Mendieta, en su blog
Acá pasa algo. No sé qué, pero algo.
La Nación siempre supo ser un medio muy crítico del gobierno nacional, tanto en lo ideológico como en lo político. A diferencia de Clarín, que los primeros años del kirchnerismo fue, por cierto, bastante "amigable" (sí, lo digo yo antes que algún "iluminado": hasta que se acabaron los negocios conjuntos. Sí, ajá. Uy, que polémico que estoy), la "tribuna de doctrina" recibió a Kirchner con el famoso "pliego de condiciones" en el que Escribano intentaba marcarle la cancha al flamante Presidente.
Sin embargo, y a pesar de esta oposición clara, coherente y consistente, La Nación siempre mantuvo algún tipo de elegancia, por la menos en el modo de redactar, y algunas secciones de calidad (nunca me voy a cansar de recomendar algunas notas del suplemento económico de los domingos. He aprendido bastante con su lectura).
Bueno. Eso se acabó. Y la edición de hoy es un escándalo, una barbaridad, una desmesura, una polémica. Miren: Obarrio, Pagni, Majul, Mitre (?).
En la lucha interna -sí, lo sabemos, todos sabemos que hay internas en La Nación- acerca del modo de trabajar, como diría @escriba, parece que ganaron los "gurkas" y perdió el periodismo. Una pena. Link original
La "clarinización" de La Nación.
La Nación siempre supo ser un medio muy crítico del gobierno nacional, tanto en lo ideológico como en lo político. A diferencia de Clarín, que los primeros años del kirchnerismo fue, por cierto, bastante "amigable" (sí, lo digo yo antes que algún "iluminado": hasta que se acabaron los negocios conjuntos. Sí, ajá. Uy, que polémico que estoy), la "tribuna de doctrina" recibió a Kirchner con el famoso "pliego de condiciones" en el que Escribano intentaba marcarle la cancha al flamante Presidente.
Sin embargo, y a pesar de esta oposición clara, coherente y consistente, La Nación siempre mantuvo algún tipo de elegancia, por la menos en el modo de redactar, y algunas secciones de calidad (nunca me voy a cansar de recomendar algunas notas del suplemento económico de los domingos. He aprendido bastante con su lectura).
Bueno. Eso se acabó. Y la edición de hoy es un escándalo, una barbaridad, una desmesura, una polémica. Miren: Obarrio, Pagni, Majul, Mitre (?).
En la lucha interna -sí, lo sabemos, todos sabemos que hay internas en La Nación- acerca del modo de trabajar, como diría @escriba, parece que ganaron los "gurkas" y perdió el periodismo. Una pena. Link original
Hago una pequeña corrección, Lucas, la mejor forma de escribir el nombre del guardaespalda del general que siempre que presentó batalla destruyó un ejercito (el propio), y la única batalla que ganó, la compró (Pavón), es La Nazi ON (la Nazi Encendida)
ResponderBorrarNunca menos y abrazos