jueves, mayo 05, 2011

Gioja eterno, corazón



Si los miembros de la corte suprema de tribunales, los jueces, los investigadores del Conicet, los integrantes del colegio de farmacéuticos, los profesores universitarios, los comisarios, los obispos y los encargados del clima en el noticiero fueran electos democráticamente, yo estaría a favor de la reeleccción indefinida y de su eternización en el cargo. El problema es que se eternizan con elecciones corporativas que afectan al conjunto de la sociedad -¿qué naturaleza democrática tiene eso, por favor?- en el mejor de los casos y se eternizan con todas las triquiñuelas y burradas posibles en el peor de los casos -el de la corte suprema de tribunales, nuestra monarquía.
La naturaleza democrática de la elección de los ejecutivos tiene otras limitaciones, esencialmente -a mi modesto (ja) juicio- por construcciones ideológicas de carácter reaccionario. O dicho más simple: yo estoy a favor de la reelección indefinida de los gobernadores, mientras sea por elección popular. Por ejemplo: que los cargos ejecutivos y legislativos -a diferencia de los tribunales- sean remunerados responde a una conquista democrática que busca minimizar la brecha del gobierno de los ricos. Por supuesto, esta conquista nunca es firme y está en constante tensión con elementos reaccionarios que disputan el sentido común.
¿Por qué el vocal del colegio de abogados es sólo elegido por los abogados si después va a afectar -por ejemplo teniendo voz y voto para designar miembros en el autoritario y antidemocrático "concejo" de la magistratura- lo social, principalmente garantizando que el derecho penal sea para los pobres y el derecho civil para los más beneficiados por la pirámide social?
Obviamente, gobernar es algo fácil, como bien sostiene mi vecina, la médica empastillada de tetas sublimementes falsas. Gobernar es fácil. Ahora bien, si yo tuviera una larga enfermedad, no llegaría al hospital diciendo "fo, otra vez el mismo médico que me trata hace tantos años: quiero renovación, porqué los médicos se eternizan en sus cargos!" No, no diría eso. Ni diría: "señorita médica, aplique el sentido común, cualquier boludo con un cachito de sentido común puede hacer una operación de transplante" No, no diría eso porque la medicina es, a diferencia del acto de gobernar, algo difícil. Eso sí: los médicos tienen títulos -en universidades públicas o privadas- por una construcción política, los trazos de su saber fueron posibilitados por una construcción política; el control de su título y su ejercicio vendrá de la política, el prestigio y sus condiciones laborales, su estilo de vida, el costo de su quehacer, vendrá de la política. Y guay que la política se entrometa o deje de entrometerse y que afecte a los participantes del proceso: ¿a quién le reclamarían? A la política, esa cosa simple y de sentido común que, por nombrar un par de boludeces que las puede hacer cualquier peluquera, es la encargada de definir los títulos universitarios para las nuevas (con las viejas ya lo hizo) disciplinas, si se estudia gratis o si no se estudia, las becas en el Conicet, la política de ciencia, de salud, el costo de los apicultores y la naturaleza de las travestis. Cualquier boludo puede hacer eso!
Lo único que hace falta en un gobernante es educación. O sea, que sepa más que mi vecina, la médica de tetas exageradas. Que sólo sabe de programas de basura a la siesta y de medicina clínica. ¿Y cómo puede saber si el gobernante sabe? Es simple, con los resultados. ¿O acaso cualquier boludo -con sentido común, eso sí- no puede darse cuenta si está funcionando o no un reactor nuclear; la investigación con células madres, el ordenamiento financiero del pago de la deuda externa, el control sobre los consorcios de edificios,  la reeducación social en las cárceles, la importancade llamarse Ernesto y las relaciones diplomáticas con Palestina? Cualquier boludo puede hacer eso! A diferencia, por ejemplo, de los peluqueros. Yo voy ala peluquería y resignado le digo: cortame como siempre. Y claro, si en esta peluquería nunca hay renovación, son siempre los mismos, se eternizan en nuestro sillón, y nadie hace nada.
La política es algo fácil, piensa el empresario a tono con el conservadurismo. No debería meterse en los negocios y encargarse de todo el resto de la esfera social (la seguridad, por ejemplo). Eso sí, si un socio me caga, ah, bue, no, a tribunales, acción, policía, juicios! La política debe meterse, esto es una injusticia! Y nadie hace nada!
El reino de los poetas o bien el gobierno "de los que saben" o el gobierno "bien asesorado" es un debate filosófico tan viejo como la filosofía (de hecho, si pusiera tres o cuatro ejemplos inútiles, con ese Platón a mano para estas ocasiones, mi burla a la derecha sería tomada más en serio: estaría haciendo, así, política en el mundo de la legitimación académica del decir) y se ha "resuelto" de manera temporaria con esta tensión entre el número y la meritocracia, definiendo parcelas de poder social más o menos diferenciadas. Las tablas de moisés o el derecho natural no contemplaron aún un buen fundamento terrenal contra la eternización en los cargos, quizás porque a dios no lo ha elegido nadie. Se trata, corazón, de un asunto de naturaleza política extremadamente complejo.
Ciertamente, la reelección indefinida -como posibilidad sometida a veredicto popular-de Roosevelt, Felipe González, Mitterrand, Chávez, Sabatella, Margaret Thatcher, Gioja, Tony Blair son distintas pero más parecidas -más allá de sus ideologías y mecanismos de escrutinio popular- que por ejemplo a la reelección indefinida autoelegida de Carlos Fayts o Raúl Zaffaroni o el príncipe Guillermo o el rey Juan Carlos o la princesa Zorreguieta Estefanini.
Y yo, que soy tan boludo que no entiendo mucho -a diferencia de mi vecina de las tetas impostadas- prefiero a los primeros que a los segundos. Porque contra los primeros puedo votar en contra e, incluso, postularme en su contra.
Contra los segundos no puedo hacer nada: no sé tanto de tantas cosas lindas ni tengo línea directa con el espíritu santo.

