martes, mayo 15, 2012

La argentinidad al plato






El mercado de los alimentos en toda su extensión es el núcleo duro de la modalidad argentina de capitalismo. Siempre fue así. Aunque conoció épocas de mayor justicia social, principalmente, cuando intervenía el estado, cosa que ahora, muuuuuuuy tibiamente, está, apenititas, volviendo a hacer. De manera discutible.
Primero: no hay en todo el gobierno nacional (no se puede tomar en serio a la burocracia de tribunales ni la comparsa de las legislaturas cuando se habla de temas importantes, como los alimentos) una agencia encargada de los alimentos. Aunque, y sin saberlo, el 70% del estado ejecutivo se ocupa de garantizar, de manera conservadora, el mercado de los alimentos.
Vamos por partes.
La oligarquía, siempre con la ayuda estatal y, sobre todo, la protección estatal (acá juegan un factor fundamental, sí, la burocracia de tribunales y la comparsa legislativa. No desde ahora, desde siempre: quizás ahí radique su merecidísimo desprestigio) es la que maneja el mercado, por llamarle de algún modo, de los alimentos. Es la corporación monopólica más importante. Es el núcleo duro del capitalismo. Son los intocables. Se puede discutir todo, absolutamente (je) todo, menos, claro está, los alimentos. El mercado, por llamarle de algún modo, de los alimentos.
Entre las mentiras que, por llamarle de algún modo, expande la pampa húmeda, centro financiero del país, en torno a ésto es una especie de autocrítica sobre la falta de valor agregado de los productos, en esta etapa de Chicago, básicamente, granarios, y el consecuente algoritmo contrario de la necesidad de agregarle industria. Una dicotomía que vende, y mucho, en las universidades públicas. Pero que, sin dejar de reflejar cierta verdad, no alcanza ni por puta a explicar lo que sucede.
La dicotomía campo e industria esconde la consecución de la oligarquía diversificada en la financiarización del capital, tanto industrial como campero.
Ese mito, sin embargo, está muy arraigado y da origen a otro error, grotesco, conceptual: el lumpenburguesariado como, je, necesidad ontológica, imposibilidad primitiva.
En conjunto, el mercado de los alimentos es el mercado financiero (o sea, globalizado localmente) de la oligarquía diversificada. Esa oración, la anterior a este punto y seguido, es, si a alguien le importa, mi cosmovisión ideológica de las cosas. No es tan compleja, aunque lo parezca. Se trata de tres o cuatro categorías que derivan en una "visión del mundo", señora.
Y que ya no tengo ganas de explicar. Aunque, ahora que lo pienso, siempre giro sobre lo mismo. Sobre la importancia estratégica de golpear -o sea, visibilizar- ese núcleo estratégico del capitalismo argentino. Que tiene sus secuelas sociales, culturales, geográficas, productivas, económicas, antropológicas. Si bien se mira, es una pretenciosidad marxista, que de una tesis naufraga a una explicación totalizante. Bueno, es lo que hay, putitos.


5 comentarios:

  1. "...la importancia estratégica de golpear -o sea, visibilizar- ese núcleo estratégico del capitalismo argentino. Que tiene sus secuelas sociales, culturales, geográficas, productivas, económicas, antropológicas..." Y si en vez de "Golpear" le pones mas comida de la que puedan soportar en el buche? que pasaria si la inflacion que se busca en el sistema economico nacional para la generacion de empleo se aplica directamente a la demanda? si bajamos el IVA y se aumenta el consumo, no estarian obligados a poner plata para no perderse el negocio?, no abririamos un poco mas las orejeras del caballo con miras al puerto encerrado en la cosmovision "Viva el Stapple de Mao y mi stand con modelos en calzas en Expoagro"?, digo de pronto, me parece diria un conocido presentador de artistas del establishment Casinista-Sciolista.

