jueves, diciembre 15, 2011

Los trapitos




El neoperonismoindie -los exprogresistas devenidos, por arte de magia y golpe de oportunismo, en peronistas ortosoxos según, digamos, la ortodoxia del progresismo- tiene suculentas teorías sobre los trapitos, categoría que narra el drama de la exclusión social urbana. Drama narrado de manera jocosa y catastrofista, a falta de explicaciones sobre qué sucede.
8 años de gobierno y los trapitos, visiblemente, aumentaron. Explotaron, por lo menos fuera de la ciudad subsidiada, donde rara vez se los veía, en el 2002. En algunas provincias, con bonos, un poco antes. 8 años de crecimiento, la novela de juvenillia incluida, y ahí están, jóvenes marginados y excluidos, demasiado visibles para soportarlos, como una muestra -hacia las clases medias que constituyen las nuevas militanciasy, además, los lectores de este blog, por ejemplo- de que muy lindo todo pero...
Los trapitos no son los más pobres de este país, ni de lejos, ni tampoco tienen grandes problemas de dinero en relación a su contexto. Pero son demasiado pobres como para pelear derechos adquiridos (esas cosas sofisticadas se reservar a delincuentes financieros y a integrantes de la oligarquía) y demasiado reales culturalmente como para ingresar en la lógica política. Macri es uno de los pocos dirigentes políticos del país que tuvo una postura sobre esto, desde su convicción (compartida por la mayoría alienada de la ciudad subsidiada: ésos son los efectos de la sobreabundancia de subsidios, el clasismo violento de los porteños, en primer lugar) y en mis términos repudiable, pero se planteó hacer frente a un problema del cuál el municipio portuario no tiene ni competencia ni causa. Si el municipio fuera el culpable de esta situación, que lo explique entonces Aníbal Ibarra. Pero, no. Es una responsabilidad del gobierno nacional.
¿Qué hacer?
Ni idea, sinceramente.
Con la misma sinceridad con que hay que buscar y buscar qué repartición estatal (de las tantas que juegan a ser jóvenes) se encarga de estos jóvenes.
De las que yo conozco, ninguna.
Y si alguna hubiera, sus resultados, son completamente ineficaces.
Ante la dolorosa falta de debate, quizás sea el momento urgente de plantearse los derechos adquiridos, la legalización de estos invisibles sociales, la disminución de los grados de violencia (a través de la legalización y producción estatal de normas equilibradoras) y la constitución de tarifas sociales en estacionamientos y semáforos.
Puede que haya una solución mejor, yo no la sé. Pero mientras tanto, algo hay que hacer.
Buenas noches.
Los quiero  todos. 

4 comentarios:

  1. Hagamos un registro!! Cuando no tengas idea de que hacer con un problema... hace un registro!!

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  2. Bien ahi Lic.! como en Montevideo. No es mucho y no es solución, pero con una pechera fluo y un carnet se aCABA bastante del curro. Porque el "sorete que flota en el riachuelo" (Artemio es un grande) usa al trapo para cagar a palos a los maestros y después, cuando jode en plaza Francia le mete palo y hambre.

    Abrazo

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  3. Algunos alumnos míos de primaria de adultos fungen de "trapitos" en las puertas del bingo local, a pesar de recibir asignación y beca por estudios (y bastante buena, no son solo $220), así que apuntemos bien antes de tirar conceptos...

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