miércoles, octubre 21, 2009

Ingreso universal a la niñez y adolescencia

 
La universalidad de un ingreso, tiene como fuerte que constituye, crea, funda, un derecho. Como debilidad, que si se aporta desigualmente (a través de la inequidad distributiva, en momentos culturales donde hay un aroma conservador en materia tributaria, como bien demuestra el rechazo a la movilidad de la alícuota de tributo a las exportaciones de soja sin procesar) no se puede recibir igualmente.
Esto es, la ilusión de la igualdad jurídica, se estructura en torno de la desigualdad social.
Un ingreso a la niñes y la adolescencia, en un país donde los pobres son mayormente jóvenes y los jóvenes son mayormente pobres, debe corregir esa desigualdad primera.
El problema es también, claro, que se debe ser realista: este gobierno, que fiscalmente fue el mejor desde  décadas (posiblemente medio siglo) ha sido también conservador en materia fiscal.
Y la inminencia de un gobierno de centroderecha para el 2011, implica considerar la posibilidad de que la universalidad de la jubilación y este nuevo ingreso a la niñéz, sean planchados bajo el método Acuerdo Cívico y Social (la poda que hizo Gerardo Morales, De La Rúa y Chacho Alvarez de las jubilaciones y salarios) o bajo el método del peronismo de derecha de hoy (la devaluación que licuó los salarios, pero benefició a las empresas endeudadas como Clarín y Techin).

1 comentario:

  1. Muy bueno Lucas. Esa es la duda.
    Los tipitos quieren transformar al Ingreso Universal para la Niñez en el famoso y nunca bien ponderado Plan Jefes y Jefas de Hogar (obviamente con otro nombre menos paleozóico). Es decir, contengamos con algo a la negrada mientras rearmamos el barquito nacional.

    Como en el 2001, si los sotanudos están en el centro de la escena hablando de pobreza, hay que asustarse y ajustarse los cinturones.

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