La sucesión es un asunto que concierne, también, a Macri, Scioli y De La Sota.

Si Scioli ni dijera que apuesta por la presidencia su gobierno, dado que no tiene reelección, dejaría de tener poder político justo cuando más hace falta, por que no hay plata y Scioli, a los ricos, no se anima a cobrarle impuestos. Si De La Sota, viejo y hoy faro de los cuadros del peronismo que apuestan a un proyecto alternativo al kirchnerismo, no da una señal de perspectiva, lo mismo. Y ni que hablar Macri, que tiene en su partido vecinal enormes dificultades para la construcción política. Y Binner desaparecería aún más del mapa adonde se mueve, digamos, alrededor de Cablevisión y muchas gracias. Por que si Bonfatti tuviera reelección en Santa Fe, adiós Binner. Triste, solitario y final.
Del mismo modo, el kirchnerismo se desvanecería en la línea de certidumbre donde se mueve la clase política profesional, la que no tiene nada que ver con la gente común y mucho con la trama del poder real en la argentina.
De modo que apuntalar la reelección, además del combo de necesidades institucionales para plasmar una carta orgánica de acuerdos más amplios que la existente y la legitimidad que se requiere en el sistema presidencialista, pero dicho ésto sin ingenuidades boludas, también como conveniencia táctica de que Cristina termine su mandato con poder y que, si el pueblo decide, y ella quiere, continúe.
Y este asunto, de naturaleza sociológica, hoy inconveniente para la derecha, es vital para la estabilidad institucional así sea Macri o Binner quien gane en 2015, pero es comprensible que apelen al moralismo vacío de un republicanismo que nada tiene que ser con la democracia, por pura conveniencia táctica.
Esta es mi posición.
En momentos donde la oposición está planchada y todo huele a aprestos para que las elecciones legislativas de 2013 se transformen en un gran plebiscito sobre el gobierno de Cristina.
Ante ese desafío, que creo impondrá, por su tono y actuales estrategias, el monopolio del Grupo Clarín, y por tanto sus seguidores de la plana política opositora, habrá que hacerle frente. Y me parece conveniente redoblar la apuesta. El kirchnerismo, además, siempre se manejó así.
Los amo a todos, manga de putos, chau.
Una cosita más: al lado de Bonfatti, Scioli, De La Sota y Macri saben que si no llegan, y hoy ninguno, excepto Scioli, está siquiera en condiciones de largarse a la presidencia, sino llegan, el plan reelección y milanesas para todos es el mejor Plan B para conservar sus empleos. No jodamos.