A mi también me gusta mucho la palabra edecana. Tengo varias en casa, y cada tanto las saco de un cajón del escritorio y las contemplo. Mañana voy a ir a buscar mas.En realidad soy coleccionista y las quiero tener a todas. Me faltán un montón,pero ahí está la gracia. Si no fuese así no las coleccionaría. No entiendo cual es el problema de que a uno le guste la palabra edecana. Otros tienen manías mucho peores. Por ejemplo la de aferrarse a cualquier pelotudéz para justificar un resentimiento, o la impotencia o la falta de argumentos válidos para justificar un disgusto. Luchan contra una realidad que los supera y no pueden manejar, entonces se aferran a lo primero que tienen a mano y que suponen que los va a sacar de esa situación desagradable que creen estar viviendo.Pero todo está en su cabeza. Si lo supieran serían felices. La vida sigue.
No tengan miedo...
ResponderBorrarhttp://www.perfil.com/columnistas/Duran-Barba-y-las-elecciones-en-Paraguay--20130420-0008.html
Madurez de nena de 8 años...
ResponderBorrar@CFKArgentina
Estoy por ir al Cuartel de la Montaña. Cuando llegue Leisbeth, la edecana, salimos.
Le gusta la palabra "edecana"
Bueno, creía que era una chica. Alta, delgada, bonita. También estaba Alicia Castro. Eramos todas mujeres. Obvio, si estabamos en el baño.
Sin palabras.
Quien es el responsable legal de la salud psiquica del presidente de la nación?
pasame tu twitter a ver las cosas de elevado tono intelectual que escribis vos
Borrarlo que pasa que el boludo está podrido de perder elecciones.
BorrarA mi también me gusta mucho la palabra edecana. Tengo varias en casa, y cada tanto las saco de un cajón del escritorio y las contemplo. Mañana voy a ir a buscar mas.En realidad soy coleccionista y las quiero tener a todas. Me faltán un montón,pero ahí está la gracia. Si no fuese así no las coleccionaría.
BorrarNo entiendo cual es el problema de que a uno le guste la palabra edecana. Otros tienen manías mucho peores. Por ejemplo la de aferrarse a cualquier pelotudéz para justificar un resentimiento, o la impotencia o la falta de argumentos válidos para justificar un disgusto. Luchan contra una realidad que los supera y no pueden manejar, entonces se aferran a lo primero que tienen a mano y que suponen que los va a sacar de esa situación desagradable que creen estar viviendo.Pero todo está en su cabeza. Si lo supieran serían felices. La vida sigue.
Ravi Sri Lanka