lunes, diciembre 13, 2010
Frustraciones
Nací en Rosario, un febrero del 78. Al tiempo me mudé a Paraná. En esos años creía en dios. Implicaba un montón de cosas, pero hay una curiosa: implicaba dar por sentado que había una razón poderosa, una razón última, para estar en el mundo. Para que yo esté en el mundo. Supongo que educarse creyendo que dios me vigila si le miento a mi mamá la razón por la que me falta un botón del guardapolvo, que puedo luego hablar con dios y pedirle disculpas, que dios, digamos, se ocupa de esas boludeces y más aún de MIS boludeces, bueno, debe estar ahí, el fundamento psicoanalítico de esta ausencia de humildad. Pero ese es otro tema.
Podría no haber nacido.
Ninguno de ustedes tendría una vida más o menos agradable si yo no hubiera nacido. De hecho, quizás, no nací. Quiero decir: si no hubiera nacido, no podría escribir unas líneas sobre la posibilidad de no haber nacido. Como sí las estoy escribiendo, doy por sentado que nací. Ok. Pero, qué sucede si el destino tenía pensado que yo nazca, no en febrero del 78 tomando la teta frente al monumento a la bandera, sino, ponele, en junio del 77 en Paraguay bajo un manto de estrellas, sí que muy cristiana, pero entre vacas y cabras. O bien, en mayo del 74 en París, hijo de un empresario de perfumes. Supongamos que el destino lo tenía previsto y luego se arrepintió. O peor aún, la acción de los hombres tozudos -esos que tuercen, a veces, el destino- sin saberlo y sin quererlo impidieron ese nacimiento que no fue. En París, en Paraguay.
Si eso hubiera sucedido -quiero decir, si lo que no sucedió no hubiera sucedido pero estaba previsto que suceda- soy también, sin darme cuenta, todos los hombres que no nací.
Ser -también- todos los hombres que no nací tiene sus ventajas: quién te dice que yo no hubiera sido el novio de Luisana Lopilato, sólo que, bueno, perdón Luisana pero finalmente no nací, así que conformate que el tarambana ése que tenés al lado. Sé que no es un consuelo, ni soy nadie para aconsejarte, pero si yo fuera vos -mejor aún, si en vez de nacerme así me hubiera nacido siendo vos- haría lo siguiente: me conformaría. Que para soñar con el príncipe azul que no nació ya viene el combo de la soledad y la desolación por la finitud. Inquietudes que seguramente pueblan las tardes de Luisana
La desventaja de saber que el mundo podría, lo más pancho, haber prescindido de mis servicios, son las estadísticas: si en vez de yo fuera otro, o bien el mismo pero en otro lugar, probablemente sería africano o asiático, probablemente sería pobre, probablemente no hubiera estudiado en la universidad, probablemente no abría manejar este teclado, probablemente no tendría -sí, lo indican las estadísticas- cloacas, algo en lo que ni pienso, por caso. Probablemente no sería amigo de Florencia ni hubiera leído a Sartre. Las probabilidades me juegan en contra.
Ser -también- los hombres que no nacieron estremece.
Nací así.
A veces me siento triste, a veces se me sale la cadena, a veces se me ocurre ser una mejor persona. Les pasa a todos. A los parisinos refinados y a los campesinos paraguayos. También sienten estas cosas.
Lo bueno de haber nacido como nací es que tengo la posibilidad de ser racista. De envidiar al parisino que no fui y detestar al campesino paraguayo, que tampoco fui.
No tuve ningún mérito, ni siquiera me consultaron, pero nací con la oportunidad en la mano: puedo ser racista. Considerar la raza -sea lo que eso sea, si es que es algo más que el resultante del destino- como un mérito, una razón fundante, un activo para vender en el mercado de los talentos.
Suena bien: un insulto racista es como mandar a la lavandería mis frustraciones.
Lástima que me las devuelven cada vez más sucias.
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Saberse la nada y reinventarse cada día...
ResponderBorrarQué existencialista que estás hoy. Supongo que tiene que ver con la melancolía que genera la pérdida, precisamente, de existencias.
ResponderBorrarYo creo en las vidas paralelas y, se me ocurre, que quizás en la dimensión de al lado naciste en Paraguay o en París. ¿Viste cuando tenés un déjà vu? Bueno, significa que eso (siempre que no tenga una expilcación en esta realidad, como este diciembre con el de 9 años atrás, por ejemplo) está pasando paralelamente y lo notaste sin que debas hacerlo.
En realidad, no tengo muy claro si creo o no en eso, pero es la idea que mas me convence cuando me pongo a pensar en la finitud y en la otredad (y lo asocio con la idea de reencarnación y todo eso). En fin.
Besos.
Evo le hace el juego a la derecha:
ResponderBorrarhttp://www.lagaceta.com.ar/nota/412977/Mundo/Evo-Morales-rechazo-tomas-tierras.html
Excelente Lucas! con este análisis se derrumba cualquier postura racista, seguro que Macri todavia no lo leyo.
ResponderBorrarUn abrazo.