lunes, marzo 21, 2011

Un idiota



Tengo una amiga que toca la pandereta. Es un instrumento extraño, pero cuando era muy, pero muy chiquito, una amiga india, hija del cónsul indio, tenía una pandereta. Es de mis primeros recuerdos. La pandereta. Obviamente, no tiene porqué importarte esto. Pero, encima, probablemente no sea cierto: ¿cómo fiarse de un recuerdo de los 4 años? Un hombre sabio puede confiar en los amigos, los vecinos, los periodistas, los especialistas, los profesores, los pronósticos del tiempo, pero nunca puede tener la arrogancia de tomarse tan en serio como para fiarse de uno mismo. Sino sería todo más fácil. Uno podría, por ejemplo, ser precavido con las aseguradoras, con los propuestas programáticas, con el colegio de abogados, con los que hacen el riesgo país, ah, qué vivo, sí: no me fío de los dirigentes sindicales, bien ahí. Pero me fío a mí mismo. Así, convengamos, cualquiera. Total, ponele que no me pague nunca lo fiado, ¿quién puede saberlo, quién reclamar la morosidad de esa deuda, quién -sino el tiempo- calcular los intereses? Cualquier boludo puede desconfiar de un programa religioso en portuñol, pero tener la arrogancia de confiarse secretos como si uno fuera tan reservado de no ir contándolos por ahí, eso sí, resguardando la fuente con la coartada de que por favor, no le cuentes a nadie, eso lo hace cualquiera. Cualquier idiota. No, es definitivamente cómodo fiarse de uno mismo. Aunque inútil, me parece. Mi amiga, la que toca la pandereta, me llamó por teléfono para contarme que está embarazada de un inglés que ya se volvió a su país y no sabe cómo ubicarlo para informarle, objetivamente, que la ha dejado, casualmente, embarazada. Qué dilema. Pero como mi amiga toca la pandereta y quedó embarazada de un inglés e Iglaterra colonizó la India y mi amiga indiecita tenía una pandereta -aunque de juguete- la asociación de ideas tan extraña. Que concluye en que uno no puede fiarse de uno mismo. Ni de los recuerdos de los 4 años ni de las relaciones casuales con extrajeros que, vaya uno a saber, qué hacían, los extranjeros, o este extranjero, recorriendo el interior de la provincia de Corrientes donde vive mi amiga que toca la pandereta y tenía un novio, hace varios años ya, que conocí en Paso de los Libres cuando me dijo, palabras más o menos, que yo era un verdadero idiota. Y como estábamos hablando de otra cosa, yo me quedé algo sorprendido pero cavilando profundamente: ¿y si tenía razón? Claro que no me imaginé un idiota consumado, sería casi insoportable vivir sabiéndose un idiota sin remedio, sino situado en un protagónico de la novela El Idiota. Más allá de eso, que no tiene mucha importancia, porque ser un poco más un poco menos idiota da lo mismo, total, el asunto es que por lo menos mi amiga ya no tiene a ese idiota como novio.  Porque ahora me acuerdo que pensé, defensivamente, que el idiota era él, el entonces novio de mi amiga que toca la pandereta. Y es curioso: cuando uno piensa en la palabra idiota, la ubica siempre en otro. Es decir (hacé la prueba) si te dicen "idiota" vos pensás que el que te lo dice es un idiota. Y las verdades son relativas, cada cual tiene su verdad, uno puede estar o no de acuerdo con la teoría de la relatividad porque tanto Einstein como yo tenemos verdades relativamente iguales. Por lo tanto probablemente seamos todos unos idiotas. Sin pensar la posibilidad de que el idiota sea uno mismo. Calculo que todas las personas del mundo tienen por lo menos una persona que lo considera a uno un idiota. Algunos tenemos más de uno. Y no es por agrandarme, simplemente creo que en la vida cuando uno pone empeño y esfuerzo, logra lo que quiere. Otros tendrán menos, es lo mismo, igual. El caso es que se podría hacer una cadena de amigos entre quienes consideran idiota a uno, o a otro, y así. Reunirse, por ejemplo, en la Sociedad de Fomento, los martes a las 20hs, los que consideran idiota al vecino Alfredo R Fernández Saravia, por poner un nombre. Y aclarar: quienes consideran idiota a su esposa Etelvina Rodríguez de Fernández Saravia, por favor asistir los miércoles 14hs con un alimento no perecedero, para ayudar a los idiotas de la Cooperadora del Hospital del Quemado. Siempre hay una buena razón para organizarse, porque unidos, somos más y la organización vence al tiempo, idiotas del mundo. Si en todos los barrios, los vecinos se organizaran en torno a quién consideran idiota, probablemente se administrarían mejor los problemas de medianeras y consorcios. Por ejemplo, podría citarse al idiota en cuestión a una charla informativa sobre las razones del aumento considerable de vecinos que lo consideran idiota a partir de su último cumpleaños cuando salió borracho en pelotas a cantar villancicos en medio de la calle en plena madrugada de un lúnes, sería divertido, quién sabe si productivo, porque el idiota en cuestión bien podría mandar a todos a la mierda y listo, a otra cosa, mariposa. En este caso, si se observa atentamente, la reunión de quienes consideran idiota al gordo del 7C no sería nada productiva; pero, pensemos otro caso: el idiota que duerme en la calle iluminada y custodiada de un barrio residencial, podría acercarse al hotel 5 estrellas de su barrio a reclamar que las señoras enjoyadas y con perros raros lo tengan en cuenta a la hora de considerar idiotas de su barrio. Y los solitarios, las viudas lloronas, los huérfanos, tendrían alguien en el mundo que piense en ellos. Así sea, negativamente. Hay mucha gente que está sola. Escribió Juan L Ortíz:

El animal temblaba.
¿De qué alegría
temblaba?
El niño casi lloraba.
¿De qué alegría
casi lloraba?

A la orilla del río
un niño solo
con su perro.


Por Corrientes también pasa el río Paraná. Quizás ése sea el destino que le espere, quién sabe, al niño por venir, hijo de una amiga que toca la pandereta y un inglés que ni sabe, pobre, que tiene un hijo y que estoy escribiendo, en este momento, sobre él. Me dijo, mi amiga, el nombre. Pero me pareció impronunciable y no le entendí nada. De todos modos, seguramente, el inglés, sea un verdadero idiota.




3 comentarios:

  1. "ay pero que idiota!!"



    Homero J. Simpson

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  2. No quiero que creas que pienso que sos un idiota, solo te equivocaste en la geografia, Paso de los Libres esta sobre el Rio Uruguay. Esta es una informacion idiota. El ingles debe ser un pajero.

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  3. Tomalo o dejalo: vos lo que tenés que hacer en este momento de tu vida es un golpe de timón. Rajate y cambiá, fijate que es lo mas puro que tenés en vos y así sea plantar papas en Bolivia sin que nadie te haga la gamba intentalo! y mejor si nadie de quienes te rodean te acompaña, no está mal, ya vas a ver y comprender. Siempre hay tiempo, pero uno tiene que estar entero, suerte!

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