-Me tengo que ir. Pará, que atiendo. Sí, estoy saliendo. A unos minutos, esperame, llego, no te hagas problemas. Un abrazo. Te decía. Mirá, para mí, la cosa es tan simple que ni yo la entiendo, pero en síntesis, para mí, tendríamos que dejar de tener verguenza, habría que aplaudir cada vez que una señora riega las macetas en el balcón, son pocas, pensalo, menos que las veces que no sabés qué pensar para que pase el rato en el ascensor, son pocas las veces que uno puede mirar a una señora, con un vestido floreado, con ruleros, regando las macetas. Entonces si lo vemos, tenemos que pararnos en la vereda, y aplaudir. Por recordarnos una imagen de la infancia. Por las calles y la siesta de Paraná. Por todas las novias que nos dejaron, las que ni nos registran, las que cogen con su novio y piensan en el verdulero, nunca en uno, que las hizo feliz, que nos hicieron feliz, por las siestas, por la pelota en el baldío, por pelotudos, por todos los juegos en los que hicimos trampa, por esa noche de farra a fin de mes, por ser irresponsables, por no tener un helecho, por dejar de tener patio, de tener parrilla, por el tiempo que pasa, porque ahora transpiramos más, porque nos da verguenza ajena el tipo sonriendo en el subte, porque nos aburríamos en el campo, por el primer beso, en la plaza detrás de la escuela, por todo eso, por cuando hicimos dedo, camino a Uruguay, y en una taberna de madrugada supimos que jamás llegaríamos, por la mina que nos dejó por nuestro jefe, por las chicas que se nos rieron en los boliches, por todo eso, hay que aplaudir, cuando una señora,con un vestido de flores, riega, en el balcón, las macetas. Por las pavadas que dijimos, las pequeñas mentiras, por estúpidos, por los ideales políticos, por nuestra tontería irremediable, porque engordamos, porque nos medimos la presión, porque tenemos miedo infantil a la muerte, a la oscuridad, al ridículo, porque somos tan boludos que tenemos más miedo al ridículo que a la muerte, por escribir sin corregir, por escribir boludeces, porque quisimos zapatillas de moda, porque meamos en el árbol, porque nos acostamos con una desconocida una noche de borrachos y buscamos desquitarnos de todos los amores frustrados, de todas las frustraciones y solamente despertamos con resca, porque nos chupa un huevo lo que diga el obispo, porque estamos así tan neuróticos, porque nos enamoramos a la vuelta de la esquina, porque el tiempo pasa, boluda, porque ya no somos jóvenes, porque se me cae el pelo, porque tengo miedo, hay que aplaudir, gritar, desesperarse, porque estamos calmados, porque estamos tan quietos, porque queríamos que nos quieran, porque escupimos el asado, porque nunca supimos negociar un contrato, porque nos sentimos pocos, porque nos sentimos todo, porque no somos el centro del mundo, por no serlo, por el dolor de no serlo, porque pueden irse todos a la concha de la lora, porque se nos da la gana, hay que aplaudir.
A la vieja con vestido floreado que riega las macetas en el jardín.
Porque esto no se repite.
Porque nada se repite.
esa es la actitud. clap, clap, clap
ResponderBorraraplausos. para q sigas escribiendo asi.. o como mas t guste.
ResponderBorrarMe quedo con esta frase, y la modifico un poquitito: "Le tenemos miedo a la muerte y al ridículo, pero somos tan ridículos que le tenemos más miedo al ridículo que a la muerte". Va bien?
ResponderBorrar