miércoles, mayo 09, 2012

¿Quién es el centro del mundo? Ok. ¿Y porqué, entonces, Julio Verne no habló de mí? Porque yo no había nacido. Eso prueba que el centro de la tierra, soy yo.

La presidenta invitó, además de a los figurones -siempre predispuestos- de cohorte suprema, a dirigentes de la derecha para una comisión de análisis de las reformas al código penal y civil, una comisión que escenifica que, excepto la sociedad civil, en estos temas, nadie de la casta dirigente corre por izquierda a la presidenta. Por eso los invitó, supongo. Pero también porque lo de YPF creó la destrucción, ya palmaria, del Grupo A, esto es, la unidad a cualquier costo institucional para derrotar el kirchnerismo y, fundamentalmente, quebró la unidad de concepción y conducción en manos de Clarín.
La presidenta trata de insistir por ese camino, porque en el teatro de arena, le conviene de cara a las elecciones del año que viene, donde se renovarán los legisladores del 2009, el año en que menos votos sacó el kirchnerismo desde el 2005. Esto es, la posibilidad latente de reformar la constitución (¿entrará ahí el tema del aborto y de la legalización de las drogas? Si es así, la reelección entra, además, caminando triunfal) cuya sola posibilidad disciplina a los peronistas y, dicho sea de paso, a la oportunista cohorte suprema.
Esto desespera al Grupo Clarín, que tiene que inventar al zapallo de Macri cualidades que evidentemente no posee. Pero es la jugada, de manual, que le queda. Con los descontentos internos que esto puede traerle y con el riesgo de ahondar la brecha con el resto de la derecha, que quedará, definitivamente, a manos de Cristina y de su propia creatividad, o sea, a manos de Cristina solamente. Bien, presidenta. Ya sabíamos que sin Doble Comando no tenía cómo arreglárselas, je.
El escenario queda tan claro: Cristina con la iniciativa, acorralada la derecha más estúpida, diseminado el poder político de Clarín, fragmentado el de las corporaciones y, al pie, la derecha progresista, experimentando cómo zafar de la alternativa de hierro: otro fracaso electoral estrepitoso o correr a manos de Macri, como subordinado de ese zapallo que, como saben todos, jamás pasará de ser un intendente mediocre. Esa derecha progresista puede, en cambio, optar por la alternativa que le ofrece Cristina: compartir un poquito de gloria. Eso le hace bien al sistema institucional. A la salud de la república. Era hora que suceda. Habrá que ver si se profundiza. Mientras tanto, en este soberano aburrimiento que nos trae a nosotros ganar así de fácil, hay que gobernar. La cosa marcha. Va encaminada. Falta. Cuánto qué falta. Y ojalá hubiera mayor sensibilidad hacia los sectores más humildes. Pero sigue siendo el gobierno con mayor sensibilidad que yo, en vida, haya conocido.
El aislamiento de la derecha radicalizada, de la conducción de Clarín, implica también la necesidad de revisar las categorías de actuación. Me parece que, si uno mira con detenimiento el escenario político, o sea, lo que hace Cristina, va en esa dirección. Relación, enfriada, pero no frontalmente en contra, con todo aquel que se aleje de los brazos de Clarín. Sea sindicalista, empresario, gobernador o legislador. El mensaje, está calando. La conducción es firme. La cosa está clara.
Sólo nos queda romper las pelotas para ponerle un cacho de movimiento. Pero está bien, el activo del kirchnerismo se ha aburguesado un poco, quiere descansar. Ya peleó mucho. Son viejitos que no estaban para estos trotes esas colegialas quisquillosas, y bue. Los quiero a todos. Ya se armará algún quilombo y volverá la alegría de la lucha. Y sino, lean éste blog, que cada dos días, me las arreglo para que me puteen de todas las corrientes políticas, menos del sector del PRO no escolarizado, por razones obvias. Hagan como las 22 mil almas cristianas que entraron ayer. Porque además les refriego las visitas. La mitad que Perfil. Porque soy el mejor. Porque tengo esta humildad tan cotizada en el mercado de las sinceridades. Porque soy puto. Porque todos ustedes son putísimos. Porque estoy aburrido. Porque no tengo más teléfono, sino lo bardeo a Reibel o a Patucho, que siempre me responden. Los otros no me dan más bola. Como la pendeja de acá enfrente que ahora me saluda, pero cuando no está el papá, porque dice que el papá me adora. Viejo sorete, de haber sabido que leías ésto, querido futuro suegro, qué tipo pintón, elegante, y esa inteligencia superior, te digo, se te nota, eh, yo te miraba y decía: este joven adulto es un genio. Mi querido vecino: creo que en el fondo, te parecés a mí.


4 comentarios:

  1. Ah, hipócrita escritor... mi semejante, mi hermano.
    No te lanaticés buácho soberbio ta madre que lo parió.
    Saludos!

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  2. Últimamente estás insoportable. Y Zambayonny es horrible.
    Pero me hacés reír, boludo.

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  3. Porque si.
    Te mando un abrazo.

    Saludos!

    Juan C.

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  4. Ta bien...queres ser un Bukowski politizado y argento y lo cierto es que te da el talento y te bancas (disfrutas) las puteadas.

    Nunca vas a tener un puesto estable en ningun lado pero vas a ser feliz.

    Mis respetos Lucas, los rompebolas como vos son necesarios (aunque, cuando son coherentes consigo sismos en serio, nunca bien recompenzados).

    SH

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