Tal y como preveíamos -de puro ojete, lo cual no restringe la posibilidad del curro consultoril de gurú financiero y mercachifle a futuro- la joda con el dólar narco, o blue, o paralalelo, o de corazón sensible, o alma de gitano, o dólar Topacio disminuyó por el efecto del mero anuncio del plan de viviendas de nombre horrible. La nueva AUH, giles.
La corridita cambiaria, fenómeno que en España ocupan las corriditas de toros (infinitamente más banales y menos nocivas que nuestro deporte porteño, inventado, como el fútbol, bah, como la ciudad de Buenos Aires entera, por los ingleses) se calmó, no con los métodos neonovedosos del encantador Polémico Moreno sino con reglas bien liberales, lástima que los liberales sean medio pelotudos y no sepan aprovechar éste, su gran momento, de absorción de la demanda. La demanda de ahorro. El ahorro es, también, una demanda. Cifrada en la tierra de las "expectativas". Y en ladrillos, una pasión de los funcionarios y los jueces y los sojeros, es decir, los que esquilman al estado, aunque toooodooos sabemos que en la actividad privada, les iría mejor. Ajá. La ex plebe también quiere participar. La clase media plena, sostenida por subsidios K e imaginario social antiK. Ojo ahí, amores. Que esos son capaces de ir a un acto por puro clientelismo: acciones de YPF y títulos de propiedad y autos baratos y te votan, salen caros, es cierto, pero es lo que hay.
Hasta ahora, el mega anuncio del mega plan de viviendas demostró megas esperanzas populares en los sectores que, ay, mamita, representa televisivamente el señor sensible Hugo Moyano. El mega sindicalista. Muchachos, ríndanse, Cristina es un camión. Y no para.
¿Se puede contra un cara de Ñoño como Bossio haciendo un anuncio, seguido de un discurso de barricada revolucionaria de Axel Kicilof anunciando...tasas bajas!; judío marxista, obvio, se puede, uno se envalentona, pero y va la gente y se agolpa como yanquis frente a una pancherita con lluvia de papitas, es decir, eso, así, mamita, funciona? Ríndanse y tendrán un juicio justo. Muchachos, ya está. El problema es que el kirchnerismo, será a lo borromeo quedate quieto o Angueto quedate quieto, no sé, pero que funciona, funciona, por que la gente, los K y los AntiK creen, sencillamente, que Cristina, lo que dice, para bien o para mal, es lo que hace. Detalle. Polémico. Discutible. Conmovedor. Pero es la única manera de acertar que en el eterno malhumoramiento de los sectores medios plenos y medios altos haya esta respuesta. La clase media baja es otro cantar. Esos son los más fieles kirchneristas. Por que son un producto, sociológico, típicamente K. Nacido para quedarse. Eso es, por ejemplo, el corte social que predomina -con independencia de su dirigencia- en La Cámpora. Y, ni Bossio ni taaaaanto Kicilof responden, digamos, a La Cámpera. Sino serían retratados, con toda probabilidad, en este blog, como tipos de una cabellera a lo Canigia en sus mejores épocas, como sucede, cuando lo mirás de atrás, al Cuervo Larroque, lo confundís con Canigia.
La marcha del mega plan de nombre horrible ya cumplió el primer mega objetivo. Todos los detallecitos, naturalmente, quedarán para la miseria periodística. Los previsibles problemas del abuelito y sus 10 dólares serán, para Clarín, el diario más cansado del país, otras historias, ahora con ladrillos, muy polémico. Y para Tiempo Argelino, el diario que leen los que lo escriben, serán, previsiblemente, historias de soluciones colosales para usted, querido habitante, momento histórico y demases, muy conmovedor. Todos adentro de la bolsa. Teledirigidos por la iniciativa presidencial. Cada casita con su parejita de jóvenes y un bebé, al lado de la presidenta. Un terrenito en Chascomús, la ampliación de una ladrillería en La Pampa, el garage en Resistencia para el abuelito; todos posarán con la presidenta. Y serán muchos, eh. Todos los putos días de acá al 2015. No sé, pensalo. Pero de a uno, muchachos. Hay lugar, en el kirchnerismo, para todos. Pero de a uno. No, pará, Majul, vos no. Nadie te está discriminando. Es que necesitamos una oposición. Seria. Contundente. Peleada con la lectoescritura. Pues vamos detrás del polémico, pero conmovedor, asunto de la reforma constitucional. Por que necesitamos la reelección o, simplemente, nos extinguimos como corriente política. Nosotros, los macristas. En serio. Estamos jodidos, sin reelección, nosotros, los socialistas. De Scioli. Y ya que estamos, de De La Sota. Ey, Pato, cómo va todo en Entre Ríos, sí, ahí es donde se firma la adhesión a la reforma de la constitución para una nueva reelección. Pero aguantá, que ya sale Alperovich. No, Capitanich mandó a su secretario, San Pedro de la Soja, a firmar.
Ojalá que la presidenta quiera una reelección, es una necesidad del empate entre los segundos con pretensiones.
¿Quién corre más riesgo de desaparecer si no hay reelección, el flamante sciolismo, el socialismo en Santa Fe, el fugazísimo De La Sota y sus Fugazetas, el macrismo de Durán Barba, el urtubeydismo del Opus Dei o el kirchnerismo, esa cosa escrita, pensada y discutida por jóvenes que viven lo más panchos mientras le decretan una nueva e inoxorable muerte política y van...?
El futuro político y económico es muy fácil de predecir. Hay que escucharlo a Alberto Fernández, bueno, es así, pero al revés. Todo lo que diga Alberto es así, pero al revés. Fijate. Nunca falla. Nunca menos. Nunca buenos, nunca me levanto a las 10 de la mañana la puta madre que los parió pero el teléfono de mierda culpa de la privatización de Entel. Lo tiré por la ventana. Y le erré a la ventana. Es el síndrome Rey Juan Carlos. Que le apunta a un elefante y le pega un tiro al nieto. Mamita ¿Cómo no van a estar en crisis?
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