Militantes y analistas

Por fuera de los militantes que se niegan, dada la alcahuetería degradante que les exigen subordinados de subordinados de subordinados a quienesencima, no tienen, encima de nuevo, el gusto de conocer, por fuera de esa secta existen los análisis políticos. Y a nadie escapa que durante el mayor margen de maniobra objetivo para el Partido Clarín, la oposición que debe y quiere conducir, no le da pelota.
No es mi intención afectar la fuente laboral de quienes trabajan en el emporio del país dividido, tengo muchos amigos trabajando de encontrar más razones para probar que Cristina es malísima o Magnetto también, oh, es malísimo; ambos se necesitan y lo peor que le puede pasar a sus trabajos es una pelea real entre Cristina y Magnetto. Por ahora, no va a ocurrir. Aunque al país le convendría, lo que ambos ponen en juego es mucho. Así que no va a ocurrir. No habrá pelea Clarín-Gobierno.
El problema son las elecciones y el 80% del electorado que le dio la espalda a Ernestina (se habla de Magnetto para que no quede tan evidencia que la pelea es contra una vieja medio gagá y de paso, para que Cristina haga de revista Para Tí: "me pegan porque uso colonia Mujercitas...ycalzas") y a Cristina.
La probación del presupuesto, con coimas legales (obras, negociados varios, contratos, extorsiones con el aparato comunicacional y demás) mostró lo obvio: Clarín no conduce más al conglomerado opositor. Por una razón muy simple: se votó contra el negocio del país dividido.
Tratar de encorsetar a la realidad, que está obesa e insiste en ser compleja, dentro de los estrechísimos límites de la sociedad Magnetto-Cristina, el bipartidismo realmente existente, es un error cuando se puede, en contadas ocasiones, el pueblo expresar.
El gorilismo de Cristina que ganó con todos los medios en contra por el 55% y cuando los compró tuvo este triunfazo del 26% (con Manzano, Telefónica, Vila, Haddad, los narcos mexicanos, todos adentro)  resulta patético: es patético acusar a los votantes de engañados por la TV, a juzgar incluso por sus autonarrativa de cholula total, su obsesión por ser famosa y estar en la TV, garpando, más vale, con plata del estado y así. Saludos a Jorge Rial, que da al nivel militante de los que tienen prohibido analizar. Discutan eso, hasta háganse los críticos. Las elecciones serán su paritaria.
La decadencia política del Grupo Clarín se evidencia, además, en lo infructuoso de los escraches a tipos como Alfredo Olmedo o Francisco De Narváez o Bergoglio, que quieren votar a Isabel desde la derecha, a diferencia de nosotros, que analizamos votarla desde la izquierda (solo para joder a los que tienen la vaca atada, no se confundan: no es por amor, es por poder).
El desconcierto resultante de los que se niegan el análisis en pos de la militancia por los bolsos ajenos es un espectáculo bastante divertido. Más cuando se busca por adjudicación directa, porque una licitación los señalaría, encontrar el culpable de la inexorable derrota.
Tengan, eso sí, todos, muy buenas noches. Y sigan con su negocio, lástima que la gente vote. Una pena, eso.