Chau, Mercosur

Los nuevos dos DNI, aunque ahora creo que volvieron a ser uno, y lo hacen, en Buenos Aires para el resto del país, más rápidos que antes. Un gran mérito, cree el ministro (así estamos, ay) pero bueno, en general, es mil veces más rápido, en orden, claro, de riqueza: primero los distritos más ricos, luego los distritos más pobres. A eso, tan enclenque, se le llama federalismo. Se conmemora con algunos feriados, movibles. El General San Martín cruzó en burro Los Andes para que la mersa porteña se queje, aprovechando su feriado, de que Retiro "es un caos". A la tilinguería no le gusta, más que de compromiso, el aniversario de la muerte -murió de viejo y en su nombre murieron tantos- de ese genio militar y político que fue San Martín. Mañana es feriado para conmemorar el fracaso de su proyecto político. Ya parecemos, de tanto cinismo, Uruguay. Los nuevos DNI ya no traen esos rastros de Mercosur que tenían antes. Dicen, chiquitito, "Mercosur" y grande Documento Nacional de Identidad. Se ha sincerado la cosa. El Mercosur, dejó de existir. Es un conjunto de abogados hablando de aduanas. Y los presidentes de los cuatro países -Venezuela, Brasil, Buenos Aires y Argentina- se reunirán de vez en cuando. Invitarán a Pepe Mujica, de Uruguay. Que le encantan esos cócteles. Y además siempre dice alguna monumental boludez que hace más entretenida la cosa. Aunque, claro, prefiere reunirse con los Estados Unidos. Los Ministros de Realidad -Julio de Vido por Argentina y el presidente de la Federación de Industriales de San Pablo por Brasil- se seguirán reuniendo para coordinar la política industrial, sostén del empleo bueno en Argentina. La única realmente existente coordinación política, que más o menos incide en los planes de las multinacionales ensambladoras, no es poca cosa, en el mundo que vivimos. Pero, tranquilos, la Comisión de Viáticos -también llamada Parlamento del Mercosur- seguirá siendo el ámbito ideal para que los Paraguayos, como ocurre desde hace años, nos insulten. Con toda la razón del mundo. En Brasil y Buenos Aires y Venezuela no les dan bola, sí, pero un poco nomás, en el cuarto miembro del Mercosur, Argentina. Más interesado, este cuarto miembro, en las obras de infraestructura que se están haciendo -vía empresarios tiernamente impresentables que a cambio de precios, estemmm,  flexibles, también se hacen cargo del relato- con Chile. En menor medida de interés, también con Paraguay, Bolivia y Brasil. Con Uruguay, sólo tenemos el consulado de desocupados uruguayos, que funciona a pleno. El Frente Amplio es una cosa muy linda pero no para de expulsar pobres y desocupados que vienen a Buenos Aires o Argentina, y está bien. Pero que Mujica me las fume con sus discursos éticos, viejo charlatán de feria.  La corrupción es uno de los problemas para avanzar en las obras de infraestructura con los países vecinos. Y aunque suene feo decirlo, la corrupción es mil veces mayor en Chile, Paraguay y Brasil que en Argentina, que no queda para nada atrás. El caso de Uruguay es distinto. Por que ellos viven de la corrupción de los países vecinos y de expulsar pobres a los países vecinos. Al Ministro de Desarrollo Social en Uruguay le dicen Canciller. Los cuatro miembros del Mercosur -Venezuela, Brasil, Buenos Aires y Argentina- en períodos de crisis como ésta, de precios altos para las materias primas de la oligarquía y problemas para las ensambladoras- no pudieron sostener su coordinación portuaria. Se han peleado los puertos. Razón por la cual Bolivia, que al igual que Jujuy no tiene salida al mar, no muestra mayor interés en el Mercosur, la unión neoliberal de puertos de los años 90. La unión de puertos que no pudo aislar a Paraguay. Por el contrario, fortaleció la flamante dictadura. (Hablé en esos días con algunos funcionarios, bastante brutos, por cierto, y el pálpito finalmente se cumplió: fueron a chocarse la pared, la línea política del gobierno gozaba de una prestigiosa puerilidad, bien de militontos, hasta el punto que su rotundo fracaso hoy no genera mayores costos: se olvidó, nomás. Se los veía taaaaaaaan preocupados por Paraguay. En fin, el punto es que esta mersa no puede mirar más allá del subimperialismo porteño a sus "países hermanos". El olvido de Paraguay, la arrogancia porteña y brasileña que fortalecieron la dictadura paraguaya, son marcas duras del rotundo fracaso del Mercosur).

  Los que hablan del futuro de Brasil, exagerando abiertamente, deberían notar que para estar en el club de los poderosos del mundo, antes de hablar de industria militar, donde también fracasaron abiertamente con la Comisión de Viáticos de Generales y Escoltas, llamada pomposamente Unión de Defensa Sudamericana (el realismo sucio, digamos), no pudieron dar el primer paso. Encolumnar a sus países vecinos, que dicho sea de paso, los detestan por sus políticas imperialistas. Los únicos que los quieren son los porteños, porque, naturalmente, los tienen lejos y no entienden mucho de estas cosas, pero tallan fuerte como uno de los cuatro miembros del Mercosur.
Si Brasil y Argentina, con los mejores gobiernos de su historia no lograron avanzar más que en coordinar autos europeos, no puede esperarse, a futuro, mucho más. Seamos realistas, pidamos un subsidio.  

Lindo día para Don José. Don José Artigas. Con los infaltables niños adoctrinados (pero por Coca Cola, no pasa nada) de la escuela. JUnto a un Olimareño, que supo de tiempos mejores.