El antivirus no tiene ninguna actualización. No es, estrictamente, un antivirus. Parece una publicidad. No lo es. Sino que tenía ganas, vaya uno a saber porqué, de contarlo. De paso, lo aconsejo. Se puede bajar una muy buena versión gratuita: SuperantiSpyware. Tiene una versión en español bastante a medias y graciosa. Y un diseño estrictamente horrible. Pero funcional. Todos los días tiene actualizaciones. Hoy, navidad, no. Es el único, no, perdón, el primer recuerdo de que hoy es navidad. En el segundo recuerdo, sin ganas de prender el teléfono celular, muerto adrede desde anoche temprano, abro la página de twitter y le escribo a mi chica que anda por la costa con la familia. Y salgo a comprar cigarrillos. Me agarra un fastidio poco comprensivo con los trabajadores (en negro) del kiosco que en la esquina donde vivo en Buenos Aires, frente al predio expropiado a la Sociedad Rural, mantiene sus persianas cerradas. Miente la publicidad de que abren todos los días del año. Ojalá, retrocedo, tengan una buena navidad sus trabajadores. En cuanto al dueño, negrero, me chupa un huevo. Camino un par de cuadras, hace frío, las calles están mojadas y, maravillosamente, desiertas. No hay ninguna mañana radiante. Pero Una radiante mañana estival es el título de una novelita corta de James Hadley Chase que siempre me encantó. Y a la que vuelvo, de vez en cuando, como si contuviera indescifrables misterios. Se puede comprar o bajar gratis acá.
Chase muere en 1985. En el momento exacto donde comienza a morir un tipo de escritor, el sartreano. Con o sin compromiso político. Eran momentos donde escribir demasiado, usar muchos nicks (je) y tener cierto desapego por la forma y la trama comprometida, encima novelista, eran momentos que te dejaban fuera del prestigio. Hemos heredado esa miserabilidad. En un tiempo de transición. Donde la nueva figura del escritor -yo, lo soy- todavía no es rentable y choca con los prestigios adquiridos. Mis amigos, poniéndome
vanidoso -ni que me costara- del campo literario han publicado libros hermosos, pocos, otros mansamente olvidables. Pero no se trata de ver quién la tiene más larga, claro. Pero sí hay un problema en ser muy leído, y es que no te reconocen nada. Bueno, exagero un poco. Qué aburrido sería el mundo sin exageraciones. Pero, ay, ya me puse inseguro sobre si seguir sobre ese punto al que iba, probablemente modere un poco la mordacidad: después de todo, es de mañana, vengo de tomar un café con leche y medialunas, estoy sobrio, sin necesidad de recriminaciones sanitarias, de esas a las que, parece, soy tan afecto. Y es navidad. Feliz navidad, de paso.
Hay decenas de miles que leen diariamente este blog. Hay ocasiones que pueden llegar a ser más. Pero diaria y sostenidamente ya de por sí, me asombra, la cantidad. Leen, en promedio, un libro por mes. Escrito por mí. Siguen una trama, ciertos personajes, la manera de adjetivar, y la más innoble y divertida manera de apodar. Me hago de enemigos a la tanta altura de cuánto me la creo. A la altura de la que físicamente carezco. Invierto tiempo y en ocasiones dolores, para recibir, a veces, silencios. Otras insultos. Y la mayor satisfacción para un ser humano hundido en el teclado, pensado en las letras, en la narración, en las orillas, incluso, de la escritura. Es tener lectores.
El paisaje sombrío que puedo, si contengo cierta eficacia, transmitir de una mañana de lluvia y frío, 25 de diciembre, levantado desde temprano, solo, en mi casa de Buenos Aires, donde solamente soy un escritorio pequeño y una computadora que contiene mis secretos, mi biblioteca, mis ansiedades y proyectos, esa misma soledad es tan matizada, creo que perfectamente comprensible, me siento, vuelto del café de la esquina, preparo el mate, abro la caja de edición y escribo esto. Que será leído. Compartido. Donde no hay nada en juego, nada importante ni urgente que decir.
¿No es, desde ese enfoque, natural, que busque quedarme, en las ocasiones ruidosas, solo? Un rato.
Puede que no. Pero qué importa.
Una radiante mañana estival es la segunda novela de Chase. Después del éxito rotundo de 'El secuestro de Miss Blandish'.
Debo, como supongo muchos de los que comparte esa familia literaria, a Borges y Bioy Casares, la traducción y edición de las novelas de Chase.
Una definición:
Cierta compulsión hacia la cloaca.
