Rosa, rosa tan maravillosa como rosa rosa

Binner, el gobernador soviético de Santa Fe, tiene innumerables negocios con Clarín y Techint desde el estado -soviético- de Santa Fe. 

¿Será tan kirchnerista de desobedecer a la Asociación Empresaria Argentina y presentarse de candidato testimonial a Presidente?

Sería, para el campo nacional y popular, algo ideal, porque le quitaría los votos liberales más gorilas al Hijo De alfonsín, votantes espantados por su alianza con los empresarios sin empresas, como Javier González Fraga y Francisco De Narváez. Y Mauricio Macri, porque en la segunda vuelta porteña, cuando Silvana Giúdice, la pata progresista del frente progresista,  deje de jugar a que es candidata a algo, El Hijo De alfonsín va a anunciar su apoyo -recíproco- a Macri, el ex límite de algo así como la socildemórata, de gran prestigio, hoy, en el mundo, con el carnicero Obama, el apaleador Zapatero y los tiernos ajustadores portugueses. O los irlandeses, otros tiernos. Ni que hablar de los británicos. En fin, corazón.¿Será que Binner desobece a la  AEA? Es raro. Es difícil. Pero El Hijo De alfonsín ya cerró las listas, al parecer, electorales, y los socialistas de la rica pampa húmeda, esos estancieros humanistas, quedaría afuera. 

Pero.

Si Binner fuera candidato a presidente, difícilmente le de legisladores -es la repartija ésta la que importa, corazón- a Fernando Solanas, el gran cineasta que hizo muy buenas peículas hace 40 años, como por ejemplo, en fin, corazón, o al ex director de Papel Prensa con Menem, Luis Juez, ni hablar a Margarita Stolbizer, nueva referente de la progresía y las viudas e hijas de De La Rúa; y en cambio, el socialismo, en los distritos donde puede jugar a algo, ya cerró con los radicales. 

¿Será candidato, Binner, desobedeciendo a la AEA? Muy, pero muy difícil. Todos lo dan por descontado, pero yo no, corazón. 

El arrime al kirchnerismo -o sea, el despegue del peronismo federal y su candidato extrapartidario, El Hijo De alfonsín- le viene bien para pelear a Rossi en Santa Fe (futuro gobernador, si Binner insiste en ser su jefe de campaña) pero traspasar la barrera del amague, en fin, corazón. Yo lo dudo. Es demasiado funcional, demasiado conservador y egoísta, Hermes Binner, como para volverse a su casa en diciembre, tras perder la gobernación de Santa Fe, ser candidato testimonial a la presidencia y que Rubén Giustiniani maneje el bloque de dos o tres diputados nacionales del socialismo; porque, en el remoto caso que le diera un espacio a Solanas, Stolbizer y Juez, armando el partido de la soja progresista, ninguno de esos legisladores, vanguardia de la traición consuetudinaria, le darían, una vez asumidos, la más mínima pelota. Binner no es Solanas, no es Lozano, no se pasó 50 años de militancia pelotudeando armando un partidito y engatuzando con contratos a pendejitos que no los junan, Binner es orgánico, suma, gobierna, maneja territorios, sabe usar la caja y acordar con los poderes de facto-sin arrastrarse patéticamente como el resto del progresismo sojero-. Más aún, le ha hecho creer, a un montón de analistas porteños -sí que muy progresistas- algo que en Santa Fe no se consigue: que lo tomen como un hombre de centroizquierda. En el remoto caso de que esa cháchara socialdemórata quisiese decir algo hoy.  

La bancarrota mundial del progresismo de derecha no afecta, obviamente, a los viejos zorros de la reacción socialista. Siempre han tenido la astucia de saltearse, como Macri los baches, el pasado. Así funcionan las cosas. 

Pero díganme si no es divertido verlos desfilar, contentos, muy contentos de que por fin alguien -sucede en la ciudad de Buenos Aires, solamente, corazón- los tome en serio como algo así de centroizquierda. Aún cuando, esa cháchara socialdemórata no quiera decir absolutamente nada hoy. O bien, sí, quiere decir algo.Pero mejor no andar pispeando de qué se trata. ¿Para qué? Si el mundo es bonito así como está, corazón.