sábado, junio 30, 2012

El 18 brumario de Moria Casán

La secta de los consultores vende índices como la secta de los economistas. Ni unos ni otros suelen medir la capacidad y eficacia, para operar en la realidad, de esos indicadores. Por eso, por suerte, existen los grandes políticos.
La imagen, positiva o negativa de un candidato, no quiere decir mucho. Depende de la coyuntura. Scioli, por ejemplo, puede tener una buena imagen, como la tuvo, en el momento que fue candidata, Moria Casán. Moria, esa deformidad intelectual y de la especie, huyó de la escena política por el desprecio de los electores. No sacó nada de votos. Siendo la candidata de mejor imagen y mayor conocimiento. Bilardo, por nombrar una persona menos pueril y más inteligente, también fue fugaz candidato. A presidente. En los días locos donde gobernaba la mafia de Duhalde el país. No se pudo ni siquiera presentar, pobre Bilardo.
Resulta que, leyendo los analistas de la web, me entero que hubo una solicitada de los gremios que apoyan al gobierno en no sé qué diarios, no los compro ya, los leo online. No tiene nada que ver, pero se lee y escribe así, todo salteado.
¿Qué función cumple hoy una solicitada de burócratas cercanos a Zanini? O a Cristina. ¿Cuánto sale? ¿Qué eficacia tiene? Avanzar por ese callejón...
La crítica ha quedado relegada, costos del avance que posibilita la polarización, la crítica, en especial, de formatos.
Fíjense el ejemplo de la mala imagen, en general, que tienen los sindicatos, los dirigentes sindicales también y, en general, la buena imagen que gozan al interior del colectivo que defienden.
Supongamos que Moyono lograra lo que se propone, que es algo que todo analista político de este país dice saber, yo no, pero ponele, ¿qué sería? ¿acumular el poder que le dio el kirchnerismo, retenerlo, acrecentarlo?
Bueno, como Moyono será mal visto por toda la sociedad de pensamiento racista (la mayoría) haga lo que haga, bajarán las de por sí escuetas cantidades que quieren un presidente "bueno". En cambio, si CFK es vista como que se impone definitivamente sobre la corporación sindical y sobre Moyono estas escuetas minorías tendrán mayores posibilidades de ser oídas.
Es lo que sucede cuando cada tanto los radicales ganan las elecciones: es por que, buena parte de sus votantes (los volátiles, unidos a los intensos) deciden que el país ya está bien, como para que lo hagan mierda los radicales.
La táctica K del permanente conflicto ocluye la posibilidad de los radicales. Que podrían optar por dejar de hacerse los modositos ingleses y reivindicar su historia golpista, su espíritu conservador, la de crímenes de sus últimos gobiernos, los ajustes salvajes y la represión. Lo cual no les mejorará la imagen buena, pero los acercará a la hoy remota posibilidad de obtener el gobierno. Lo que intentó hacer El Hijo De alfonsín, pero dubitativo a último momento.
Las aburridas batallas de ejércitos semióticos están saturando, ya, el vértice donde empieza a elaborarse el sentido común. Contrariando su tradición, el peronismo reasume ahí la conducción estratégica de un proceso. Y eso le permitió y permite conducir, a mediano plazo, lo social y cultural. Lo conduce de esta manera. Comprendiendo a dónde opera, dónde comienza el sentido común, dónde operan los principales factores de poder extra-democráticos. Tiene, detrás, una historia de audacias, necesidades y deseos que lo habilitan y legitiman.
En fin, la tristeza de los sábados a la noche.
La gente, si es que un promedio de cuerpos existe, no quiere presidentes "buenos". Eso es verso. Por que la política está mal vista, principalmente, al interior del peronismo, que es quien más acierta en la visión antropológica desconfiada sobre el hombre promedio.






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