Más tarde termino de escribir esto. Me tocan el timbre. Es tan misterioso que suceda -arranqué, de un tirón, el portero eléctrico: hoy no trabaja el portero; hoy es un feriado que nos imponen las minorías católicas, hoy está todo (menos Jesús) muerto, hoy estoy despierto de mañana, hoy estoy escribiendo sobre el hombre siempre tenía una respuesta sorpresiva para cuando sus personajes abrían la puerta, hoy, entonces, atiendo la puerta- veremos.
Era mi vecina. Me pedía que baje la música. Como te estaba diciendo. Hay una conexión, de cables tensados, entre la literatura negra y masiva y el periodismo de crónica. Un ´periodismo hecho a la medida de la escritura. Qué será de ese género con el devenir de lo multimedial. No me asusta en lo más mínimo. En la materia prima que tengo disponbible, y gratis, o sea yo mismo, conviven perfectamente el freaks de TV, el entretenedor con música y literatura de la radio, el columnista desparejo en los diarios y, en ediciones cada vez más cuidadas y menos audaces (lamentablemente) el sostén de un blog que no para de crecer. Aunque me vengan con el cuento de las redes sociales. Cosas que hay que surfear hasta que pase la ola.
Cuánto confianza, señorita, que me tengo. De a ratos. Hay días así, días sencillos. Anoche terminé y empecé, no, a la inversa, empecé y terminé el último libro de Alfredo Zaiat, Economía para todos. El que me lo regaló -fue Máximo Kirchner. Hay cierto secretismo, pensado políticamente, probablemente por esta hipótesis que sin fuentes informativas desarrollé en Crónica y que, cuando la subieron a la página de La Cámpora, desde ahí le dieron cierta verosimilitud. Decía que hay cierto secreto que lo rodea, que no sé si me incluye, en todo caso, es un error incluir en un secreto a un tipo como yo, que escribe todo lo que vive y sino lo vive lo inventa. La vida es demasiado poca cosa para vivirla sin inventarse, sin literatura- lo definió con una sencillez magistral: un tipo (Zaiat) al que se le entiende. Es, efectivamente así. Soy parte de una generación -que incluye a Máximo y Hernán Reibel, también presente en esa larga tarde de días atrás hablando de política, de libros, de la situación social (hay un abismo, no, dos abismos, entre lo que se dice de Máximo -que juega todo el día como un boludo a la play cuando en realidad, construyó, con paciencia y no sin riesgos, la única organización política de alcance territorial consistente que recorre con certeza todo el país y sus múltiples realidades y lee absolutamente todo, de manera que es agradable, para quienes nos dedicamos a estas cosas, conversar con un tipo sensible y culto, ahora que está flaco, ni un kilo de tonto- y el otro abismo, el más corrosivo a mi entender, es la diferencia con algunos funcionarios, más preocupados por la coyuntura que por pensar las generaciones del mañana, pero me estoy metiendo, presiento, en quilombos, al escribir esto, ja. Cómo me gusta el quilombo, no hay nada que hacerle)- y esa generación vio construirse culturalmente el país distinto. Del Página 12 emergente, autocentrado, contracultural, que se fue rodeando de editoriales, programas marginales en radio y a veces, ahí Lanta juega un papel importante desde un recorte que es muy a su pesar, la TV, la vidriera por excelencia de la conquista, hasta el ahora, donde es, Página 12, parte del sentido común. Para las generaciones que nos suceden. Por que ciertamente, inevitablemente, envejecemos. Y nuestras cosas contraculturales -vuelvo a esa charla, un día antes, donde Máximo me dijo "enfrente de tu casa va a haber un lindo quilombo mañana" y ni me imaginé que iban a expropiar, qué lindo, la Sociedad Rural Argentina JUAZZZZZZZ- como Los Redondos, Página 12, el fútbol, son hoy quienes pelean en condiciones, para usar una palabra hermosa que hoy es por suerte moda, en condiciones más igualitarias, la hegemonía cultural. Podría no haber sucedido. Podría haber seguido en emergencia -en el sentido más pleno del término, no en su fase de urgencia- como lo planteaba, en aquel libro tan necesario en la década del 90, Raymond Williams, que desde la literatura estudiaba lo residual, lo emergente y lo hegemónico. Hoy que se bastardea tanto el término hegemonía, buenos días para volver a los seguidores del mejor Gramsci, mejorado, a mi cirterio, por Williams. Aunque su lectura es densa. Es difícil. Es, estudio, claro. Pero necesario.
