martes, agosto 09, 2011

Un alma de trapo de cocina



Oliverio Girondo 
HAY QUE COMPADECERLOS 


No saben.
¡Perdonadlos!
No saben lo que han hecho,
lo que hacen,
por qué matan,
por qué hieren las piedras,
masacran los paisajes…
No saben.


No lo saben…
No saben por qué mueren…
Se nutren,
se han nutrido
de hediondas imposturas,
de cancerosos miasmas,
de vocablos sin pulpa,
sin carozo,
sin jugo,
de negras reses de humo,
de canciones en pasta,
de pasionales sombras con voces de ventrílocuo.



Viven
entre lo fétido,
una inquietud de orzuelo,
de vejiga pletórica,
de urticaria florida que cultiva el ayuno,
el sudor estancado,
la iniquidad encinta.

No creen.
No creen en nada
más que en el moco hervido,
en el ideal,
chirriante,
de las aplanadoras,
en las agrias arcadas
que atormentan el éter,
en todas las mentiras
que engendran las matrices de plomo derretido,
el papel  embobado
y en bonina.

Son blandos,
son de sebo,
de corrompido sebo triturado
por engranajes sádicos,
por ruidos asesinos,
por cuanto escupitajo se esconde en el anónimo,
para hundirles sus uñas de raíces cuadradas
y dotarlos de un alma de trapo de cocina.




Solo piensan en cifras,
en fórmulas,
en pesos,
en sacarle provecho hasta a sus excrementos.
Escupen las veredas,
escupen los tranvías,
para eludir las horas
y demostrar que existen.


No pueden rebelarse.
Los empuja la inercia,
el terror,
el engaño,
las plumas sobornadas,
los consorcios sin sexo que ha parido la usura
y que nunca se sacian de fabricar cadáveres.
Se niegan al coloquio del agua con las piedras.
Ignoran el misterio del gusano,
del aire.
Ven las nubes,
la arena,
y no caen de rodillas.
No quedan deslumbrados por vivir entre venas.
Sólo buscan la dicha en las suelas de goma 
Si se acercan a un árbol no es más que para mearlo.
Son capaces de todo con tal de no escucharse,
con tal de no estar solos.


¿Cómo
cómo sabrían
lo que han hecho,
lo que hacen?
¿Algo tiene de extraño
que deserten del asco,
de la hiel,
del cansancio?
Solo puede esperarse
que defiendan el plomo,
que mueran por el guano,
que cumplan la proeza
de arrasar lo que encuentren y exterminarlo todo,
para que el hambre extienda sus tapices de esparto
y desate su bolsa ahíta de calambres.


Son ferozmente crueles.
Son ferozmente estúpidos…
Pero son inocentes.
¡Hay que compadecerlos!
¡Hay que compadecerlos!





7 comentarios:

  1. Realmente lo del Silvina Escudero salió en tapa así? o es una joda??

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  2. No hay que compadecerlos un carajo.

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  3. Mejor descripción, imposible. Siempre actual.

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  4. ...no se los puede compadecer, tienen un negocio y saben exactamente que es lo que estan haciendo. Deberia poder hacerse algo, lamentablemente en la calentura solo se me curren cosas no muy legales y no hay que ponerse a la altura de estas mierdas...

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  5. POEMAZO de Girondo.

    Qué bueno salir un poco del ehhhh amorrr gorilaaa peronnn putoooo crsipacionnn bonoboooommm, y afines

    Qué bueno
    Gracias Lucas

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  6. tremendo y afilado remix, pero aunque seamos los que ríen mejor, porque los compadecemos, ¿no nos reimos solos al final, y ellos siguen, necios, caminando tranquilos?
    pregunto en serio.

    por cada tapa de libre, una vela negra!

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