La comunicación del gobierno

La transmición de los partidos de fútbol llega a alcanzar los 15 puntos de raiting en el canal 7, un montón.
Ahí, evidentemente, nadie se cuestionó que "informar" que se dieron no sé cuántas becas, sirve para poco. En cambio, explicar dónde se puede solicitar una beca, tiene efectos políticos más amplios, generosos y, ya que estamos democráticos.
Yo creo en la industria nacional, recuerdo la breve historia de desguisados, pero presiento que a la mayoría de los argentinos les importa poco que los nuevos DNI sean totalmente de fabricación nacional.
Así que, una solicitada explicando esto en los diarios en papel de circulación de nicho, bastaría. Pero acaso sería más conveniente que, para un público masivo que tendrá contacto con su nuevo DNI, la publicidad conecte con valores más inmanentes, inmediatos: lo barato y rápido, por ejemplo. A qué 08000 llamar. Por ejemplo.

¿Estoy loco o presiento que se comunica para un tipo de imaginario nacional y popular, muy informado, mayor, y adherente al gobierno nacional?

Bueno, pero en las zonas más informadas del país, gana el PRo con el "va a estar bueno". Algo, evidentemente, falla.

Y se me ocurre que lo que falla es el análisis, que esquemáticamente, podría resumirse así: hay malhumor entre la gente porque la prensa oculta información sobre hechos del gobierno, ergo, mostramos esos hechos -enriquecimiento patriótico de Albistur meidante- y la cosa se dará vuelta.

Bueno, qué se yo. Cuando yo estudiaba los fenómenos comunicacionales-era muy mal alumno y no me recibí, así que tampoco es para andar pontificando -entendía que presentaban una gran complejidad. Casi todos mis compañeros, además, se embanderaban en las teorías críticas. Yo también. Pero, después, cuando tenés que trabajar, la aplicación, digamos, "práctica" se complicaba y todos abandonábamos el barco.
Ese párrafo de recién estuvo medio al pedo, pasa que me acordé de eso.

Quizás, el cada vez más amplio "centro" y volatilidad de un porcentaje no menor de la población, requiere valores, no informaciones.
Por ejemplo, es probable que mucha gente crea que Macri está más preocupado que cristina por la inseguridad. Aunque la ineficiencia reaccionaria y la nadería en la materia de Macri superen lo inverosímil.
Es probable que mucha gente crea que Binner está preocupado por el empleo y la pobreza. Aún cuando, la ciudad de Santa Fe tiene el índice más alto de desempleo, más allá de la polémica epistemológica sobre si la encuesta de desempleo incluye o no a la militancia de Franja Morada, con alta movilidad social ascendente.
Y es probable que Duhalde esté asociado al peronismo tradicional, aunque su interinato fue más transversal que el de Kirchner.

¿Qué sucede, entonces?

Que hay una serie de valores asociados al kirchnerismo que durante un tiempo fueron los requeridos por ese espectro de volatilidad que define el humor (digo todo esto sin abastraerme de la acumulación de fuerza y relaciones de poder, obviamente). El, por llamarlo de algún modo, decisionismo, después de De La Rúa, Chacho Alvarez y Duhalde, fue una virtud ahora transformada en defecto.
Pero, el kirchnerismo, o si se quiere el peronismo, es decisionista pero no es sólo eso. Es, también, otras cosas, acaso más trascendente.
¿Pero cómo es que el kirchnerismo, que se negaba a aplicar la asignación universal porque confiaba en el crecimiento del empleo, y que a la vez bajó en tiempo récord el desempleo que nos legaran Menem, De La Rúa, Chacho Alvarez y Duhalde, cómo es que el kirchnerismo no está mayormente asociado al trabajo?

Simplificando un tema complejísimo, ilustro un poco la idea:

¿Porqué no hay publicidades del gobierno nacional, promocionando acuerdos de precios de un pescado, pero también recetas e informaciones nutricionales sobre ese pescado? ¿Nadie se percató que la nutrición es un tema de conversación cada vez recurrente entre, digamos, Lagente? Los acuerdos de precios, en cambio,  en la percepción popular parecen no existir. Pero, ciertamente, existen (y enriquecen a varios "empresarios ancionales", dicho sea de paso)

¿Porqué no se difunden, con pompas y circunstancias, lo que sucede en cada paritaria? Porque se priorizan los números y porcentajes generales, datos macroeconómicos, etc. Todas cosas muy interesantes, pero para círculos reducidos.

¿Porqué no se televisan programas de capacitación laboral, o se promocionan, por ejemplo, cursos de oficios gratuitos por correspondencia?

¿Porqué no hay campañas de lecturas, serias, responsables, no los bolazos discontinuados y pavotes que se hicieron? ¿Porqué no encarnar el valor de la cultura, teniendo los méritos en, por ejemplo, el canal Encuentro? ¿Porqué no hay spot televisivos, no "informando" sino desarrollando el Manual de Primeros Auxilios Jurídicos, un cronograma educativo, un debate amplio y popular sobre la seguridad?

Bueno, nada de esto será tenido en cuenta, porque hay muchos intereses chiquititos, personales, en un modo de militancia donde el funcionario posa de comprometido, hace y dice para adentro de la Casa Rosada, y se aplauden y felicitan en una increíble cerrazón.

Yo entiendo que un militante -y muchos se enojan conmigo cuando escribo estas cosas- se cierren ante el constante bombardeo y hagan una defensa acérrima. La hago también. Pero, eso sí, que no me vengan con el verso de un tipo que...Pero cuando lo echan del gobierno, se pasa a la oposición.
Hay algo que falla ahí adentro.
 Eso no disculpa a los chantas que nos chamuyaron hasta que dejaron de cobrar.
Pero, algo hay que revisar.
Y no solamente la comunicación. Obvio. Es la construcción política.
Pero con la comunicación, algunas aristas de una mala construcción política, se pueden zafar.
Preguntale sino a Macri, De Narvaez y Felipe Solá.