jueves, marzo 01, 2012

Fin de la convertibilidad.

Yo no miro ni escucho los discurso, me aburren, la verdad. Despues leo si hay algún anuncio importante, lo estudio y listo. Economía de datos. En general, los primeros discursos sirven para ver los elementos con que un gobernante se maneja. En las aperturas se sesiones de Cristina -las de Macri, el otro interés supremo de la prensa, pero ya vamos a sacar una ley de medios para que no todo el país tenga que enterarse de los berrinches del niño que gestiona y aumenta, aunque hay que reconocer que el histórico traspado dle subte, una medida federal y profunda, se puede discutir, como todas las políticas progresistas en el puerto, por que está Macri, cuando estaba Ibarra no se podía hablar en serio, por que Ibarra no es serio- hay más de polémica que de anuncios. Los anuncios se hacen con formatos comunicacionales exclusivos del anuncio, en otro momento. Y está bien, por que sino, en el repaso de gestión, entre tantos enunciados, se pierde el peso del anuncio. Pero recién leí algo -sólo TN lo tiene en portada, los otros portales informativos viven en babia, la mayoría por ese cualunquismo de chupamedias que no deja ver lo importante- decisivo: el fin de la ley de convertibilidad. O sea, la caída de la reservas de libre disponibilidad, una categoría neoliberal y menemista que sobrevivía al cambio de etapa. Que tiene consecuencias inmensas y profundas. Por ejemplo, abre la puerta para estatizar los trenes metropolitanos que paga todo el país o YPF, la única renta, junto con la soja, federalizada (si La Rioja quiere quedarse en las cavernas para atender el corazón sensible de los ecologistas porteños, que lo haga, pero hay que recordarles que viven de la soja y el petróleo que no tienen, por instancias del gobierno de Cristina) y para una reforma financiera sin necesidad de sacar la Ley Crediccop o la Ley de Beneficios Fiscales a la Banca privada y solidaria, claro que para eso también es necesariop cambiar la gestión del Banco Nación, hoy encargado de pagar subsidios a los empresarios primitivos.
El fin de la convertibilidad es el fin de un corsét estratégico. Que da un vuelco en las posibilidades jurídicas, y por lo tanto políticas, y por lo tanto de política económica, en tiempos en que la crisis militar que deriva obviamente en financiera en el mundo occidental puede revertir los términos de intercambio y tornarse, entonces, perniciosa. Para el actual patrón de acumulación de los gobiernos nacional populares de sudamérica. Un anuncio que descoloca a los interpretadores de urgencias, esa ambulancia lloriqueante que busca desesperadamente furcios, un paso adelante serio, para en verdad profundizar el modelo.
Buenas noches. 
Lo importante y lo accesorio.

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