Hay que darle un sentido a la vida, por el hecho mismo de que carece de sentido".

Henry Miller


"… En el fondo, todas las mujeres son putas

y quieren que se las trate como putas…

¡Mezclado con un poco de adoración!"


Anaïs Nin




Vos no podés seguirme a mí, le increpó Charly García, que acababa de estrellar un pesado cenicero de metal contra un vitraux. Su cara, ya de por sí contracturada por el vicio narcótico, se tensó aún más. Su lengua, siempre filosa, esta vez no se pudo escapar de la cárcel impuesta por los dientes. Sus ojos, podridas pasas de uva que vieron derretirse llanuras y evaporarse ríos de estricina, temblaban. Al ver el estado de su contrincante, García se paró airoso, y con su arrogante estilo de caminar, se marchó ignorando gestos de adulación. Pero para Enrique Symns la venganza –y a esta altura de los años, la vida- se mete por la nariz de un saque. Entonces, cuando en otra noche de locura vio que por la entrada de una disco de los ochentas ingresaba quien años después sería Say no more, puso una bolsa arriba de la barra, y con paciencia de orfebre –para que nadie se perdiera su acto demencial- armó una raya larga y gruesa como una mamba y la jaló con furia. ¡Vos no podés seguirme!, fue el grito de guerra. Charly, vencido y ridiculizado, dio media vuelta y se perdió. Escenas como estas se reflejan en El señor de los venenos, la autobiografía de Enrique Symns que recorre los años de experimentación con drogas, sus viajes por el mundo y su relación con el rock nacional. Fiel representante del estilo de Williams Burroughs, Symns repasó su vida en pleno estado de trance, escribiendo con la inconciencia de un chamán. “La editorial Alfaguara chilena me pagó por adelantado 2 mil dólares, pero después no lo quisieron publicar. Por eso lo escribí, porque tenía ese dinero. Sin plata no puedo sentarme frente a una computadora, porque necesito drogarme y emborracharme para escribir seis o siete horas por día”, revela sentado en el medio del salón del Bar Británico, ese tugurio anclado en Brasil y Defensa cuyas noches lo tuvieron de protagonista con amigos que luego –afirma- le hicieron sentir el veneno agridulce de la traición. “Traidor es el que no avisa, y yo siempre aviso. Creo que me lo habré buscado, porque ya es demasiada gente la que me puse en contra. En el panteón del rock, en el que yo viví muchos años, no me quedaron amigos. Por ejemplo, el Pelado Cordera, que vive acá a un par de cuadras, sabe que estoy en la mala y no me da una mano.”Cuando habla de amigos que le fallaron, sus cañones apuntan irremediablemente al trío formado por el Indio Solari, Skay Beilinson y la Negra Poli, cantante, guitarrista y manager de los Redonditos de Ricota. Primero conoció a la Negra Poli, a quien confundió con una mina que lo quería engatusar. Pero lo que ella quería era presentar a las otras partes del tridente, para que se pudiera unir a la banda como monologuista. Luego de años de abrir los shows de Los Redondos –“Subía al escenario y por ahí hacía cinco días que no dormía, y me mandaba unas actuaciones endemoniadas.”- un día le prohibieron la entrada al camarín, donde tampoco accedían los otros músicos de la banda. “Siempre fueron tres, nos excluyeron a todos, y yo, que estuve hasta el final, nunca creí que no me iban a dejar afuera. Los problemas empezaron cuando el dinero entró en nuestras vidas. Yo creía que era todo por amor al arte y me equivoqué, ellos eran muy mezquinos con el dinero. Me acuerdo que en Rosario la gente me confundía con Patricio Rey, y yo estaba con Walter Sidoti disfrutando de ese privilegio: fuimos a todos lados gratis, a los prostíbulos, tomamos merca de arriba. Era un chiste, pero cuando se enteraron se enojaron mucho.” El otro detonante que resquebrajó la relación fue el crimen de Walter Bulacio, y la lavada de manos por parte del Indio Solari. “Fue el primer asesinato de nuestro rock, y el Indio no sólo no lo denunció, sino que no lo asumió.”
Sigue acá (y mi confesión que por ahí anda de ser un busca, es nada, nadita. Pero también, desde este humildísimo lugar, hay que pedirles unas inmensas disculpas a Jorge Lanata, los que entienden saben porqué: lo bancamos, yo lo banco, a Lanata, a fondo).


9 comentarios:

  1. symns, viejo del orto, merquero y putañero, siempre inspirador, siempre aún desde la mierda más hedionda de su ser.
    ¿a Lanata disculpas? bueno, vos sabrás.
    y ya que estamos podríamos hacerle un homenaje a Gabriel Levinas, no te parece?

    ResponderBorrar
  2. Por mi, Enrique Symns puede decir lo que quiera. Para eso es la libertad. Si Macri puede decir que "este es un gobierno fascista" porque Symns no va a decir que hay que pedirle disculpas a Lanata.? El lo sabrá. Yo no.
    Y además, la Cerdos y Peces fue mi única droga adolescente, y la revista que a la vez me hizo conocer otras drogas, Bukowsky y Burrohugs, Joy Division y Pandolfo. La Cerdos era la locura.

    ResponderBorrar
  3. Digo, "Lucas sabrá porque hay que pedirle disculpas a Lanata". Pardon me.

    ResponderBorrar
  4. Los que estudiamos redes sociales nos interesan mucho los llamados "resultados agregados", en este caso, de sus últimos posts.
    Como carrarista ortodoxo, o del orto que es lo mismo, advierto luces amarillas en el horizonte.
    Solo queremos decir que bancamos a muerte a lapequeña.

    ResponderBorrar
  5. che, como bajo la pobreza.
    Sera por cris o porque se murieron los pobres?

    ResponderBorrar
  6. No contó como se trataba de violar pendejas? Cosa que hacia habitualmente, o como saco el cuchillo en el cafe de la flor, porque una mina le dijo que era un abusador?
    A Symms lo conocí personalmente allá por el 96, en esa época no era tan desagradable todavía tenía una cuota de dignidad, hoy no pasa de ser un lumpen de lo peor.

    ResponderBorrar
  7. Esto requiere la opinion de un experto ,yo no lo soy ,veo que puedo hacer.

    ResponderBorrar
  8. Lucas sabe que estamos hablando de alguien que supera a Bukowski, por lo menos en Argentina.
    Ojo con Symns.

    ResponderBorrar
  9. En mi humilde opinión, un mero "espanta burgués" más, sin consistencia teórica de ningún tipo.
    Paupérrimo intelectualmente hablando.
    Saludos.

    ResponderBorrar