Falleció mi perro Polémico

Recibo este mail que a continuación transcribo. Previamente, le respondo y le digo que si quiere lo publico, dado que me divierte. La respuesta es sí, con reserva de nombre y lugares y etcétera. Pero me permite contar el final de Polémico.

Estimado Lucas Carrasco:

Soy jubilado, tengo 74 años y con mi mujer, -----, leemos diariamente su blog. Me complace narrarle que lo leemos a partir de un consejo de nuestro nieto, ----, incipiente militante de la Fede. Hemos buscado entradas antiguas y se ve que usted ha sido de la partida, o del partido. Ahora milita convencido y cascoteando en el peronismo kirchnerista.
No es éste el contenido de nuestra carta. Escribimos una carta, que escribe en el teclado nuestro nieto, dado que leemos los comentarios pero no podemos comentar por no estar inscriptos (NOTA MÍA: NO HACE FALTA, CAMARADAS, SÓLO HAY QUE METER EL COMENTARIO).
Nosotros somos kirchneristas si se quiere críticos. Vivimos en el interior agrario de la provincia de Buenos Aires. Nos llena de alivio leer que usted sabe de los tratos entre serviles y desagradables y siempre humillantes de los patrones chacareros. Por eso queremos felicitarlo.... Nos hemos dedicado a la docencia y eso nos hace sentir más impotentes....
Nuestra carta viene en cambio con críticas a su blog. Según mi mujer, usted ha crecido.... y lo leen muchos.... razón por la cual ya no escribe. En cierto modo lo perdona. Porque nuestra crítica es que su blog se volvió aburrido....
A la par que introdujo a escribir al genial Raúl Degrossi (mi mujer dice que no existe, que es usted nomás. Yo le digo que hay fotos y amigos de ustedes en común que certifican la existencia de Degrossi, pero mi mujer también atiende y escucha a los testigos de jehová.... qué vachaché!) que incluso ya no escribe tan jurídico y con más humor....pero usted se nos vino para abajo!!
Ultimamente solamente escribe en serio sobre temas que mi nieto debería aprender..., pero se olvida que nadie lo lee a usted por sus análisis políticos, cosas que podemos leer en Ramble Tamble en el Ingeniero o en Gerado Fernandez, sino que al igual que a Mendieta, lo leemos los viejos para acordarnos de nuestras épocas.....
Un agregado, estimado periodista Carrasco..., nadie habla mejor que usted sobre la derrota con las mujeres. Entre nosotros, nos gusta su caballerosidad, nunca habla de cuando gana. Eso sí.... a nuestra nieta no se le acerque porque lo saco a tiros con el aire comprimido. Mi mujer le tirará aceite caliente como a los ingleses... Créame que mi mujer estuvo en la invasión inglesa! 
Nuestra protesta es porque ya tampoco habla de ese personaje tan tierno que era Brutoski, ni de su perro Polémico. Nos hemos reído mucho de su perro Polémico... 
Llega con dos días de retraso pero estamos subcriptos a Miradas al Sur. Ahí leemos cuando habla en serio. En Artepolitica también. Con eso nos basta... Nosotros los jóvenes exigimos que se hable más de bares y mujeres. La tribuna de doctrina lo pide!! 

Atentamente y siempre dispuesto a enseñarle un salamín de mi propia cosecha, para cuando le guste venirse a-----, adjunto mis datos. Sepa usted que aquí en ----- estamos muy preocupados porque nadie hace nada!!!!!! 

Mi perro, ese que junté de un accidente en la calle, que acarreé muchas cuadras y era pesadísimo, que le lavé la herida, lo entablillé  y le di de comer y escribí con el perro en el balcón muerto de miedo. Bueno, mi pequeña, volvió al otro día. Me mandó a la puta que los parió. Prometí dejarlo en la calle, otra vez, en la calle, al perro, pero cuando se cure. Ella no volvió por varios días, yo no cumplí mi promesa. Y  lo llevé a la pensión donde vive una entrerriana -que viene del campo y conocí en un bar, una noche- y ahí quedó. Le pasaba, a escondidas, plata para alimentos y esas cosas. En la plaza, enfrente donde es moza de un bar esta mina sensible, me quedaba con el perro. Fue mi gran infidelidad. Me veía a escondidas con Polémico. Ya no tenía la mirada triste y abandonada, ladraba con orgullo, tenía un collar artesanal -que le hizo esta entrerriana llena de sueños y líneas de fuga-  de hilos de colores y un cartelito que decía: " no tengo dueño ni amos, tengo amores y consorcios"
Polémico estaba enfermo.
Un día corrió un gato y un camión se lo llevó puesto. 
Desde ahí no hablé más de Polémico. El caradura que le olía la cola a las perras de raza del barrio careta donde vivo, el amigo que toreaba cuando alguien me discutía, ese amigo que venía cuando le decía: "Polémico, cierra el kiosco y no tenemos más cervezas, nos vamos"  murió de golpe contra un camión y esa noche me emborraché y volví a casa y no dije nada. A la madrugada me levanté y destapé otra botella y me senté en el balcón, mi pequeña dormía. Y quise, de verdad, saber cantar y saber componer canciones. O gritar contra todos sin despertar a nadie. Obvio, no lo logré. Mi pequeña, luego, se arrepintió con ternura de ese inicial desdén. Por otras razones, se fue tiempo después. Todavía me siento en el balcón a la noche. O tecleo con furia, y miro al costado, buscando su asentimiento, un ronquido que pasa por ladrido, que yo daba, generosamente,  por asentimiento a lo que estaba escribiendo. Miro y no está. Bah, no queda nadie en este departamento, mientras unos jubilados leen con nostalgia aburridas notas sobre el Grupo A y todo eso. A todos nos va a pasar, esa boludez de morirse: pero ojalá alguien escriba que no vivimos al pedo, que inspiramos algo, una vez, un día, una noche, que hicimos felíz a un solitario. Con eso ya está. Ya lo hiciste, Polémico: le ganaste a la mayoría de los perros y de los hombres. Me hiciste felíz. Con vos toreamos a los patoteros, comimos lo que había en la alacena, tomamos agua cuando estuvimos pobres y whiski cuando había fiesta. Sigo yo solo, pero me acuerdo. Desde tu lugar, en el rincón, un perro callejero, destinado al olvido, al desdén, a la furia de los automovilistas. Le ganaste a la mayoría. Me duele no saber si estuve a tu altura. Me reconforta creer que sí.