Hombre mirando al Sudeste

Cómo me quiero, por favor. Pero más allá de eso, la foto de Alberto Hernaez certifica, y hasta vale para un juicio por jurado como estipula nuestra constitución, más allá de que los constitucionalistas olviden el juicio por jurado y el artículo 14 bis entre otras cositas menores de la constitución que mentan cuando de defender privilegios corporativos se trota y qué digo trota, se corre, se raja, se vuela, aunque nunca quise decir trota sino que de cuando defender privilegios se trata, más allá de eso, te decía, coloradita de voz dulce, ponete las pilas que esto prueba con contundencia y contumacia, bueno, no, contumacia no pues sería, como dice Vargas Llosa, una absurdidad, pero sí con contundencia prueba que, a saber:

1) Estoy en la fiesta de Negros de Mierda (con remera identificatoria)
2) Estoy con los brazos cruzados (oooooosea, no porto ningún exceso en mis dedos de pianista consumado)
3) Estoy solo. Bue, por ahí andaba mi hermano, pero igual.
4) Estoy triste, solitario y final. No te digo adios, te lo dije cuando tenía algún significado.No, pará, eso es de una novela, se llama El largo adiós, Raymond Chandler, de ahí Osvaldo Soriano saca el título. En fin. Me fui por las ramas.

Así que, señores del juzgado, seré breve: me declaro inocente y solicito se me absuelva de todos los cargos y las costas sean pagadas por la querellante.