Qué dejan las alianzas:

1) La vuelta de Cariglino, intendente de Malvinas Argentinas, al kirchnerismo, pero al kirchnerismo sin bóvedas de Sergio Massa, y la falta de acuerdo entre De Narváez, Lavagna y Macri, dejan en terapia intensiva el proyecto trunco de que el PRO tenga candidato a presidente. Hay que sumarle un eventual triunfo de Carrió y Solanas en CABA

2) Rodríguez Saá, fuera del radar de los medios oficiales y del Partido Clarín por haberlo enfrentado desde siempre (perdón por este toque de realidad, ya volvemos a la TV) descomprime la estrategia de Cristina.

3) Los cambios de carácter progresista también provienen de luchas de poder. La AUH de la derrocha de Néstor Kirchner en provincia de Buenos Aires, la ley de medios de la derrota de Cristina en la 125, la reforma judicial del bovedazo.
Los dos beneficiarios exclusivos de lo que le importa al poder de la Reforma Judicial -lo otro es el paquete, atractivo aunque tibio, y está bien que sea atractivo- son el radicalismo y Cristina.

a) El radicalismo recogió el guante y de facto reconoció la legitimidad de la reforma, presentando candidatos a Consejeros. Es el único partido opositor con capacidad de hacerlo. Baqueteado electoralmente, hoy es un gran MID, vende personerías. Y sumó a todo el arco opositor. La Unidad Supositoria, finalmente, la hizo Cristina, que necesita, para zafar de las bóvedas, nacionalizar la elección, poder tener un lugar en los triunfos provinciales y minimizar las seguras derrotas en CABA, Córdoba y acaso Santa Cruz, donde habrá candidatos del FpV (Fueros para Vudú) hablando del país dividido. 

b) El poder tiene esta lógica. Cristina necesita zafar, caída ya la posibilidad de la reforma constitucional, de estas elecciones donde sabe que no está bien parada. Por eso, el 25 de mayo hubo gobernadores en el palco. Por primera vez en un 25 de mayo. Los sindicalistas más corruptos están (por suerte) presos, es toda una novedad en la tradición peronista. Pero eso, naturalmente, se paga.
El bipartidismo forzado es la manera en que Cristina pretende garantizarse un lugar con relevancia en la mesa sucesoria en caso de seguir perdiendo poder a este ritmo. 

4) La verdadera dimensión del poder de cada actor se verá a la hora de elegir las candidaturas. Por ahora, solamente se trata de la plata a dividir entre la burocracia de partidos. Los datos curiosos que surgen es la falta de escrúpulos, no como dato moral -eso hay que dejárselo para la pelea entre izquierdas y derechas de Puerto Madero- sino por el grado de impunidad reinante y su correlato explicativo: la profunda despolitización de la sociedad.

5) Bienvenidos al Show de la Ética, donde los militantes de los canales se tirarán consignas y chicanas con menos vuelo político que una vaca, viva o muerta. Ya pueden empezar.