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  2. Carrasco, mire que pasa
    por meterse en este tema.
    Troskos y fachos putean,
    cada cual mira su casa.
    La importancia del problema
    no se debe soslayar.
    Si uno tiene que alquilar,
    mejor que se haga una enema.
    Un ambiente, con placar
    termina saliendo un huevo.
    Y si es un contrato nuevo,
    los dos, sin exagerar.
    Los números de Moreno,
    los cree sólo un otario.
    Si uno vive de un salario,
    mejor que vaya sabiendo
    que el indec algo trampea.
    Asi y todo recomiendo
    no fiarse de los diarios.
    Para bien de aquel mas pobre
    se deben cobrar impuestos,
    a garcas, fachos, funestos
    que nunca ponen un cobre.
    Lástima que en este viaje
    empoman a laburantes.
    ¡Pior estábamos antes!
    dicen ministros de traje.
    Eso ya no hay quién lo niegue,
    me apresuro a conceder.
    Pero ya es tiempo e' ver
    como apuntan pa´que pegue
    algo más cerca del blanco,
    a sojeros, y al del banco,
    capital transnacional,
    monopolio concentrado,
    verticalmente integrado,
    ya sea urbano o rural.
    Te fijan a gusto el precio
    y le esquivan al control
    de cualquier secretaría.
    ¡Como nos alegraría!
    ver que se sigue el camino:
    con un proyecto argentino,
    a la región integrado.
    Buen trabajo, bien pagado.

    Salute !

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  3. Exacto, no es tan complejo entender lo fundamental que es el tema del mercado alimenticio. Pero espero que no te canses de explicarlo porque me parece que se vienen el momento de dar esa batalla en serio.

    Hoy salí a comprar 1kilo de azucar y me robaron 10pesos a cambio del susodicho producto empaquetado.

    Acá hay un texto quizas divertido explicando el tema de la inflación vs. los aumentos de sueldo>> http://www.taringa.net/posts/info/1494707.R/La-inflacion-vs_-aumento-de-sueldo.html

    Yo siempre lo ví así. Obvio, todos los años cuando el garca de mi jefe aumenta los sueldos según lo acordado en paritarias, se viene la remarcación de precios en la empresa. Entonces digo: ¿A que estamos jugando?
    Pasan los años y me pregunto: ¿No estamos viviendo el famoso efecto goteo neoliberal? Los aumentos salariales están limitados por razones claramente justificadas y de las que soy testigo... pero, las cosas siguen aumentando, Y..? Que estamos esperando? Que los empresarios tengan una epifanía y empiezen a compartir sus fortuna y bendición con el resto de los menos afortunados mortales?... En serio?

    Obvio que el gobierno tiene cuatro años por delante y mucho oxigeno, pero en su discurso inaugural Cristina habló de resolver al fin de su mandato el tema de los juicios pendientes... Yo sinceramente huiera preferido que dijera que durante estos cuatro años se iba a resolver finalmente el paradigma social del derecho a la alimentación. No pedimos Mercedez Benz, piscinas, ni vacaciones en Europa, solo llenar el changuito. Con que resuelva eso basta y sobra, pero si nisiquiera lo plantea frente a nosotros que la escuchamos expectantes esperando ese gran momento...... Que nunca llega...

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  4. bueno, al fin va apareciendo el tema!!! creia que nunca iba a pasar, que nadie se iba a dar cuenta, que el troskokirchnerismo ya se había convertido en la máquina final de producir boludos enceguecidos. Me alegra saber que me equivoqué, que el tema empieza a aparecer.

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  5. Juan Ignacio @pase_alared18 de mayo de 2012, 2:01 p.m.

    Yo recuerdo que Capitanich, luego del 54%, dijo que unos de los principales planteos que debía mostrar el Gobierno era apuntar a un control de precios.
    Acá en Santa Fé está la cadena de supermercados Kilbel (no sé si existen en el resto del país). Si vos vas un par de días antes a que se paguen la AUH o algún otro plan de ayuda social, en los artículos BÀSICOS, vas a encontrar un precio determinado. Si vas el día (o después) que se cobran esas ayudas, vas a encontrar aumentos en esos mismos artículos. Es tan simple como perverso. Saben que esa gente que cobra una asistencia social apunta a los artículos básicos y el dueño del supermercado no tiene ningún problema en aumentarle los precios. Y así no te alcanza para nada. Y así estamos estancados siempre en el mismo escalón.
    Si desde el Gobierno no se lucha contra esa injusticia, no sos nacional y popular. No defendes al del último escalón. Así no hay justicia social.
    Esta situación yo la planteo en una ciudad chiquita como Santa Fé y con una cadena de supermercados no muy grande como Kilbel. No quiero imaginar lo que sucede en el resto del país.
    Y comparto el planteo de Gerardo.
    Y a veces te tira abajo un poco seguir con este Gobierno. Pero despues digo "tiempo al tiempo". Y despues digo: Pero hasta cuando?. Y despues digo: No se..
    Y despues ya no digo nada.

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