miércoles, febrero 24, 2010

Lecciones de Calidad Institucional

Por Raúl Degrossi

en un par de lecciones, acá

1) La justicia debe fallar (y fallará, no lo duden) como anticipa La Nación, algo que se pudo ver claramente en todos los avatares del caso Redrado.

2) El fallo que pretende el gobierno "no tiene sustento jurídico", pero los camaristas deben fallar (fallarán, de acuerdo a Ventura) de acuerdo a lo que diga la oposición, que los critica por su proximidad con el oficialismo (una especie de enfermedad infecto-contagiosa, de la que uno se inmuniza...acercándose a la oposición).

3) La recusación de la UCR fue resuelta (rechazada) por la Cámara, si no no se podría resolver hoy (como dice el artículo) el recurso, pero La Nación no se da por enterada, porque esa resolución va en contra de lo que cree debe hacerse, y porque los jueces en definitiva demostrarán que son "independientes"...fallando contra el gobierno (lo cual, como sabemos, es el cúlmen de la independencia, y si no pregúntenle a Carbone, Sarmiento, Pura de Arrabal y Vocos Conesa).

4) El periodista sabe hasta cuantas carillas tendrá el fallo, y que admitirá la gravedad institucional del asunto; que es justamente lo que planteó el Procurador del Tesoro para que la Corte intervenga, no es algo que descubrieron los camaristas leyendo La Nación.

5) El periodista celebra (y se lo hace decir a la Corte) que el pleito se resuelva en sus canales naturales, o sea los poderes electivos, el Congreso y el Ejecutivo. Lástima que La Nación lo descubre recién ahora, después de haber alentado y apañado la judicialización del caso durante todo el verano, celebrando cuanta chicana judicial ensayó la oposición, y aportándoel argumentos para nuevas e ingeniosas estratagemas (como decirle que jueces quedaban de feria en cada turno en las Cámaras, a quien les correspondía reemplazarlos, cuan próximos al gobierno eran o no, y si no pregúntenle a Pinedo y Gil Lavedra en que basan sus presentaciones).

6) Según el artículo, la Corte se desentendería de este caso, pero forzaría a discutir una ley de coparticipación, algo exclusivamente librado al resorte de los poderes políticos estrictamente dichos (Ejecutivo y Legislativo), citando el caso del juicio promovido por Santa Fe, donde la convocatoria a audiencia de partes es el procedimiento habitual en todos los casos (como la causa de saneamiento del Riachuelo).

7) O sea que otra vez nos queda la duda sobre quien fija la agenda de la discusión política en la Argentina: la política, los medios, la Corte o Magoya. Nada de eso le impedirá a La Nación por supuesto, utilizar a la justicia como pantalla, o denigrar la "judicialización de la política" según convenga a sus intereses y a su discurso.

8) El impresentable Fayt (el Corach de los jueces), por enésima vez ("como es habitual" dice textualmente la nota, lo cual es cierto), se explaya en forma previa y en público sobre causas que no están en la Corte, pero que llegarán a ella (como lo hizo con la ley de medios, o el caso del ADN de los hijos de Ernestina).

¿Busca marcarle la cancha al gobierno, dar un pretexto para ser recusado, quedar bien con Clarín y La Nación preparándose un generoso obituario, es un viejo que de senil está cada vez más pelotudo, o todo eso junto?.

En fin, un anticipo de la calidad institucional que vendrá cuando el kirchnerismo ya no exista, y la república vuelva a ser gobernada por los republicanos.    

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