jueves, abril 05, 2012

La tercera guerra mundial.


Dos acontecimientos abren y cierran el comienzo de la globalización: la invasión europea a América y la instauración, católica (o sea, europea) del calendario gregoriano por sobre el juliano.
Se viene la batalla por la interpretación del peronismo.  Yo, que siempre he sido humilde, sólo debo ufanarme de que me la vi venir. Y me corro. Después vuelvo, por solidaridad, nomás. Esto me aburre, caramadas, que son como los camaradas pero de camadas sin camaradería. Y compañeros. Me aburre por que es una reedición de los clásicos. Y nosotros, muchachos posmodernos, nos aburrimos al leer los clásicos, esos imprescindibles. Que explican, por ejemplo, a Julio César, líder del calendario juliano.
El calendario juliano no podía contemplar, desde su temporalidad, el mundo "nuevo", por desconocerlo. La imposición del calendario gregoriano corrige, mundializando, el dominio de Europa a través de la religión. Dominio cultural que aún perdura, y goza de excelente salud, más allá de algunos resfríos.
De todos modos, cada linkeo acá del debate, resume bastante bien la cosa, el clima, ameno, que aburridamente se respira. Yo quiero piñas, insultos, risas, borrachos, sino, no vale. Muy aburrida esta tercera guerra mundial.
Nosotros, los peronistas de Sarte y Simone, estamos, básicamente, para joder. Y dotar de discurso a los compañeros. Una cosa que aburre también, cuando los compañeros se ceban y no saben, después, dónde buscar refugios. Y nos miran y nos señalan y nos desprecian. Así es la vida, muy divertida. Camaradas. Hagamos un alto el fuego de la gracia para hablar en serio. Un ratito, solamente. En el kirchnerismo están los Anteojitos, que son de derecha, trabajan en la Anses y hacen negocios como en los buenos viejos tiempos de la UCEDE y están los Bigotes, que son réplicas de Bombita Rodríguez, con bigotes para parecer más grandes, y son los más expuestos y denostados (los conozco a casi todos, son más aburridos de lo que se cuenta) y son casados y amigos, a pesar de ese error de juventud (casarse), amigos de Carrasco -a pesar, también, de sus "fuertes críticas al gobierno"- buena gente en algunos casos, peronistas de Palermo, de John William De Vido y tienen cargos gerenciales y hacen recitales de la Bersuit. Los Bigotes les lavaron la cara a los Anteojitos conscientes de revivir y darle prestigio a su próximo verdugo. Los Anteojitos les prestaron los votos a los Bigotes conscientes de estar generando, diría Carlitos el europeo, el germen de su propia destrucción. Yo, que soy básicamente un oportunista, tengo amigos en los dos lados. Y sólo cuando se estén matando y se perfile un claro ganador, recién ahí me jugaré el todo por el todo en el bando ganador. Por ahora, esto es muy simple: todos estarán detrás de la billetera con encendidos discursos ideológicos que justo, oh qué casualidad, coinciden rigurosamente con lo que hace nuestra heroína popular, Cristina. Y como ningunos de los bandos, ni Anteojitos ni Bigotes, tiene una subconducción que los satisfaga del todo aunque griten atorados lo contrario, entonces, seguirá conduciendo quien sí, y por que conduce el conflicto, conduce, que es Cristina. Dicho todo a lo machote y cara de religioso, pues así se habla de la conducción, militarizadamente, con la boca, mirá, te explico, tenés que poner los labios como si tuvieras hemorroides, no, un poco más, así, ajá, ahora grita: VERTICALISMOOOOOOO, bien, ahí va, así es la cosa. Pero nunca te tomes muy en serio a nadie.  ¿O nos vamos a poner sentimentales y creer que Sabatella y Moyano, u Ottavis y Scioli tienen, en el fondo, un corazón de oro e inconmovibles convicciones? Somos grandes, chiquitos. Acá nadie es gil (bueno, un poco yo, por blanquear que no me los tomo taaaaaannnnn en serio, así pago las consecuencias, también, pero yo tengo una cristiana vocación de fin de mes, oh, cómo me gusta hacerme el héroe, che!) y así son las cosas, a Ottavis le cuestionan entre los Bigotes (shhh) que tiene demasiado tiempo en el peronismo, pero lo dicen por lo bajo, y a Scioli, entre Anteojitos - (shhh) siempre por lo bajo- le cuestionan que tiene muy poco tiempo en el peronismo. Así son las cosas y nadie dará la vida por nadie, todo se desarrollará de manera posmoderna, burocrática y al ritmo, aburrido, de la economía.
