Todo el primer bloque salió sin audio así que no está grabado (hubo notas sobre el borda en una investigación de Pablo Vazquez, Magda contó de algunas bandas y Felipe explicó cómo mirar el programa), incluidos los primeros 7 minutos del segundo bloque (el que muestro acá, con Leonardo Cofré, que conduce con Luis D Elía las mañanas de radio Cooperativa y Diego Rojas, autor de Argentuits y Quién Mató a Mariano Ferreyra, que, como Diego, era militante del Partido Obrero) pero hoy arrancamos con el sistema que, de a poco, vamos a implementar para ir a una convergencia de la radio con otros formatos digitales. Creo que esta semana además ponemos ya un script para que se puede seguir, online y grabado, el programa. Así como desde las redes sociales, Twitter y Facebook y estamos trabajando para que desde los teléfonos se pueda, también, escuchar y ver bien. Ahí, estoy mirando, qué lindo el look serio de Zambayonny, nadie se la esperaba a esa.
El caño por donde sale online el programa se satura, la radio es ajena a eso, tiene que ver con cuestiones estructurales de internet en la argentina. Pero ya son varias las radios online que nos retransmiten y estamos cerrando, además, con las radios de las provincias para que salga bien, como sucede en Paraná, con Radio de la Plaza, mis amores, de paso les cuento a mis amigos y enemigos de allá: sale lo más bien, en directo.
La parte que no está acá, grabada, es donde hablé un poco de mi amigo Franco Vitali, actual Subsecretario de Fortalecimiento de la Democracia y la nota del domingo en La Nación, como anticipo de lo del programa de Lanata. Hay varios datos, interesantes, que no terminé de, voy a decir una palabra bastardeada con estos escraches ideológicos de cuarta que hace la ultraderecha de los mmillonarios marginales tras el desbande de Libre, investigación. Nada novedoso, en realidad. Cuando Franco Vitali no era funcionario, hace muchos años, escribía las editoriales del suplemento Ni a Palos, de Miradas al Sur, junto a Patucho Álvarez, hoy presidente de Télam. Y ahí había, yo, sacado, una nota, vinculada a los negocios de Clarín con el gobierno nacional a través de una empresa que posiblemente, el gobierno nacional desconocía que era de Clarín. Entre otras cosas, por que recién en ese momento se empezaban a saber muchas cosas sobre Clarín, y hay empresas de Clarín que, creo, en el gobierno nacional, por lo menos en esos momentos, ni sabían que eran parte de los largos tentáculos del monopolio por excelencia. De aquellos años, recuerdo, por ejemplo, lo de la planta impresora de Santa Fe. Que fue una de mis primeras notas y la leyeron en un informe, entera, en 678. Hecho, probablemente, de apuro. Al informe. Pues salió el mismo domingo. Y yo vivía en Santa Fe. Y mi columna era marginal en el semanario, no así en el suplemento, que supo reunir, y perdura ese espíritu con los cambios de ocasión, lo mejor de la intelectualidad joven y no tanto, que ya tengo, carajo, 34 años. Y tenía, ponele, unos 30 años en ese momento. Pero estaban Matías Castañeda y Martín Rodríguez y Fede Vázquez y Scigliano y el inolvidable Iván Heyn, de mi edad, pero también más pibes como Tomas Aguerre o Diego Paladino o Julia Mengolini, por ahí, o Marisol De Ambrosio. Entre otros, que me estaré, seguramente, olvidando. Todo eso confluyó mayormente en La Cámpora y hoy anda desperdigado en sus tareas literarias e intelectuales, aunque suene pomposo, etcétera. Pero yo estoy convencido, como les decía, e insistía, en aquellos, todavía, algo sombríos años, la historia tendrá ahí su retacito. Como en la bloguería y todo el despelote que supimos hacer. Y algunos, jeje, todavía, hacemos. Aunque, hay que reconocerlo, ya no seamos tan necesarios.
Bueno, mañana ya arreglamos el sonido, etcétera. Denme tiempo, que hay que, artesanalmente, encontrar la manera de discutir las nuevas tecnologías y el futuro de los medios de comunicación, desde una perspectiva del campo nacional y popular. Y, para qué contar sobre mi falta de humildad, me tengo fe. Necesito, sencillamente, tiempo. El equipo, un buen equipo, ya está. Corazones encaprichados. Cuando me entusiasmo con algo...Todo lo demás, son cosas para vivir.
Los quiero a todos, infradotados. Hasta el año que viene.
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