Nuestro encargado de goma de las políticas sociales

Trabajadores Sociales al mando del Teniente Coronel Careffour 
parten a explicar estadísticas a los pobres

El viceministro de seguridad, el Teniente Coronel Carrefour, fue la única y dolorosa respuesta a los saqueos. Orquestados, claro está. Sobre el caldo de cultivo de una vergonzosa desigualdad social que persiste.

Carrefour se vistió de Eternauta cuando hubo una nube tóxica -se desconoce qué medidas reales, además de la payasada de Carrefour disfrazado de estado, se tomaron antes, durante y después- y mientras las inundaciones azotaban poblados de la Pampa Húmeda, o sea, de la raza correcta, incluso, hasta cerca del Puerto, fuente de toda moral y justicia.
Carrefour se puso la boina para dejar que sus subordinados se les burlen en la cara. Todavía se le burlan, claro.
Después, el Teniente Coronel Carrefour se ocupó de los saqueos. Que, huelga decirlo, el subsecretario de pasaportes, Florencio Randazzo, ni vio pasar. Está, obvio, en los grandes temas. Así que Carrefour actuó, además de encargado de goma de las políticas sociales, como ministro del interior.
A Carrefour y a Randazzo habría que pagarles con un paquete de fideos su salario si no tuvieran la raza correcta. Al igual que a los periodistas que se ponían, tan jueces, tan gorras, del lado del saqueador para diagnosticar que está bien robar fideos y está mal robar un plasma. Habría que pagarles con un paquete de fideos cada nota.
Sino fuera que los que ensamblan televisores son exactamente la misma gente que tiene campos, la conexión con la desigualdad social, con el producto de la oligarquía que es ese lumpenaje que no van a arriar así como así tampoco, esa conexión se les escaparía. De puro brutos nomás.
Pero no es el caso.
Son mucho peores. Son conscientes.
Unos 600 detenidos, naturalmente jóvenes de la raza incorrecta, están presos. Por orden del Teniente Coronel Carrefour (a quien yo, por lo menos, no voté. Ni votaría jamás) les están arruinando la vida a 600 argentinos de la raza incorrecta. La que, en su alma, prefiere un plasma a un paquete de fideos.  Vaya cosa. Los economistas tenían razón. Las razas inferiores tendrían además de alma, racionalidad instrumental.
El Teniente Coronel Carrefour permitió que se saqueen otras razas subalternas, como los asiáticos. Pero como por debajo está la otra raza subalterna, presos. Si los saqueos fueron organizados, entonces son presos políticos.
De una raza inferior.

Mientras tanto, los ayatolás leerán en el corán republicano si es constitucional la ley de medios en momentos donde las mayorías están con resaca. A los ayatolás, que se borran cada vez que hay un problema en serio, es decir, un problema que no crean ellos, también habría que pagarles con fideos.
Más allá de que pertenecen todos a la clase social sabida. A la raza correcta. Esos que se encargan de mantener a raya a los subdesalmados. Los que no tienen, la puta madre, vocación de esclavos.

Hay dos muertos. La encargada de prensa del ministerio de seguridad, Nilda Garré (otra vez Nilda Garré un 20 de diciembre...) no dio a conocer los nombres, bah, vaya uno a saber si tienen nombres.
¿Dios les permite tener nombres a los de la raza inferior?
Ni idea.
Habría que preguntarles a los jueces, que tienen acceso directo a dios.