que el Papa Francisco me chupe la pija

El único mesianismo que me queda lo guardo para ver jugar a Lionel.  El monopolio cultural de la iglesia, como bien lo califica Bow Rob a la cofradía de Susanti Pancho no deja de ser una cerrada rosca comiteril de banqueros lúmpenes.
Acá un análisis, también, sobre el dictador del Vaticano que pasa por alto, al nombrarme, esto otro.  
El punto es: la religión de estado, con su opresión flagrante, se choca con el liberalismo político que, de la boca para la tele, dicen respetar todos los políticos. A la hora de los bifes, ese medievalismo reaccionario les hace arrodillarse ante su poder punitorio en el más acá a los políticos cobardes.
Estoy demasiado convencido de que una sociedad más justa los tiene de adversarios a estos chantas que jamás se atreven a debatir, ni con altura ni con chicanas, como se manejan. ¿O qué otra cosa más que una chicana de baja estofa es la extorsión en torno a la muerte, la enfermedad y los sufrimientos?
Yo no respeto la fe católica porque no me respetan a mí. Así de sencillo.