El kirchnerismo (no me gusta decir oficialismo: yo no soy oficial ni lo seré) es narrado, a menudo, como cerrado y habitado por sí mismo. Lo es. En el sector que lo requiere. Pero sus dirigentes más importantes, los que planean y piensan el conjunto, lejos son de esa cerrazón. Muy por el contrario. Y perdón por el tono intimista del asunto. Acaso es porque no dispongo de otra materia prima que mí mismo. Pero soy una prueba de esa apertura.
Se hace mediodía, todavía no publiqué esto. Quiero seguir escribiendo. Extenso. Hay ocasiones en que vale la pena leer un escrito extenso. Ocasiones y lugares. Los feriados son un lugar. Además de un aumento salarial indirecto, je. Acabo de ver -salí a caminar, un rato, por las calles del barrio viejo, que vacío y soleado es, no sé qué es pero es lindo- al portero salir con una parrilla y los utensilios para hacer asado. Cargarlos a un baúl.
Imágenes de época.
Cuando las rutas se desocupen me voy a Paraná. Pero en verano, con La Ciudad Ausente, me gusta Buenos Aires. Una breve y radiante intervención literaria, acá.
La intervención literaria está cayendo en desuso. Pero será hasta que cambie la manera de entender el escritor. Por que de hecho, de facto, la categoría intervenir, surgida desde la arquitectura hacia el arte, es la más adecuada para pensar lo multimedial. Perdón por la sanata académica. Es que de esa manera, a esos auditorios, es más fácil hacerles comprender una idea. Bah, qué justificación pelotuda. Bueno, ahora sí, me cansé de escribir. Voy a pelearme un poco con alguno en twitter, es lo mejor para la digestión antes de una buena siesta.
Hasta mañana.
El malo para ser buen malo tiene que venir disfrazado de bueno.
ResponderBorrarLos músicos conocen el truco de encantar al cerebro humano poco desarrollado.
ResponderBorrarY lo usan para sacarles el dinero. Le dice a la plebe lo que quiere escuchar.
Que toquen gratis (una vez millonarios) si su deseo es esparcir su arte para enriquecer a la sociedad. ¿Por qué no se sientan con el público los artistas?
muy elitista
Borrareso loco... Luca terminó en Obras y se fue a comer pancho con la gente en la plaza
Borrarah, claro.-
ResponderBorrarlucas gracias por tu pluma ironica y punzante un seguidor silencioso- carlos de los santos.
ResponderBorrarGracias, Carlos. Un abrazo.
Borrarnunca leo libros demasiado difíciles (para mí)así que del economista..paso. Al otro, al Chase ese, veré si le doy caza. Lo que en realidad quiero decir es que cuando leo un libro que me entretiene -no necesariamente novela negra, ni novela- se me quedan pegadas las ideas por días y las mecho en cualquier conversación aunque no tenga nada que ver -a veces me asusta ser sólo un repetidor-. Eso me está pasando son tus textos -ideas- últimamente; se me quedan pegadas, y las suelto como bombas en cualquier contexto coloquial. Por eso gracias, me haces quedar como un duque -uno borracho y grasa-
ResponderBorraracá el único borracho grasa soy yo, Martín, más respeto
BorrarLa que prendió mucho en Argentina fue la conveniente mentira que la U.B.A. tiene un gran nivel académico.
ResponderBorrarPara el año que viene ponete una foto mas presetable en el perfil.jaja. de donde es que elegiste esa?
ResponderBorrar@CayetanoAsis
ResponderBorrar"Tengo sueño, raro a esta hora" dijo Moreno al llegar al despacho. "Con razón, vengo de escuchar a los de Unidos y Organizados".
"Terminó de hablar el embajador argentino" dijo Moreno, en reunión con empresarios de Brasil. "Bien, ahora hablemos en serio".
"Nene, tenés que venir más para este lado" le dijo Moreno a Kicillof. "En Argentina el comunismo no va, vení para aca".
Anonymous destapó una red de pedófilos.
ResponderBorrarEl grupo hackeó una treintena de cuentas de Twitter y dejó al descubierto el intercambio de pornografía infantil. Las autoridades estadounidenses abrieron una investigación.
Ojito borracho con lo que haces eh! Te estamos mirando.
te hacés el policia, che puto ?
ResponderBorrarY si, el periodista es el policía de clase media.
Borrar"el periodista es el policía de clase media" es algo que yo mismo escribí, en este blog. Hace algunos años, pelotudo.
BorrarCuando tomas te pones agresivo.
Borrarufff...
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