Garúa.

Estoy preocupado por la gobernabilidad. El 2014 va a ser un año difícil. Duro. Je. Qué cosa. Andate, Cobos. Das verguenza. Sos una pena, chiquitita, ni querible. Ves, por la tele, capaz, qué se yo. La ex mujer de jorge estuvo ocho horas y media, haciendo cola. Para ver, un cajón. Un muerto. Que vive. Qué darían, por ser así de queridos, tantos dirigentes. País de locos. Una señora, humilde, muy viejita, con una reposera, en la cola. Los chicos de la Faets -que agrupa a estudiantes de trabajo social- gritan a coro, "matalo a leuco la puta que te parió". Yo me río No debería, en estos momentos, ué se yo, reírme. Pobre, Agustina. Una noche, la peleé, en la pirámide, de madrugada. La noche siguiente, estaba sin dormir, haciendo cola, no había comido. Es chiquita, más petisa que yo. Toda apretada. Atrás de la colo. Es todo tan raro. La gente se ríe, se llora.Me dice Lorena que Hernán Brienza dijo algo representativo: los ojos llorosos y una sonrisa en los labios. Qué síntesis, Hernán.
Está lloviendo y no amanece. Bouduo y Sileoni al costado del cajón. Yo, por última vez. Pero ahí, volviendo a casa, por Reconquista, me da cosa. Cantan, en el subte, la marcha peronista. Unos pibes. De pelo largo, remeras raras.
Un tucumano quiere sacarse una foto. Tiene unos jeans de saldo. Se siente parte de algo. Yo también. Leuco denuncia en la cloaca de Perfil que lo volvieron a amenazar. Qué tipo gil. No suspende su patetismo ni un rato. Leuco, te cuento, de paso, tu libro, y la fábula de Majul, el Dueño 2 ("La obsesión de Kirchner por concentrar el poder) y dos libros más que estaban por entrar a imprenta, lo siento. Suspendido. Hasta nuevo aviso. No sabés lo triste que me pone. Mis condolencias por ambos fallecimientos: esos libros, sin amenazas de muerte, han muerto. Los mató la realidad. Lamento tener que dar esta noticia en el día de la primavera, Leuco.
Una señora mayor, directora de un colegio privado y progresista de Paraná, se tomó el colectivo inmediatamente. Está en la plaza. Hay una murga de Monserrat. Calcagno cuenta que pasó por la carpita anaranjada y dijo "ahí están los negros de mierda" unos señores lo escucharon y lo increparon. Les tuvo que explicar que los Negros de Mierda son una agrupación política. Si hasta el cielo se ha puesto a llorar. Los cantos, temprano, me despertaron. De haber sabido que esto iba a pasar. Atravesados por lo urgente, las batallas diarias, los días locos. De haberlo sabido hubiera redoblado mi esfuerzo. La muerte no estaba en nuestros cálculos, Néstor. Hasta siempre. Hoy empieza tu historia.
Me dan ganas de creer en dios. De que estás en alguna parte. De que te podés conmover, darte cuenta que no fue al pedo.
Cuando, desde un palco del congreso, hablaste contra la oligarquía, yo lloré.
Ayer también.
Las dos veces, con el tiempo, terminamos ganando.
Qué injusto es el destino, que este triunfo no vas a poder verlo.
Ojalá existiera, aunque sea por unos días, dios.
Cuando mañana o pasado los canales vuelvan a su programación habitual, cuando nos vayamos recuperando, cuando los payadores perseguidos renueven su cantinela de desprecio, cuando empiecen las vacaciones de los chicos. En cada ciudad, en cada barrio de este país, cuando haya un encuentro de amigos, de gente que comparte algo, cuando se de un acto político, una asamblea de los nuestros, un recital de rock, te van a nombrar. Van a decir tu nombre. Te van a vivar. Van a decirte Presente. Es lo que más puede pedir un tipo consagrado a las causas populares, es lo que más puede desear un hombre que cree y quiere. Ser querido. Ser recordado. Dejar una huella en la historia de un pueblo. Si hasta el cielo se ha puesto a llorar, Néstor.