Los cambios de discurso de Cristina

Tras la derrota en la PASO, los cambios en el dicurso kirchnerista -marcadamente girando a derecha- son varios, La Nación recoge siete: lo más interesante, sin embargo, es cómo procesa el derrotado moralmente tinogargamuzismo; que hace rato no encuentra una medida de gobierno que entusiasme (más que el propio interés monotributario) y naturalmente, el patrullaje contra diarios cansa a las dos semanas, imaginate tras...¡6 años!
 Es la pérdida del referente conceptual, que pasa a ser el del supuesto adversario (todo microclimáticamente, por supuesto): en este caso, los diarios más de derecha. Ya nada es positivo en sí mismo, como debería ser un gobierno que gobierne, sino porque el adversario quiere otra cosa o quería esa cosa; entonces, ahí, recién ahí se valida.
La pérdida de audiencia de ese campo discursivo es inevitable. Ya no sólo hay que leer La Nación para entender el entusiasmo manco, sino que además hay que darle importancia a lo que diga La Nación, y una importancia que ningún análisis político serio podría sostener. Luego, recién luego, hay que coincidir con un enfoque viejo, cansado y desfasado. Y por último -mirá todo lo que te piden, al precio de considerarte un mogólico epistémico- arribar a las conclusiones previsiblemente ahí, como si fuera la comida para un perro. Todo muy pelotudo, esencialmente.
Que sólo puede fracasar.
Y fracasa.