Recetas simples y caseras para alimentar tu perro

Hay una discusión larga -saldada por los nutricionistas caninos, a mi favor- en torno a si los perros deben comer solamente alimento balanceado o, como sostengo yo, que no se mucho de nada pero opino de todo (trabajo de periodista, pido disculpas) hay que variar el alimento, pues, a nadie le gustaría comer siempre lo mismo. Y los perros, especialmente, han sido bendecidos por dios o quien fuera con el atributo de NO CASARSE, o sea, objetivamente, no hay razón para que coman siempre lo mismo: los perro merecen divertirse al comer, como cualquier ser casi humano.
 Mi perro proviene de la calle, con lo cual, le gustan más las sobras que el alimento balanceado. Para solucionar eso, le pongo caldos de carne -que traen jugos de vaca, pollo o gallina- y luego, preferentemente polenta, a la que agrego, o porotos de soja o lentejas o cosas así, con casi las mismas proteínas de la carne y el alimento balanceado, al apagar el fuego, y dejar que se enfría. Con lo cual, además, lo voy acostumbrando a comer ese alimento. Fácil y sencillo. Y barato. También le pueden agregar carne picada, huesos o distintos ingredientes: el secreto está en cocinarlos con el caldo de animal. Se consiguen en cualquier despensa o supermercado. De gallina, de pescado, de vaca, de pollo. De nada.