En Italia, el 4 de octubre de 1582 fue jueves, al día siguiente, viernes, fue 15 de octubre de 1982: fue el primer momento en aplicarse el calendario gregoriano. Domina el tiempo y dominarás el mundo.
Si la cosa sigue así, los Bigotes mutarán de posición o morirán solos, en su ley, pero sin nadie que los acompañe.  Aunque todavía, de vez en cuando, sale alguna cosa nueva, veremos, pero hay que reconocer (en la conducción del bigotismo decir esto es cometer el peor de los pecados que, como todos sabemos, es plagiar a Borges) que la cosa no viene de maravillas. Y los Anteojitos, un poco hartos de este juego, donde calculen bien los tiempos, saltarán a la próxima -y fanática- posta.
Nadie se toma muy en serio las promesas de lealtad, esto es peronismo, es gente que ha sido coherentemente leal a sí misma.
Y a las banderas de Perón y Evita, Isabel y Cafiero, De La Sota y Grosso, Menem y Cavallo, Duhalde y De Mendiguren, Kirchner y Moyano, Cristina y Hebe, y que pase el que sigue.
Los más pibes no vivieron el menemismo y se hicieron demasiado rápido en la creencia de que "el campo" no fue la alianza entre peronismo bonaerense residual, clase media porteña e iglesia católica, todo en nombre de la patria conservadora y oligárquica que goza de una muerte muy saludable. Yo, que además de humilde apenas me las se a todas y cuando vos fuiste yo ya fui, me cogí a tu mujer y volví, recuerdo con exactitud sospechosa aquellas jornadas dónde, a mis amigos entrerrianos, les decía que estaba naciendo una nueva generación de militantes que pasará a la historia. Ahora surfeo el desencanto que produjo ser convocados a una profundización del modelo y, epa, llegó la sintonía fina. Entiendo perfectamente -con mi modestia- quiénes son los que pretenden instalar el imaginario setentista de la viudita tonta, la Isabel II, que manda a "retar" -vamos a ponernos contemplativos con la Triple A- a los jóvenes de la patria socialista. Sé que son adversarios de esa cultura popular, nacional y popular, de la clase trabajadora, que es el peronismo. Lo sé por que los vi, a los muchachos de la gloriosa ucedé, en los 90, junto al peronismo. Por que estudié la historia, por que siempre estuve un poco loco y me reí de las falsas alarmas por el lobo, por haber vivido, por estar viejo, por que los pesimistas, tenemos, a la larga o a la corta, razón. Y por que me gusta reírme de mí, les tomo el pelo. Me chupa un huevo si se enojan, si me apartan, si me putean.
Sé que voy a estar del mismo lado que la mayoría de mis examigos. Así son las cosas. Habrá que elegir. Está llegando la triste hora de la sintonía fina, de la derecha, operando al interior del kirchnerismo, por que, simplemente, afuera del kirchnerismo, no hay nada, más que odio profundo y contenido, de minorías peligrosas. Y el desencanto, los rumores, las distancias, las guerritas sin sentido, los cambios de camiseta, están a la orden del día. La sintonía fina no es "el intento de dividir", esto es política, por supuesto que tus adversarios van a usar tus contradicciones. Y las contradicciones están a la vista, son reales. Sostener esto -tarea de los burócratas que se adornan con banderas que les quedan grandes- es, hoy, acá, ahora, progresivo. Incluso, ante el odio y el atropello gorila, es hasta revolucionario. Vivimos el mismo mundo, yo no deliro. Sé la venganza, la revancha social que pretenden los sectores conservadores, elitistas, reaccionarios. Y de ese lado, jamás. Muchas gracias, manga de tarados, los quiero a todos, buenas noches. Y váyanse a la puta madre que los parió. Los amo.
Grecia, la cuna de la civilización europea, fue, vaya paradoja, el último país en adoptar el calendario gregoriano, en 1923. Después del jueves 1 de marzo vino el viernes 15 de febrero. Dos días antes de que, 55 años después, en la ciudad argentina de Rosario, naciera el salvador del mundo: un tipo petisito, presumido, con vozarrón y fanfarrón, buenas noches.


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