Julian Weich, el trucho

En el programa de Julián Weich, Justo a Tiempo (que debería llamarse Justo a Destiempo) se sortea un 0 kilómetro que en una oportunidad ganó una entrerriana que vive en la pequeña y muy próspera localidad de Crespo, departamento Paraná.

La ganadora tiene un amigo enfermo, que vive en Oro Verde -una más pequeña localidad, a la que se llega desde la capital entrerriana en colectivo de línea- y estaba entusiasmada con vender el auto para darle el dinero al amigo, para su tratamiento médico.

El reconocido semanario de Crespo Paralelo 32 (que llega a todas las pequeñas localidades de la provincia, vinculadas fundamentalmente con el ámbito rural) publica ayer esta increíble crónica que bien se puede titular Justo a Destiempo (la crónica está copiada textualmente).

La mujer crespense que ganó un 0Km en el programa de TV ‘Justo a Tiempo’ y quiere venderlo para pagar la atención de la salud de un amigo, gestiona la entrega, pero no está teniendo la misma suerte que aquella noche.

Crespo.- Cuando se apagan las luces en aquellos canales de TV con programas que sortean el oro y el moro, la alegría de los que ante un millón de televidentes testigos han ganado un premio valioso suele convertirse en pesadilla. Lo puede contar Paola Boxler, la crespense que el 25 de noviembre ganó un automóvil en el programa de Julián Weich (‘Justo a Tiempo’), que ella y su esposo decidieron donar para aliviar la salud de un amigo. Después de gastar unos cien pesos llamando infructuosamente al número telefónico que le dio la escribana de Weich para contactarse, Paola se cansó y como se vencía el plazo de diez días para presentar la documentación y hacerse acreedora al premio, viajó a Buenos Aires dirigiéndose a la dirección que figura en las bases y condiciones del juego, que se pueden encontrar en Internet. Al parecer, semejante atrevimiento no está previsto en las bases y condiciones del sorteo, escritas como para que los ganadores se desalienten discando a un teléfono muerto y desistan de su propósito. Lo parece, porque en aquel lugar se encontró con que no funcionan las oficinas de ITG (productora responsable de entregar al auto) sin las de Monobingo. Con buena disposición, un empleado de Monobingo llamó a otro teléfono de ITG, porque en el proporcionado por la escribana tampoco lo atendieron, y planteó la situación, pero allí le respondieron que la entrerriana regrese a su provincia y siga probando suerte con el teléfono porque siempre hay quien lo atiende.Ante esta situación, en el mismo lugar le recomendaron dirigirse a Lotería Nacional para hacer el descargo ya que ese organismo fiscaliza y respalda todos los sorteos. Allí la atendieron y llamaron a ITG, que tras esta gestión estuvieron dispuestos a recibirla.Se presentó finalmente en la empresa (en una dirección que no es la que figura en las bases y condiciones) con la documentación requerida, pero en vez de su DNI mostró una constancia de tener ese documento en trámite. Le dijeron que era indispensable y allí terminó la gestión.Al volver a Crespo tuvo la suerte de que su nuevo documento había llegado al Registro Civil local, de modo que está tratando de enviar las copias correspondientes a ITG. Finalmente recibió respuesta: “Más o menos en 30 días le vamos a avisar, viaje a Buenos Aires con unos 6 a 7 mil pesos (entre 2 y 3 mil para las certificaciones de firmas) para tramitar retirar de la agencia el auto a su nombre”. Desde entonces y hasta el cierre de nuestra edición Paola perseveraba en su intento de lograr que el fax sea admitido por el teléfono que le indicaron.Paola tendrá que hacer una nueva apuesta y volver a acertar, esta vez depositando mucho dinero y esperar que la ruleta no caiga en ‘siga participando’. Si no le están haciendo el juego, obtendrá el cero kilómetro a su nombre, lo venderá, recuperará sus gastos y depositará el resto en una cuenta bancaria para que su amigo Rubén, de Oro Verde, cuya calidad de vida podría mejorar, ya que por suerte la costosa prótesis craneal y la cirugía correspondiente fue reconocida por su obra social.