Testigos en peligro
A la Presidenta no le molesta para nada que el Indec siga manipulando las estadísticas oficiales sobre la inflación (cierto) y la pobreza (bolazo). Sin embargo, la pone fuera de sí que las personas que ocuparon altos cargos durante todo el mandato de Néstor Kirchner y en buena parte de su primer turno de gestión le digan en la cara que es Ella la que está destruyendo los grandes pilares del verdadero modelo (chimentero como vieja de barrio, este Majul): los superávits gemelos -el fiscal y el comercial- y un dólar alto (loby) y competitivo, capaz de acompañar el aumento de la producción y el crecimiento. El ataque personal contra Alfonso Prat-Gay y contra Martín Redrado y las anécdotas que contó sobre la conducta de ambos están teñidos por ese enojo (periodismo psicologíco, ésa es nueva, Majul). Pero además están destinadas a dirigentes que fueron testigos de algunos de los más apasionantes secretos del poder. En el ranking del encono presidencial (más periodismo psicológico), Redrado es uno de los más encumbrados, junto con Alberto Fernández, el ex jefe de Gabinete que piensa lo mismo que los expresidentes del Banco Central (monumental). Esto es: que Cristina Fernández hizo trizas el exitoso proyecto de Kirchner (lástima que ya entonces te habían sacado la pauta millonaria y lo puteabas también a Kirchner...pero quién se acuerda); que, mientras al ex presidente le apasionaba la economía y consultaba todo el tiempo sobre lo que no sabía, Ella toma decisiones impulsivas y arriesgadas (más psicología), sin medir las consecuencias posteriores; que Néstor jamás hubiera dejado "crecer" el volátil mercado del dólar paralelo y que Guillermo Moreno y Axel Kicillof no toman medidas progresistas sino de derecha, medidas que sólo sirven para enfriar la economía y emular la tablita cambiaria del ex superministro de Economía de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz.
Entre los innumerables secretos del poder de los que Redrado fue testigo privilegiado, uno es la polémica compra de los dos millones de dólares por parte de Kirchner en octubre de 2008. El ex presidente del Banco Central todavía sostiene que el ex jefe de Estado lo presionó, en forma personal, para sacar ventaja de la transacción monetaria. Que se comunicaba a cada rato porque quería llevar el dólar de 3.25 a 3.50 pesos. Que lo empezó a llamar el 5 de octubre y que "parecía desesperado". Redrado me aseguró, en una de las entrevistas concedidas para el libro Él y Ella : "Si me lo pregunta un juez voy a darle los detalles de cómo fui presionado". Sin embargo, ningún juez federal lo llamó a declarar por ese asunto. Al contrario: la denuncia penal por enriquecimiento ilícito y uso de información privilegiada que impulsaron en su momento un grupo de diputados de la Coalición Cívica a raíz de la compra de dólares que hizo el matrimonio presidencial fue cerrada casi de inmediato porque el fiscal Gerardo Di Masi la desestimó sin una mínima investigación. Kirchner se habría salido con la suya porque compró los dos millones de dólares el 9, el 15 y el 23 de octubre de 2008 a 3,25, después de la estatización de las AFJP y de la crisis de las hipotecas de los Estados Unidos, y los usó un tiempo después, el 6 de noviembre (usando información calificada...o sea, no leyendo La Nación ni tus notas de que todo entonces y ahora se iba a la mierda. Aunque no lo creas, los jueces, esos turros, aún no consideran delito no tomarte en serio), cuando la cotización había subido un poco, a 3,32 pesos, para pagar las acciones de Hotesur, la empresa dueña del hotel Alto Calafate. Le pregunté a Redrado: "¿En qué se basa para afirmar que Kirchner y la Presidenta pretendían sacar ventaja de la compra de los famosos (boludo, un párrafo más arriba eran secretos, ahora son famosos) dos millones de dólares?" Y me respondió: "Kirchner no necesitaba comprar los dólares para pagar las acciones porque ya tenía una cuenta de cuatro millones de dólares y los podía haber sacado de ahí (pará, ¿cómo sabías, Redrado, eso?). Además, él los compró en la época en la que me llamaba todos los días con el discurso de «tenemos que seguir al real» para que subiera el precio del dólar y lo llevara hasta 3,50 pesos" (menos mal que, de paso, la economía anduvo bien. Claro que en la psicología de Kirchner eso era un asunto menor...lo importante eran sus dólares. Majulísimo el razonamiento, pero se colma cuando pide que exista una ley que castigue no tomar en serio a tamaño salamín!). Redrado impidió que el dólar se fuera al diablo el viernes 31 de octubre, cuando abortó la corrida más importante que hubo desde 2003 al desprenderse de 525 millones de dólares para evitar que la moneda norteamericana se disparara (cosa que por ejemplo, fue más grave hace dos meses, cuando Redrado se pagó una puta para aparecer con Mirtha Legrand, como ahora se pagó un bobo para que lo cite). El cree que Cristina jamás le va a perdonar aquella decisión, porque la habría tomado sin consultar y habría frenado, de alguna manera, la ambición del ex presidente de sacar mayor ventaja de la polémica transacción. Redrado también recordó, en el marco de la misma investigación (¿no es que no hubo investigación? o hablás de tu porquería mal escrita?), que una mañana de febrero de 2007, cuando todavía era presidente de la Nación, Kirchner le pidió asesoramiento personal para una importante inversión que tenía pensado realizar entonces. Pretendía saber si le convenía invertir en euros o en dólares (acá el relato, literario, se te cae. Pero bueno, sos muy bruto Majul para entender: un tipo que confiesa que todos los días le daban órdenes financieras, resulta que después es asesor financiero del jefe. Qué nabo que sos, Majul. Nos hacés reír tanto!). El ex presidente del Central primero le sugirió que tomara la mejor tasa y luego le explicó que, si no tenía apuro en sacar el dinero, un certificado en euros era la mejor opción. El ex funcionario se acuerda del hecho como si fuese hoy, porque después de escuchar los consejos, Kirchner, como hacía siempre, cortó la comunicación sin decir hasta luego (ah).