5 comentarios:

  1. che, a veces se ponen un poco banalizadores tus escritos. ¿no es un planteo desde el sentido común, como el que hacen los chicos en la primaria cuando dan estos temas?
    ah y en el 3er párrafo, 'por qué' va separado y 'consejo', con C.

    igual, está claro que como interpelación que propone un debate, puede marchar. (¿pero si es arrancar el debate desde demasiado atrás?)

    pato

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  2. Ya te dije, no logro alcanzar los grados de complejidad intelectual mayores a tercer grado. A diferencia de vos, corazón.

    Ya corrijo la ortografía, gracias.

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  3. Y si en vez de copiar lo peor de la camarilla judicial le vamos marcando a esta la necesidad de procesos consensuados de imprescindible oxigenación? Si no lo hace este proyecto -corazón- no me imagino quién más tendría los huevos necesarios en los próximos, digamos, 200 años

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  4. Lucas, hiciste lo que ni Lanata habia hecho: menospreciar, basurear, y culpar de toda la miseria estructural del sistema judicial a la Corte Suprema de la era K.
    Le tiras a matar a Zaffaroni (¡¡a Zaffaroni!!) con argumentos que hubieran estado perfectos hace 8 años, cuando el narigón saco a Nazareno y empezo un proceso que, con tropezones y retrocesos, nos hace sentir un poco mas limpios como pais (y Terragno se oponía a don Raulito porque 'debía autónomos y por eso estafaba a los jubilados')
    Lo hubieras hecho hace años, cuando la derecha en patota lo atacaba desde por zurdo, garantista y puto, ahi hubiera tenido lógica y sentido algo así. Tirarle con municion gruesa como si (entre otars cosas) él hubiera puesto a Fayt en persona y fuera responsable de su permanencia, y de un sistema al que él se incorporó y forma parte -ni lo creó ni tiene medios infinitos para su cambio-, es tan absurdo como los ataques a la "hipercorrupcion K", por parte de quienes repiten que nunca se estuvo peor en ese tema, como si hubiera empezado y/o empeorado con los pingüinos. De golpe, ya no se contruye de a poco ni se rema con lo que se tiene, ni se avanza ni se retrocede peleando cada paso de terreno. El prisma es el mismo, Lucas. Y prefiero no tocar el berrinche anti-TODO-lo-ecologico porque estoy enojado, escribo peor de lo habitual y me tengo que rajar (lo que siempre es buena excusa). Abrazo

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  5. gioja eternamente garca..
    siga o no los daños ambientales que hizo van a seguir. en eso sí es eterno por desgracia!

    ni una vez encontré la palabra minería.. podrías escribir sobre eso. besos.

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