De aprobarse la Ley de Medios (cosa que está por verse) o no, de todos modos, el escenario político y comunicacional ya está prefigurado; por cuánto aún con la aprobación en el Senado en general y en particular, la reglamentación de la ley (objeto del deseo de tironeos corporativos varios) y la conformación de la autoridad de aplicación (objeto del deseo de tironeos de los intereses anteriores más los nuevos intereses en pugna) y el plazo para que las empresas comunicacionales presenten algunas licenciatarias (donde la Anses tiene participación) en quiebra para ser absorvidos por la ley de Bienes Culturales ay, ay, no, eso que dije no: queda así la oración: el plazo para que las empresas comunicacionale saquen a la venta de mercado a las empresas licenciatarias no contempladas en la ley, punto y aparte.Todo esto llevará más de un año. Ni hablar si se da el escenario intermedio (modificaciones en Senado y vuelve a Diputados). O sí, en cambio, la ley fuese derrotada, también los grupos económicos diversificados necesitarán demostrar al poder político en general -y a la izquierda en particular- que con ellos no se jode.
O sea: en todos los escenarios, nos van a bombardear sin miedo a que, incluso, se lleven puesta la institucionalidad.
La radicalización de la derecha real (encarnada en la Asociación Empresaria Argentina) es un hecho, y su poder de fuego -imaginablemente temible- será puesto en juego con todo su rigor a partir de ayer.
Cuando se calmen las pasiones, seguramente los bloques denominados con generosidad de "centroizquierda" sean el objeto de una nueva y más profunda operación de aislamiento de Cristina Kirchner, en una trama de pinzas que exprese que ellos son la anormalidad argentina, ella, manejada por su esposo, que además es un tarado; y ella, bueno, una imbécil. Los Kirchner se reencarnarán en lo maldito del país burgués y ahí, se visibilizaría potencialmente un fenómeno muy interesante: qué sucede al interior, en las bases del peronismo.
Quiero decir: otras veces en la historia (con otras sociedades y en otros contextos) esta jugada de la derecha, la oligarquía y sus lenguaraces, les ha salido para el purrete.
Los medios de comunicación otrora no tenían este poder de configuración dominante de la subjetividad, pero sí, puede decirse, que en la configuración de nuestra subjetividad, tener a los medios de comunicación en contra es casi un requisito. Bien lo saben, desde el cielo de los recuerdos desde donde nos miren, Juan Manuel y José Gervasio, Juan Domingo y María Eva y hasta Arturito, ese odontólogo cordobés tan ridiculizado.
Me voy a dormir. Hoy tuve que levantarme temprano para hacer unos trámites y la verdad que la ciudad es una porquería a las doce del mediodía.
O sea: en todos los escenarios, nos van a bombardear sin miedo a que, incluso, se lleven puesta la institucionalidad.
La radicalización de la derecha real (encarnada en la Asociación Empresaria Argentina) es un hecho, y su poder de fuego -imaginablemente temible- será puesto en juego con todo su rigor a partir de ayer.
Cuando se calmen las pasiones, seguramente los bloques denominados con generosidad de "centroizquierda" sean el objeto de una nueva y más profunda operación de aislamiento de Cristina Kirchner, en una trama de pinzas que exprese que ellos son la anormalidad argentina, ella, manejada por su esposo, que además es un tarado; y ella, bueno, una imbécil. Los Kirchner se reencarnarán en lo maldito del país burgués y ahí, se visibilizaría potencialmente un fenómeno muy interesante: qué sucede al interior, en las bases del peronismo.
Quiero decir: otras veces en la historia (con otras sociedades y en otros contextos) esta jugada de la derecha, la oligarquía y sus lenguaraces, les ha salido para el purrete.
Los medios de comunicación otrora no tenían este poder de configuración dominante de la subjetividad, pero sí, puede decirse, que en la configuración de nuestra subjetividad, tener a los medios de comunicación en contra es casi un requisito. Bien lo saben, desde el cielo de los recuerdos desde donde nos miren, Juan Manuel y José Gervasio, Juan Domingo y María Eva y hasta Arturito, ese odontólogo cordobés tan ridiculizado.
Me voy a dormir. Hoy tuve que levantarme temprano para hacer unos trámites y la verdad que la ciudad es una porquería a las doce del mediodía.
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