Las anécdotas que cuenta Redrado sobre su experiencia -desde que asumió hasta que se tuvo que ir por tratar de evitar que las reservas se usaran para otra cosa que no fuera sostener (sus erradas previsiones, por eso hizo un papelón electoral) la política monetaria- son muy distintas de las que rememoró la Presidenta el lunes pasado. También son bastante diferentes de las que podría recordar ahora mismo, por ejemplo, Alberto Fernández. Si alguien le preguntara al ex jefe de Gabinete sobre la confusión que tenían Néstor y Cristina respecto de la separación entre el Estado y la vida personal es casi seguro que Fernández evocaría un inquietante diálogo con el ex presidente (tan seguro como que te está dictando). Sucedió una tarde (en Tangamandapio), durante los primeros años de gestión, cuando el ex presidente le propuso a Fernández formar parte de la consultora El Chapel. Alberto declinó la oferta y entonces la propuesta fue para el contador de la familia, Víctor Manzanares. El Chapel, una sociedad que tuvo corta vida y que integraron Cristina Fernández y Máximo Kirchner, entre otros, fue pensada para facilitar a las empresas negocios con el Estado. Cuando se inició una causa judicial por el evidente conflicto de intereses, uno de los fiscales más independientes, Federico Delgado, calificó con duros adjetivos la creación de El Chapel y se preguntó con puro sentido común: "¿Qué otras consultoras de la competencia podrían ser contratadas en lugar de El Chapel si las empresas quisieran hacer grandes y buenos negocios con el Estado?" (lástima que Fernández no fue citado a declarar...entre otras cosas, porque recién ahora, cuando lo echaron y dejó de ser ultraK, lo cuenta. Pero, el empleado, Majul, lo da por ABSOLUTAMENTE CIERTO)
Redrado y Fernández tendrán tiempo para explicar ante la historia por qué el gobierno que integraron parecía tan bueno cuando ellos estaban allí y ahora parece tan malo e ineficiente (no, Majul, no te hagás el boludo: la anécdota de Fernández ni la de Redrado habló en ningún momento de ineficiencia, eh. Somos grandes. Y pedías fiscales para, en el caso de ellos, minimizar el tema y que sea la historia. La historia no los va a registrar, Majul). Pero es preciso aclarar que cada vez que Aníbal Fernández la emprende contra ellos es por orden de una Presidenta que desea silenciar a casi todos los testigos peligrosos de la época (ja). Una etapa en la que casi todas las variables de la economía apuntaban para arriba y la alta inflación, el temor al desempleo y la existencia del dólar paralelo eran datos que no formaban parte de la agenda de la Argentina (eran la desnutrición, los viejos sin jubilación, la mitad de los argentinos en la pobreza y un cuarto sin trabajo, nabo. Ésta es la razón por la que, si la historia te registra, es como un tipo gracioso. Que quería ser mordaz).
Mire, Carrasco, que lo van a denunciar al INADI si sigue robándole chupetines a los chicos. No se abuse más, y métase con alguien de su tamaño, que Majul se pega solo...cuando sale del taller de lecto-escritura se lo ve a menudo hablando solo diciéndose - mientras se rasca la mollera - "Queremos preguntar, queremos preguntar".
ResponderBorrary qué? lo vamos a criticar a Redrado por la puta que se pagó?
ResponderBorraryo por lo menos vine con minas gratis?
Y el dolar alto, era lobby o era importante para exportar (si era lobby, N´stor cedió ante los lobbys?)
Las cosas que del útlima pàrrafo habría que revisarlas: por ej. los viejos sin jubilaciòn... Cuántos viejos siguen sin cobrar lo que les corresponde, avalados por la justicia, debido a que el Ansses apela la sentencia (con la esperanza de que se mueran esperando)???
O cuánta es la desnutrición? La medimos con el método Manzur?
Majul es un pobre tipo, es como ese tipo del cable al que llamaban para insultar, De REnzis, creo que era...
Sí, Udi, ya me da cosa, en serio te digo. Es muy salame!
ResponderBorrar"siga manipulando las estadísticas oficiales sobre la inflación (cierto) y la pobreza (bolazo)"
ResponderBorraresta aclaración es boludísima.
Con las cifras del indec y de la inflación se deduce la canasta y por ende, la cantidad de pobres y de indigentes.
Es lo mismo mentir en una cosa y en la otra. Una se deriva de la otra
Es verdad lo que dice Udi, me acuerdo de esa costumbre de buscarse enemigos debiles y patéticos
ResponderBorrarcomo Mirta Legrand, como Graciela Alfano, como militares de 90 años, como Carrió