Ya sueltos en el ejercicio de adiestrar la pena, el Grupo
Ahhh se cuece entre las imposibilidades constitutivas. Se deshilacha. Con la
fugacidad –para apelar a una imagen poética- de las mariposas, hacen el ciclo
inverso y sus mandadores los convierten en gusanos. En despreciables gusanos.
De mariposa a gusano. Qué pena.
Es verdaderamente conmovedora la orgía caníbal a la que se
ritualiza a la oposición, desde sus usinas ideológicas. Desde la Asociación Empresaria
Argentina.
Es hasta injusto, te
diría.
Que les enrostren, sus principales columnistas y
editorialistas, una estupidez supina.
¿Qué ha sucedido?
Varias cosas. Y complejas.
Pero, para mí, modestamente (je) el problema arranca en no
haber sabido leer el resultado de junio del 2009 y en consecuencia, y a la par,
no haber construido un mensaje más sofisticado, destinado a comerse una porción
del voto del Frente para la Victoria.
Constituir una alternativa. Que tiene siempre, un pedazo de
lo existente Inevitablemente.
¿Porqué, sino se discutía el valor del dólar diferenciado,
la distribución regional de los subsidios, la integración sudamericana, la transferencia de
rentabilidad de la producción primaria a la industria, el desendeudamiento, el
piso importante de institucionalidad tras el desastre
menemista-radical.duhaldista heredado; porqué entonces tanto cortoplacismo y
seguidismo de la agenda de a Asociación Empresaria Argentina, sin conducirla
–aún para beneficiar sus intereses- en vez de dejarse, mansa y tiernamente,
conducir?
Aún para las derechas políticas, conducir su amplio campo de
acción, es tarea vital. Así funcionan las cosas. Así funciona –exitosamente,
para sus intereses- un Piñera, un Berlusconi, un Zarkozi, un Zapatero, un
Santos, un Menem. Así funciona la derecha real, la derecha inteligente, la
derecha política. Conduciendo los intereses que representa, administrándolos,
cediendo, avanzando, inventando, retrocediendo. Nunca la mansa vaca atada que
se deja arrear, corazón. Nunca eso. Nunca menos.
Je.
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