Sin lugar a dudas: la metáfora más poderosa es la de Caparrós y su marxismo soho. Y puede que sea simplista de mi parte, pero con esto del cerco informativo y demás obstáculos, cazar un par de las cosas que acontecen más allá de las fronteras de nuestra querida República se me complicaba un poco… y yo no tengo muchas luces… así que en las urnas pasadas decidí cortar por lo sano y abandonar la nave de “el dilema del centro izquierda” traicionando mis principios de plano, por lo que creo comprender el estigma y el escarnio social de sostener ideales hasta las últimas consecuencias, tales como el que vemos enfrentar día a día a tipos de la talla política de Julio Cobos. Si bien lo mío es más modesto, mi karma capitalino terminó de condenarme a ser un miserable traidor, ya que de vivir en Morón (por citar un ejemplo, el primero que se me ocurre) hoy todavía sería un tipo digno y nada experimentado en las lides del “dilema”. En fin: tal parece que la lucha que no supe honrar, seguirá dando muestras de su compromiso inclaudicable al no salir a respaldar (con reparos, críticas, o lo que venga) la permanencia de Marcó del Pont al frente del BCRA. Me avergüenzo de mí a veces… creo que sinceramente no tengo retorno.
Sin lugar a dudas: la metáfora más poderosa es la de Caparrós y su marxismo soho. Y puede que sea simplista de mi parte, pero con esto del cerco informativo y demás obstáculos, cazar un par de las cosas que acontecen más allá de las fronteras de nuestra querida República se me complicaba un poco… y yo no tengo muchas luces… así que en las urnas pasadas decidí cortar por lo sano y abandonar la nave de “el dilema del centro izquierda” traicionando mis principios de plano, por lo que creo comprender el estigma y el escarnio social de sostener ideales hasta las últimas consecuencias, tales como el que vemos enfrentar día a día a tipos de la talla política de Julio Cobos. Si bien lo mío es más modesto, mi karma capitalino terminó de condenarme a ser un miserable traidor, ya que de vivir en Morón (por citar un ejemplo, el primero que se me ocurre) hoy todavía sería un tipo digno y nada experimentado en las lides del “dilema”. En fin: tal parece que la lucha que no supe honrar, seguirá dando muestras de su compromiso inclaudicable al no salir a respaldar (con reparos, críticas, o lo que venga) la permanencia de Marcó del Pont al frente del BCRA. Me avergüenzo de mí a veces… creo que sinceramente no tengo retorno.
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